Feminidad
Quackity se encontraba de lo más feliz hablando con Roier y sus amigas, aquella tarde habían acordado una salida casual con sus respectivos hijos.
–Y yo le dije que estaba bien siempre y cuando no fuera tres leches. ¿Puedes creerlo?
–Pero ¿qué no ese le gusta a Tilin? –pregunto el castaño.
Bagi y jaiden intercambiaron miradas asintiendo, en cambio Tina sentía que no era un buen momento. Bagi fue la primera en toser llamando la atención de ambos chicos.
–Quackity, creo que debemos hablar.
El pelinegro alzó su ceja confundido.
–¿Hablar?
Jaiden asintió, con una sonrisa.
–Verás lo hemos estado hablando entre las chicas y digamos que estamos preocupadas por Tilly.
–¿acaso hizo algo? –pregunto Roier algo preocupado.
–No –intervino jaiden– es una buena niña, pero...
Bagi suspiro, mirando a ambos hermanos.
–Sabemos que están dando lo mejor para educar a Tilin como se debe, pero sentimos que Tilly no está floreciendo su lado femenino.
–Ya sabes, falta de una figura femenina entre ustedes –susurro jaiden.
–Pero están haciendo un gran trabajo siendo sus padres –interrumpió Tina, intentando aligerar las cosas.
Roier miró al híbrido de pato, quien comenzó a reír.
–Pero que cosas dicen, Tilin es muy femenina.
Comentó con orgullo Quackity.
–Si no me creen mírenla por ustedes mismas.
Todos se volvieron en dirección de los niños, Tilin se encontraba hablando con empanada de lo más normal, cuando la pequeña pelinegra escupió en su mano extendiendo esta a su amiga, quien se quedó asustada.
–¿Trato em?
Roier intentó no reírse, mientras Quackity continúa sonriendo y su ojo tenía un pequeño tic nervioso, Bagi suspiro.
–Decías.
–Olvidenlo, ya entendí...
Futuro
–Según mi predicción cien por ciento acertada, libre de fallas.
Comentó Tina revisando aquellas cartas, mientras un Quackity de dieciséis con sus brazos tras su cabeza descansando. Había aceptado que su amiga le leyera su futuro, debido a que nadie creía en eso y esta se había puesto triste.
Por lo que ahora se encontraba ahí dejando que ella dando su mejor cara, aunque le pareciera tonto el asunto.
–Claro, libre de fallas.
–Se que los demás y tú no creen en el futuro, y eso realmente estúpido porque vivimos en un mundo lleno de magia.
–El futuro es incierto Tina, aunque vivamos en un mundo así. Dejar que unas cartas re guíen.
Tina frunció su ceño, continuando con aquella lectura con su mejor cara.
–Por eso ahora conoceremos lo que el futuro te depara en cuanto a tu situación amorosa.
El chico casi se cae de aquel árbol donde se encontraba descansando.
–Tina ese no era el trato.
La chica le dedicó una sonrisa, mirando aquellas cartas.
–Las cartas han hablado, dicen que tu futura pareja es una persona sumamente valiente, segura de sí misma, sabe lo que quiere y no dudaría en obtenerlo. Pero a pesar de todas esas característica que parezcan malas, te amara profunda y apasionadamente, para ella solo existieras tu.
Tina soltó un suspiro ilusionada, esperando que aquella persona fuera futuro ella.
–Pff –soltó una risa ahogada el chico– Sí claro, no pienso casarme y mucho menos tener hijos gracias Tina.
–Tendrás más de un hijo.
–Si claro, gracias por la lectura Tina. Ya nos veremos dentro de unos años diciéndote te lo dije.
Salió de ahí de un salto comenzando a correr.
Algunos años después.
Una batalla campal se hacía presente entre su hija, quien ni quería comerse las verduras.
–No pueden obligarme.
–Claro que puedo y lo haré, ya te dije si no comes toda tu comida no hay postre para ti.
–No me gusta, papá.
Comenzó a hacer berrinche, mientras Quackity suspiro cargando a su bebé, mirando aquella pelea entre su esposo y su hija.
–No me cuentes tu vida, Tilly. Harás lo que te digo.
–No.
–No está en negociación, soy tu padre y siempre obtengo lo que quiero, no importa los medios, ni lo que tenga que hacer. ¿Cómo crees que hice que tu mami se casara conmigo?
–¡Luzu!
Este solo río, mientras pepito se removió en sus brazos, por lo que el pelinegro solo decidió ignorarlo para mesas a su pequeño hijo, deteniéndose y llegar a su mente Tina y su ridícula predicción de tarot, comenzando a atar cabos y recordando la descripción de aquella persona.
–¡Puta madre!
–Papi, mami dijo malas palabras.
Quackity hizo una nota mental, no dejar que Tina volviera a leerle las cartas otra vez o alguno de sus hijos.