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Corazon tenía dos opciones, una, llamar a la Marina o dos, guardar silenció y ver cómo el mejor espadachin superaba esta prueba que el destino le mando, aún que claramente Rosinante no pudo aceptar está respuesta silenciosa asi de la nada, quería respuestas rápidas y no cortas, pero sabía que Mihawk no diría nada en frente de los seraphim, lo mejor sería buscar el momento adecuado y el humor correcto.
Así que espero, dejo las compras que por cierto le tomo como medio día en buscar todo lo pedido, como las camisas, los pantalones, los abrigos, los vestidos, los pendientes, los zapatos y cosas así para niños de 5 años, las pequeñas cosas creadas en el laborar de Vengapunk eran realmente humanas con adn de lunarias.
Rosinante por un momento sintió lastima por el par, si bien tenían el tamaño de un niño de 5 años, su inteligencia era rápida pero inocente, no miraban mucho el mal y solo buscaban respuestas para todos a pesar de que Law lanzaba comentarios bajos de que algunos humanos eran detestables, los seraphim no le daban mucha importancia a ese hecho.
──Lleva eso a la mesa── había dicho el espadachín haciendo que Corazon dejara de pensar y observé el plato que el mayor apuntaba ──Y no te caigas a mitad del caminó.
Sus palabras eran frías en lo que llevaba otros dos platos pero sus ojos dorados como el mismo oro mostraban un amor puro y sincero, claramente no dirigido a Corazon, pero era envidiable, nadie se podría imaginar al mejor espadachín del mundo cocinando y teniendo afecto por un ser vivo.
Tal vez los Seraphim no sean conscientes de ellos mismos en un par de años, pero tenían vida y sobre todo sentimientos y querian afecto de cualquier humano, una que sea tan fuerte y un tanto abrumadora para sentirse amados, queridos y protegidos y solo Mihawk este disponible para ese puesto.
De todas formas no importaba, tarde o temprano está alegría efímera terminaría y Corazon sabía que ese día el mejor espadachin dejaría de ser un humano y solo sería la misma muerte encarnada en busca de sus víctimas.
Mientras tanto, lo mejor sería no decir nada, guardar silenció y hacer caso a las demandas de Dracule Mihawk.
Una vez que Law logro ver al hombre que amenazo a Corazón de muerte, una sensación extraña recorrió su pequeño cuerpo.... Realmente no sabía que tipo de sentimientos era pero podía asegurar que no era miedo como tampoco admiración, si no tipo una conexión extraña pero presenté que estaba dormida, ahora despierta después de ver los ojos dorados, eran de un dorado tan parecido al oro que Doflamingo tenía guardado en su castillo o al oro derretido para hacer lindas joyas.
Si bien algo gritaba peligro por ese tipo de ojos Law lo encontró encantador porque no solo le recordaba al oro derretido si no a la misma miel pura que Sengoku conseguía en cada visita que hacía en la pequeña casa que Corazon consiguió en una isla tranquila y un tanto pacífica.
