Capitulo uno

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1. Escape

Lisa veía el testamento de su abuelo, "Quiero que todo mi dinero, propiedades sean entregado a mi nieta Lalisa Manoban" seguido de la lista y descripción de cada propiedad que seria entregado a la heredera, después de dos horas, mientras el abogado explicaba y le mostraba a la castaña cada cuenta, cada detalle, Lisa parecía completamente atrapada en sus pensamientos, intentando asimilar si era cierto o no.

-El dinero será depositado en su cuenta cuando firme los documentos y aquí están las tarjetas de crédito ya a su nombre.-Lisa asintió y comenzó a firmar los papeles, el abogado, un hombre mayor, de una edad cercana a la del abuelo fallecido la observó detenidamente, la castaña ni lo notaba, pero el se preguntaba "¿como no actúa como si se hubiese ganado la lotería?" Era su trabajo y estaba acostumbrado a ver las reacciones de jubilo al recibir unos miles, pero ella había heredado el dinero del tercer hombre mas rico del mundo, y lo qué sabía de la joven, tenía veintisiete años, su madre era la hija no reconocida de Preecha Mongkut, el anciano al sentir la culpa en su lecho de muerte de no haberle dado a su hija lo que merecía, decidió dejarle todo a su nieta, Lalisa; la castaña utilizaba unos vaqueros que parecía tener con ella desde que dejo de crecer, usaba una playera negra sin logos ni marcas, y el abogado estaba seguro que era al menos una o dos tallas mas grandes de las que necesitaba, y sus tenis, unos viejos converse negros, su ropa oscura era casi gris de lo desgastados que estaban, y aún así; la castaña firmaba cada documento como si estuviese recibiendo un par de billetes.

-Mi abuelo, el tenía mas hijos, legítimos, ¿cierto?-Pregunto Lisa, el abogado apenado por ver a la castaña por sus prendas asintió.

-Si, usted tiene, tenía un tío, Kiet, el falleció hace dos años, tienes un primo Charles Monkut y dos sobrinos Minnie y Bambam, tienen dos y un año, su esposa falleció en el parto.

-Recibí una carta, una amenazante, que el dinero no le pertenecía a una, bastarda como yo.-Lisa parecía molesta, a pesar de la difícil vida que le había tocado, aun tenía un carácter noble, pero sabía defenderse.

-Charles tiene problemas con el alcohol y las apuestas, contaba con ese dinero y sobre todo después de que falleció tu tío, le dejo algo de dinero, pero, ninguna herencia que se compara a la de tu abuelo, una amenaza, es solo eso, no ha atentado contra ti, por lo que una orden de restricción, no procedería ante la corte, por lo menos no una única amenaza; deberías aprovechar alguna de las mansiones que te dejo tu abuelo, o comprar una nueva y alejarte un tiempo, yo continuare administrando tu dinero y junto con el despacho contable llevaremos las cuentas, si tienes duda, o quieres hacer algo con el dinero házmelo saber.-Lisa asintió y se puso de pie.

-Gracias por todo abogado, creo que me iré a Nueva Zelanda mi papá, es decir, mi padrastro siempre me decía que debíamos ir a Arrowtown.-El abogado sonrió complacido.

-Conozco el pueblo, y apuesto que a nadie se le ocurrirá buscarte ahí, disfruta tu herencia, no despilfarres todo el dinero.-Lisa tomo el picaporte y nego con media sonrisa.

-No se puede despilfarrar, si no estás acostumbrada a tenerlo.-El hombre solo dibujo una linea en su rostro, y miro nuevamente a la joven que tenía frente a el.

-Anda a comprarte algo de ropa, y cuando quieras salir, házmelo saber, tu avión estará listo.-La castaña no respondió, solo salió de la oficina y una notificación llego a su movil.

"Confirmación de transferencia a su cuenta" tuvo que abrir la aplicación para ver la cantidad que había recibido y estaba segura que mientras estudio, nunca había visto esa cantidad de ceros que había en su cuenta bancaria, y de inmediato otra notificación llego.
"Recordatorio: Nueva actualización disponible, revisa los ajustes para ver si tu dispositivo es compatible con la nueva actualización" La castaña sabía de antemano que su iPhone x ya no se podría actualizar, vio su ropa y supo que era el momento para cambiar de movil y de hacer una renovación de armario, subió a lo único que tenía y que le pertenecía, una hermosa motocicleta deportiva la Yamaha YZF, tuvo que ahorrar unos años y vender su antigua motoneta, pero para la castaña valió por completo la pena y así condujo al centro comercial mas popular de la ciudad.

Lisa entro al centro comercial sintiéndose pequeña, como si estuviera segura que no debía estar ahí, poco a poco adquirió confianza, conforme iba cargando mas bolsas de ropa y artículos para su motocicleta; cuando paso por una tienda electrónica aprovecho el momento para cambiar su movil, cada articulo que veía le parecía mas interesante que el anterior, no importa el costo, de cualquier manera, solo lo utilizaba para llamadas, una cámara profesional llamo su atención; los lentes, era la cámara que había soñado con comprar, sonrió al saber que por fin podría comprarla.

-Abogado Thompson, estoy lista para viajar.-Dijo Lisa mas confiada, con las bolsas, intentando acomodarlas en su motocicleta.

-Muy bien Lisa, te enviare al chofer.

-No, yo ire en moto, solo que, ¿como la puedo enviar a Nueva Zelanda?

-No te preocupes, conduce al aeropuerto, y ve directamente a la pista, le avisare al equipo que suban tu moto.-El abogado hablo con normalidad, pero Lisa solo estaba estado de shock, completamente impresionada, la castaña condujo al aeropuerto casi riendo, una semana atrás estaba hablando con el dueño del bar donde trabajaba para que la dejara dormir en el piso de arriba, negociando para que le pagara menos, como una especie de alquiler; y ahora, estaba conduciendo al aeropuerto para viajar en su propio avión privado para escapar de su primo.

La cabañaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora