Tom Riddle no tuvo una vida fácil, su adolescencia tampoco lo fue pero cuando conoció a Bellatrix Black, todo cambio para bien y avanzó. Su esposa había cambiado su vida, le dió el regalo más hermoso del universo que es su preciosa Hija.
Aún recuerda cuando la tuvo en sus brazos por primera vez, y en ese momento comprendió, el verdadero amor y el significado de dar su vida por alguien.
Su amada hija, Hermione Aurora Riddle- Black., era el mundo entero de sus padres.
Y ahora, Tom no sabía cómo sentirse ni mucho menos actuar, su niña tenía un alma gemela, un semidios. Un intruso roba hijas. Entonces, sintió terror.
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Bellatrix miro a su esposo, el desborde mental que estaba teniendo. Ella y todos sabían que tom jamás aceptará la idea de que su hija tenga pareja, y todos los afirmaron cuando Hermione llegó a la edad de 16 años, todos los días habían cartas de cortejos o directamente, arreglos matrimoniales, cada una de ella fue quemada como si tuvieran viruela de dragón.
Su pobre hija, tenía a un grupo de hombres celosos, sobreprotectores cuidando de ella, haciendo imposible que viviera una relación amorosa.
Pero ahora, su hija tenía un alma gemela. Un semidios, del Dios más destructor que había leído alguna vez.
Ella sabía que su hija estaba destinada a la grandeza, su nacimiento fue prueba de ello.
Ella, solo deseaba que su hija sea feliz y si tenía que matar para ello, entonces que así sea.
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Hermione miraba fijamente a Percy, quién también la miraba con la misma intensidad.
Su magia bailaba al rededor de el, su marca ya no ardía tanto. Y su corazón dió un salto.
Nunca imagino tener una pareja, pero no le digustaba para nada el hombre que miraba, en sus ojos vio amor, lealtad, locura y poder, algo que le encantó.
Pero, como siempre tuvo que despegar su mirada al frente para ver el causante de los gritos.
Su padre.
ㅡ ¡No puedes estar con mi hija!.- gruño mirando a Percy, quién lo miro fríamente.
El salvador del Olimpo no le gustó nada aquello, no iba a permitir que nadie ni nada lo separe o impida su unión con su alma gemela.
ㅡ Nadie me impedirá estar con mi alma gemela.- escupió fríamente.- Nadie me separará de ella.
Hermione miro a su madre pidiendo silenciosamente ayuda, no quería un enfrentamiento entre ellos, no.
ㅡ Demuestra que eres digno de mi hija.- sentenció dando un paso adelante.
El aura de poder de ambos se nivelo, el castillo temblaba. Los dioses, mestizos y el resto, se sentían asfixiados por ello. Hasta que alguien intervino.
ㅡ Basta tom.- Bellatrix junto a Hermione se pusieron en medio del enfrentamiento.- No puedes hacer nada. Es su alma gemela.
Hermione se acercó a Percy , quién al verla acercarse se calmo de a poco.
ㅡ No se enfrenten.- tomo su mano.- Es mi padre, y tú mi alma gemela, no quiero enfrentamientos entre ustedes.- está vez miro a su padre, quién suspiro resignado.
Afrodita chillo encantada al ver a sus bendiciones juntas, para ella era hermoso ver cómo las almas gemelas permanecían juntas, fortaleciendo su vínculo.
ㅡ Soy digno de su hija, señor.- hablo calmado mirando a su futuro suegro.- Sino, lady Afrodita no me bendeciria con una alma gemela.
Tom miro fríamente al chico, tenía que aceptar que era verdad lo dicho. Pero el es padre, y ningún mocoso es bueno para su bella hija.
ㅡ Lo sabemos.- intervino Bella.- Y es mejor que así sea, porque no dudare en matarte si lastimas a mi hija.
Percy suspiro mirando a Hermione, no le gustaba ser amenazado por nadie pero lo aceptaba, solamente porque son los padres de su pareja. Sin más, asintió a su dirección.
ㅡ Ahora, Lady Riddle y Señor jackson, junten sus manos.- dió comienzo Átropo.- su marca dejará de arder cuando su vínculo se fortalezca aún más.
Tom sostuvo la mano de su esposa para evitar intervenir de dicha unión. Hermione vio de reojo que sus tíos y el resto intentaban separarla de percy pero fueron interceptados por sus tías.
Por otro lado, los mestizos miraban como su amigo encontró a su pareja, quién cabe destacar les ponía los pelos de punta, había algo en ella que gritaba peligro, y con la demostración de su padre, no tenían dudas de que ella sería aún peor.
Los mismos pensamientos compartían los Dioses, esa niña tenía algo que los ponía inquietos. Y eso a zeus no le agrado y aumento aún más su curiosidad por ella.
Hécate observaba la unión complacida pero aún así, no quitaba su atención también del resto. Solo pedía paz aunque con todo lo que vendría, no habría dicha paz.
Todos fueron sacados de sus pensamientos al ver cómo la pareja era rodeada por destellos verde y azul.
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Percy entrelazó sus manos con Hermione y allí dejo su mirada por unos minutos. Sus pensamientos como sentimientos iban a mil por ahora, se sentía un poco abrumado. Pero lo que tenía seguro es que era muy afortunado, porque ahora admirando sus manos unidas, se sintió completo por primera vez en la vida y no se imaginaba un día sin ella.
Mientras tanto, Hermione también miraba sus manos entrelazadas, aceptaba su vida junto a el, aceptaba su destino sin rechillar. Era lo correcto, así lo sentía y podía ver qué el también.
Su magia bailaba alrededor de el, y su corazón bombeaba de emoción. Era el, y nadie más que el.
ㅡ Nunca pensé que te encontraría.- murmuró mirándola directamente a los ojos.- llevo años buscándote cariño.
Sonrió dulcemente admirando su rostro, y la sonrisa tímida que le brindaba solamente a él.
ㅡ Yo, nunca imaginé tener un alma gemela, siempre me imaginé sola.- respondió sonriendo contenta.- Pero, estoy feliz de haberte encontrado.
Ambos sonrieron dulcemente admirando los destellos que los rodeaban, sus corazones bombeaban al mismo compás, felices y sus miradas se conectaron nuevamente pero ahora con un destello de posesividad y advertencia,
Ellos se pertenecían. Nadie los separaría.
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