Capítulo 10

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Al fin era jueves, eso quería decir que faltaba un día para el viernes y pronto el tan anhelado fin de semana. Frankie se encontraba un poco más feliz, de alguna forma. Últimamente sentía que tenía una ventaja sobre la castaña, y era molestarla.

Seguía sin comprender por qué la castaña terminaba rabiando, pero cada vez que Frankie le hablaba lindo a una chica o era muy coqueta con un chico, Cleo la miraba como si fuera a jalarla por los pelos.

Hoy en la mañana, en el laboratorio de biología, había sido alucinante pero no del todo, ya que terminó con un encéfalo de vaca en su cabello.

Ella tenía cómo compañera de mesa a Gigi, única chica linda de su clase. Nunca habían hablado mucho pero hoy decidió ser muy encantadora con ella y, extrañamente, la chica le habló muy animadamente. Recuerda aun cuando dijo un comentario sobre sus ojos y la chica se sonrojó. Frankie se felicitaba interiormente, no sabía que tuviera algún talento para coquetear y menos con las chicas.

Miró divertida cómo toda la clase Cleo cortaba el encéfalo prácticamente clavando el cuchillo en la tabla mientras observaba a Gigi, luego la fulminó con la mirada a ella y Frankie prefirió mantenerse alejada. Había sido el colmo cuando Gigi, con más confianza, había dejado un beso en la comisura de los labios de Frankie, al despedirse. Antes de que pudieran hacer algo, Frankie sintió un objeto pegajoso en su cabello. Era un tentáculo del animal que acaban de disecar y Gigi también tenía varios pedazos.

Cleo estaba riendo con sus amigas e hizo una cara de <<Yo, yo no fui>> tan falsa, que por esa razón Frankie no le dijo sus cinco palabras. Pero igual seguía feliz, porque al salir y limpiarse, cuando volvió se encontró con que Gigi estaba hablando con una amiga suya a lo lejos y Cleo debía de ser quien ayudará a la pelinegra.

Le pareció perfecto, duró una hora entera escuchando los insultos de la castaña cuando ella se equivocaba y también cómo rodaba sus ojos, sus hermosos ojos. El problema era, que después de salir de aquella burbuja, cayó en cuenta de todo ¿Qué coño estaba haciendo? No intentaba llamar la atención de ella, sólo que le gustaba fastidiar a Cleo porque era muy perra con sus amigas. Si, si, debía de ser la razón. O eso mismo dijo mientras iba al salón, para su sorpresa no encontró a ninguna de sus amigas ¿Donde podrían estar?

Intentó ir por los pasillos, buscándolas, y decidió verlas en el campo de fútbol. Las tres estaban allí, observando a los chicos entrenar y todos, incluso Deuce, lucían muy bien con el uniforme azul y el casco. Draculaura comía unas papas de su bolsa mientras sus piernas estaban estiradas hacia adelante, Ghoulia y Lagoona charlaban distraídamente de temas triviales.

-No sabía que iban a estar aquí-dijo sentándose junto a Lagoona y observándolas.

-Claro, se supone que hoy dan los resultados. Todas debemos estar aquí y ustedes, que son mis fieles amigas, también-dijo la rubia, encogiendo los hombros. Después se acercó un poco más, susurrando-. Además, creo que tengo un flechazo por la defensa.

Se refería a la chica de cabello blanco con mechas celestes, esa era Abbey. Frankie aún la recordaba, ya que fue ella quien una vez el año pasado le tomó una foto cuando estaba bañada en pintura, obviamente por una broma de Cleo.

-¿Abbey? Es una idiota-afirmó y la chica hizo una mueca.

-Tu también te fijas en la castañita idiota y yo no te digo nada. Gustos son gustos, querida-dijo cruzándose de brazos y mirando divertida a su amiga, que tenía un rubor delatándola en las mejillas.

-Yo no me he fijado en nadie-rebatió Frankie, muy a la defensiva, y Ghoulia se rió en su cara.

-Oh, para nada: Chica- babeo-por-la-castaña-en-uniforme, lo dejaste bien claro-robó una papa de la bolsa de Draculaura y esta se quejó.

-Ustedes imaginan cosas donde no las hay-rodó los ojos y fue hasta sentarse junto a Draculaura, mientras Lagoona negaba con la cabeza.

-Sólo recuerda que es una perra y siempre será una perra, Stein. Es su lema-recordó Ghoulia, pero su mejor amiga la ignoró, Frankie podía ser muy cabezota.

-Una gran zorra, al igual que Clawdeen-murmuró para ella misma, pero casi de inmediato su otra amiga giró para encararla.

-Clawdeen no es una zorra-la defendió Draculaura y todas la observaron como si hubiera enloquecido. Un poco más consciente de sus palabras, intentó arreglarlo-. Bueno... no lo es tanto.

-¿Estamos hablando de la misma Clawdeen? La que siempre se burla de ti, la que nos hace maldades y cada vez que sonríe ahuyenta a un pájaro ¿Esa Clawdeen? -preguntó Ghoulia, abriendo los ojos con horror, su amiga no podría estar hablando en serio.

-Su... su sonrisa no es tan fea- Draculaura se cubrió el rostro con las manos y agitó la cabeza-. Ignórenme, chicas. Hoy estoy un poco tonta.

-Ya veo-dijo Lagoona e intentó cambiar de tema para salvar a su amiga.

Al poco rato comenzaron a llegar las chicas por los resultados de la audición. Lagoona tuvo que bajar hasta el campo para poder escuchar mientras sus amigas la esperaban en las gradas.

En realidad, Frankie había estado muy distraída tumbada en las gradas y mirando el cielo, tanto que no se percató de la gran entrada que hizo Cleo con sus amigas cómo las reinas del lugar. Pero, aunque no supiera que ella estaba allí, Frankie seguía pensando en Cleo. Sus ojos azules que la traían loca, la forma en la que arrugaba la nariz, cómo mordía sus dedos cuando estaba nerviosa o aburrida.

Se maldecía por saber tanto acerca de aquella chica engreída, incluso aún recordaba que le había escuchado mencionar que su serie favorita era Pretty Little Liars. En las vacaciones, sin entender el por qué, se había visto las primeras temporadas. La serie era bastante buena, pero le molestaba el hecho de que la hubiera visto sólo por la castaña. Estúpida, estúpida.

-¡Frankie!-escuchó que una de sus amigas le gritaba algo.

No le dio tiempo ni de observar a su amiga cuando sintió algo estrellándose contra su cabeza, era un balón de fútbol, y prácticamente la punta se le había clavado en la sien. Frankie comenzó a ver rojo mientras sentía el dolor recorrerle toda la cabeza, sus ojos no enfocaban y veía puntos negros en su campo de visión. Intentó levantarse, pero cayó de rodillas en una de las gradas y sintió cómo una de sus amigas, seguramente Draculaura, la tomaba por los hombros. Sólo fue capaz de distinguir una mancha marrón acercándose, antes de caer inconsciente.

Dormía y desgraciadamente, al igual que varios meses, estaba soñando era con Cleo. Sus ojos azules mirándola con cariño y ellas dos saliendo, simplemente como si fueran amigas de toda la vida, pero siempre despertaba cuando Frankie se comenzaba a acercar a ella.

Frankie despertó, respirando pesadamente, y al levantarse de inmediato sintió una punzada en la cabeza, perdió el equilibrio y cayó rendida en el colchón. Estaba en un cuarto limpio y ordenado, había un pequeño armario metálico y un bebedero. Era la enfermería, ahora que la pelinegra lograba recordar, le habían lanzado un balón. Seguro se trataría que en uno de los pases alguien había apuntado mal y bueno, le había dado a ella. En ese mismo instante, una señora de piel oscura y ojos dulces, entró al cuarto. Llevaba una bata y un pequeño cartel de identificación en ella.

-Al fin despiertas, jovencita. Tenías a todo el mundo preocupado-dijo colocando una bolsa de hielo en su cabeza, Frankie la sostuvo.

-¿Cuánto tiempo llevo inconsciente?-preguntó, confundida, aún le quedaban las clases en la tarde.

-Casi todo el día, faltaste a muchas clases y su mejor amiga tuvo que irse, antes de que el director la retara-respondió, sonriendo.

-¿Mejor amiga?¿Ella se quedó aquí, conmigo?-preguntó, sin saber si se refería a Ghoulia o a Draculaura, ya que las dos eran sus mejores amigas.

-Si. La chica parecía muy preocupada y se notaba que la quiere mucho, pero tuvo que irse porque ya estaba perdiendo muchas clases-le dio un analgésico y un vaso de agua, Frankie no lo dudó y tomó la pastilla.

Se sentía feliz, ya que tenía unas amigas increíbles. Esperaba no haberse perdido mucho y después recordó donde estaba en aquel momento exacto, cuando le pegó el balón. Casi todo el grupito de Cleo la había visto hacer el ridículo, seguro cuando viera a la castaña esta se burlaría de ella durante todo el año escolar. Enterró el rostro en la almohada y suspiró. Aún no podía creer que estaba soñando con Cleo, pero esa era la cruda realidad de Frankie. Y tendría que comenzar a acostumbrarse a ella.

Rivales - ClankieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora