Hyunchan, O.S & Drabbles

Corazon partido

Felix diría que amaba a Hyunjin más que a su vida, se arrancaría el corazón para que él fuera feliz. Si pudiese, haría que Chan le amara de la misma manera, inventaría la pócima mágica para que los corazones no correspondidos lo fueran, haría a Bangchan un hombre libre.
Porque, aunque Hyun lo negase con voz firme y rostro desinteresado, seguía tan enamorado del mayor como cuando era un adolescente. Porque no había un espejo que reflejase su alma cada que los labios de chan pronunciaban con voz grave "Hyunjin", como si cientos de flores florecieran en sus oídos. Porque no podía escuchar claramente cuando su corazón se rompía cada que Chan hablaba de su prometida.

"¡Porque eres tonto!, Hyunjin" le diría Felix, palmaria su espalda mientras todas las mariposas de su estómago eran escupidas en el escusado luego de ser ahogadas en alcohol, como si así el amor también pusiese ahogarse. Porque por mucho cariño que le tuviera, Hyunjin era tonto por esperar un tiempo paralelo a él, un día que jamás seria tachado en su calendario. Porque era tonto seguir queriendo un "te amo" de una persona que ya había rechazado tus sentimientos, porque chan sabia hace mucho de los sentimientos de Hyunjin y en su egoísmo y cobardía, de alejarlo.

Y luego al ver a Hyun dormir con el rostro húmedo e hinchado luego del huracán llamado desamor, y mientras lo contemplaba, sentado en la cama, sintiendo su propio corazón punzar ante tal imagen lastimera, se comería la cabeza, para descubrir la receta para exterminar amor tan enfermizo de su querido Hyun.

Pero Felix jamás revelaría los secretos que le fueron confiados, porque aunque, estúpido, Chan también era su amigo, no podría alimentar los sentimientos de Hyujin de ilusiones y esperanzas con las palabras de otro borracho, que en el punto más bajo le confeso también amar tanto como era amado. Porque si Chan no era lo suficientemente valiente como para que estuvieran juntos, Felix no intervendría.

Observaría y callaría. Gritaría en secreto a Chan que dejara de ser el cobarde que era, que se atreviera a despojarse de las cadenas que lo mantenían alejado de su verdad. Era lamentable verlo inundado en lágrimas, mientras el amargo alcohol quemaba su garganta, quemando los dulces sentimientos y palabras que allí vivían, todas esperando ser pronunciadas a Hyunjin. Sus labios, entumecidos, suplicaban por los de Hyun, anhelando un roce que nunca llegaría.

Felix, amenazarla con revelarle toda la verdad a la prometida Chan, a la dulce mujer que vivía en una mentira.

Pero Chan entre una sonrisa llena de rabia, le alentaria a hacerlo para así ser libre, para volar lejos de la jaula en la que su mente y su ser vivían.