Capitulo ocho

219 50 2
                                    

   8. Un retorno inesperado

Rosé arrullaba a Minnie, había logrado dormir a Bambam y molesta miraba como el sol cada vez descendía mas y no había señales de que la castaña pareciera volver, escucho la puerta principal y gruño al ver a una sonriente Lisa.

-¿Porque no volvías? ¿Donde cara... estabas?-Gruño Rosé.

-Lo siento, había un hermoso atardecer, y tenía que tomar las fotos, aprovechar, dámela yo me encargo.-Lisa tomo a la pequeña que se acomodó rápidamente en su hombro.

-Si Lisa, yo también tengo que trabajar...

-Lo se, lo se, no volverá a pasar.-Lisa camino a la rubia y beso su frente con ternura, aunque llevaban unos meses viviendo juntas, ninguna había dado ninguna señal de acercamiento físico, ambas se sorprendieron pero ninguna se sintió incómoda por ello.

-Eres tan buena para dormir a mi pequeña Minnie, primero comienzo a llorar yo antes de lograr hacer que se duerma.-Rosé beso la cabeza de la pequeña que ya estaba cerrando los ojos durmiendo.

-Quisiera tener tu habilidad para dormir a Bambam.-Respondió Lisa con un tono burlón.

-Si es tu intento de hacer que me levante cuando mi pelinegro se despierte al amanecer, ni creas que funcionará.-La castaña soltó una pequeña risa.

-Bueno, tenía que intentarlo, además, no exagero con mi pequeño, el enserio te prefiere, y se que apenas comience a decir mas que "mida" y "popo" dirá prefiero a Rosé.-La rubia ahogo una carcajada, la dupla había aprendido que cuando los niños dormían, no debían hacer ningún ruido o no habría manera de volverlos a dormir.

-¿Mañana iremos al pueblo? Tenemos que comprar formula para Minnie.-Lisa sonrió por la cómica escena, su compañera de piso estaba ahí diciendo que tenían que comprar leche para su sobrina, ¿ahora era su hija?

-Si quieres yo puedo ir.-La castaña no quería seguir arrastrando a Rosé con ella al jueguito de la casita.

-Por favor, ¿Me piensas dejar con los niños? ¿O te crees la valiente que podrás con ambos? Porque Bambam esta muy apegado a mi.-Bromeo Rosé.

-Claro que puedo con ambos, o tengo que lograrlo, tarde o temprano me quedare con ellos sola.-Lisa hablo con una sonrisa, una que disfrazaba la triste realidad que ambas sabían que, eventualmente, tendría que ocurrir.
Después de unos minutos arrullando a la pequeña y después de que Lisa se aseguro que había caído completamente dormida, decidió era el momento de llevarla a su cuna.
-La llevare a su cama, ahora que se ha dormido.-Aviso la castaña, y Rosé asintió cuando se escucho llamaron a la puerta.

-Esta bien, ire a abrir.-Rosé se acerco nuevamente a la castaña.
-Descansa mi amor.-Dijo besando su pequeña cabeza.

-Gracias, tu también.-Se burlo Lisa ganándose un empujón.

Rosé camino a la puerta, un poco extrañada, eran casi las siete de la noche, y ni ella ni Lisa solían recibir muchas visitas, su mejor amiga se había ido a Japón, y aunque querían volver tan pronto se entero que su compañera de cuartó tenía lo que Rosé asevero era un miembro, y cuando se entero que Lisa se haría cargo de sus sobrinos, no dejo de burlarse con que "estaban jugando a la casita" o bromas con "si ya había logrado sacar a jugar al amigo de Lisa" bromas a las que la rubia se había acostumbrado a escuchar y aunque una parte de ella se arrepentía de haberle contado a su mejor amiga lo que había descubierto de Lisa, también estaba sola y no se iba a guardar ese enorme secreto, ¿a quien mas se lo contaría si no era a su mejor amiga? Y no importo que tendría que soportar sus chistes.
Se arrepintió de haber abierto esa puerta, ahi estaba la persona que jamas pensó volver a ver.

-¡Joy! ¿Que carajos haces aquí?-Pregunto Rosé soltando un gruñido y con la mirada llena de furia.

-He vuelto, para regresar lo que me lleve, para pedirte perdón y para pedirte una segunda oportunidad.-Rosé estaba absorta, llena de incredulidad al ver a Joy frente a ella, pero su sentidos eran atraídos por un llanto, su pequeño Bambam había despertado.

-¡Rosie! Bambam se despertó y esta a punto de despertar a...-Lisa se detuvo en seco al ver a una atractiva mujer que veía a la rubia, Rosé camino al pequeño.

-Vaya Rosie, apenas terminamos y ya estas, ¿jugando a la casita?-Lisa miro a ambas mujeres y quiso tomar a Bambam en un instinto protector pero Rosé no se lo permitió.

-Joy, vete de mi casa.-Lisa miro a la rubia, ella era Joy, esa famosa Joy, su mirada denotaba la molestia que sentía.

-No me iré, tenemos mucho que hablar.

La cabañaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora