𝐄𝐥 𝐝í𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐞 𝐞𝐧𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐫𝐞

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19. Aeris

Pasaba poco tiempo en casa de los Cullen y estaba alado de Leah constantemente, su madre había comenzado a acostumbrarse a mi. Aunque seguí manteniendo sus distancias a ratos. 
Repare el interruptor con Leah a mi lado, mientras ambas hablábamos con cosas sin importancia. Aunque también charlamos sobre la desaparición de Jacob, que se echo a correr y no volvió a aparecer tras la noticia de la boda. 

Lo malo de todo esto es que Leah comenzaba a sospechar, la pillaba de vez en cuando mirándome confundida desde el punto de una sala, cuando hablaba con su hermano, o cuando hablaba con su madre. Yo fingía no darme cuanta y le dedicaba una sonrisa cálida.

Las visiones de Alice solían atormentarme constantemente, y el olor de Dalia impregnaba todo Forks. Allí donde fuera, la olía e incluso si dejaba que mi mente vagara mas podría escucharla. Observándome cuando volvía a la casa Cullen a comer algo, o cuando caminaba por el pueblo. Ayudando en algunos recados familiares.

Estaba mirando por la ventana del salón mientras Seth se preparaba para salir del lugar y su madre le reclamaba que tenia que centrarse mas en las clases. Estreche los ojos viendo una sombre por lo arboles y aparte la mirada de la ventana.

- Puedo llevarlo yo, al instituto - comento y Sue me mira, de reojo, pensando mientras intenta convencerse de que esta bien - Tengo un coche, Carlisle dice que es mas humano - Sue mira  Seth, que levanta los hombros.

- Bien, estudia - le susurra a Seth y le da un beso en la mejilla y en la frente pese a las quejas de su hijo - Ten cuidado con la velocidad, las calles están algo resbaladizas, estamos en las ultimas lluvias - asentí, escuchando sus indicaciones.

- Dile a Leah si vuelve antes donde estoy, por favor - le di una palmada en el hombro a Seth, que me sonrío y se despidió de su madre cuando salimos de la casa - ¿En que asignaturas te va mal? - hizo una mueca y tiro la mochila a los pies del asiento de copiloto en cuanto abrí mi mercedes.

- Matemáticas, simplemente se me es imposible - sonreí y me senté en el lado del conductor, metiendo la llave - Y bueno, entre que e tenido que faltar a clases y así, se me complico - asentí y arranque, mirando a nuestros alrededores disimuladamente.

- ¿Quieres que te ayude? 

- ¿Se te dan bien? - me pregunto sorprendido y yo lo mire con una sonrisa de lado. Para luego centrar rápidamente mi mirada en la carretera.

- Soy física cuántica, pues claro que se me dan bien - Seth se movió en el asiento y me miro sorprendido de mis palabras, boqueando como un pez fuera del agua - ¿No lo había mencionado? - pregunte.

- ¡No! - frunció el ceño mientras yo me reía ligeramente - ¿Cuándo te sacaste esa carrera? - toquetee el volante mientras pensaba. Era difícil distinguir años y épocas cuando estabas vivas desde hacia mas de quinientos años.

- Hace... ¿30 años? - intente seguir hurgando en mi cabeza, pero luego asentí satisfecha - Si sobre 30 años - observe algunas gotas comenzar a caer y chasquee la lengua. El rastro se iría con el agua.

- Treinta años - susurro, como si se hubiera dado cuanta ahora de nuevo que yo era inmortal y estaba viva desde que sus ancestros caminaban por la tierra - Vaya, eso es increíble - lo mire de reojo.

- Supongo - vi a lo lejos el instituto y moví mis hombros, que estaban tensos - No hay mucho mas que hacer - el me mira mientras hablo - Intentas matar el tiempo haciendo cosas, y para una vida inmortal esta bien tener diferentes profesiones - llego al instituto y aparco cerca de la puerta - Era estudiar, viajar o conocer gente - Seth se sonroja cuando digo "conocer gente" porque entendía a que me refería y luego suelta una risilla.

𝐑𝐞𝐬𝐢𝐬𝐭 𝐥𝐨𝐯𝐞  │𝐋𝐞𝐚𝐡 𝐂𝐥𝐞𝐚𝐫𝐰𝐚𝐭𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora