Mi corazón comenzó a latir a una velocidad inhumana e irregular, pero me obligué a tragar duro e inspirar aire lentamente.
—¿I-Iremos por él a su casa? —tartamudeé y me maldije en silencio por sentirme nerviosa.
Abril hizo otra mueca de disgusto y disculpa y masculló—: Está dentro del Jeep. Pasamos primero por él porque quedaba de paso.
Mi corazón dio un vuelco dentro de mi pecho y, por un momento, me sentí perdida. Abrí la boca para responder, pero no supe qué decir, así que volví a cerrarla. Era una prueba enorme, pero debía enfrentarla.
—Si no quieres ir, lo entiendo... —masculló mi amiga, con la mirada entristecida.
Tragué saliva, intentando decidir qué sería lo mejor que podría hacer. Tenía tantas ganas de ir a aquella cabaña. Tenía tantas ganas de pasear y despejarme. ¿Realmente iba a dejar que Ulises Webster arruinara mis vacaciones?
—Iré —dije, en un segundo de valentía.
—¿De verdad? —noté la incredulidad en el tono de su voz, pero me obligué a sonreír.
—Sí. Hace meses que Uli y yo no somos nada. Tengo una soltería en paz, y él acaba de terminar con su novia. A este punto ya lo hemos superado. —dije, intentando convencerme a mi misma de mis palabras.
Pude notar cómo Abril me miraba con aprehensión e indecisión. —¿Estás segura de ésto? —volvió a preguntar.
—Completamente —dije, y puse mi mejor sonrisa.
Un suspiro aliviado salió de los labios de mi amiga y yo sonreí suavemente antes de dirigirme al Jeep.
Rick me miró como si me hubiera vuelto loca, pero no dijo nada mientras abría la puerta trasera para que entrara. Ni siquiera me digné a mirarlo mientras subía al auto. Sabía que si lo miraba, me acobardaría y saldría corriendo.
Me tomé todo el tiempo del mundo abrochando el cinturón de seguridad y acomodando mi bolso y mi chaqueta gruesa en el suelo del Jeep antes de suspirar y mirar, de reojo, en dirección a Ulises, quien se encontraba sentado justo a mi lado en el reducido espacio del asiento trasero del Jeep.
Llevaba los auriculares puestos y tenía la mirada perdida en un punto en la ventana.
Pude observarlo cerrar los ojos con fuerza y tragar saliva antes de dirigir su mirada hacia mí.
Sus ojos se clavaron en mí durante un momento eterno antes de sonreírme forzadamente y quitarse un audífono. —Hola. — saludó con aquella voz ronca que tanto me gustaba, definitivamente esperaba que esto funcionara, de lo contraía no había marcha atrás.
Pude sentir como un escalofrío me recorría la espina dorsal pero me limité a sonreírle de vuelta y decir—: ¡Hola!
—¿Cómo estás? —preguntó.
Abril y Rick subieron al auto, cerrando sus respectivas puertas. —Bien —respondí, porque era cierto. —. ¿Y tú?
—Bien, también. —asintió.
Abril y Rick nos miraban con cautela y nerviosismo, pero yo le sonreí a Rick y bromeé—: Más te vale que ese lugar sea tan espectacular como lo describen o voy a hacer que me traigas de regreso.
Pude notar cómo la tensión del auto disminuía notablemente y Rick me sonrió de vuelta mientras encendía el auto. —Es un lugar fabuloso. Va a encantarte, Abril ya ha estado ahí, ¿Verdad, cielo?
Mi amiga sonrió mientras encendía la radio. —
¡Es maravilloso!, la cabaña tiene una vista espectacular y está cerca de un lago.—Un lago que está congelado en éstas épocas del año —añadió la voz ronca de Ulises.
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Aunque Puedas Verme #2 ©
RomanceParte 2: es necesario leer la primera parte "Aunque no pueda verte" para entender esta historia, gracias. ❤️ •••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••