~•Capitulo 8•~

40 6 0
                                    

Flashback...

Jungkook comenzó a despertar de la inconsciencia en la que estaba sumido, recordaba vagamente que había recibido un mensaje anónimo donde lo amenazaban con hacerle daño a Tae si no se presentaba en la famosa casa del psicópata completamente solo, y como prueba de que no mentían, le enviaron una fotografía de su esposo amordazado, obviamente no dudó en ir al sitio sin avisarle a nadie de su división, y luego todo se vuelve negro en su cabeza.

Parpadeó un par de veces intentando aclarar su visión borrosa y apenas levantó la mirada, lo primero que sus ojos vieron, fue la figura de su esposo de pie frente a él.

-¿Tae? -Murmuró con la lengua aun adormilada.

Su cabeza zumbaba y se sentía muy mareado aun, aturdido y adormecido, pero aún bajo todos esos síntomas, podía notar que tenía las manos atadas a los brazos de la silla donde se encontraba sentado y también que no tenía puesto la parte superior de su uniforme, pero en cambio unas cuerdas le rodeaban el torso tan fuerte que le costaba un poco respirar.

Se removió un poco tanteando que tan fuerte estaba atado y si sus piernas tenían el mismo destino y cuando estuvo un poco más despierto, comprobó con horror que llevaba puestas ataduras de energía en las muñecas. Un tipo de ataduras que era demasiado costosas como para ser adquiridas por cualquier persona y que además se ajustaban a los movimientos para mantenerte completamente inmovilizado sin dejar marcas de que alguna vez estuvieron allí.

-Son geniales, ¿no te parece? -levantó la mirada hasta dar con la figura de Tae que permanecía de pie, sonriendo ligeramente

Jungkook frunció el ceño confundido, ¿Qué mierda estaba pasando? ¿Dónde estaba el asesino? Se supone que tenía que tenían secuestrado a Tae

-Me refiero a las cuerdas... Son bastante prácticas y no dejan evidencia, esa es la mejor parte

El rubio no tenía idea de por qué estaba amarrado y por qué Tae parecía ser el artífice de todo esto cuando en primer lugar, no conocía la dirección de la casa y en segundo, se suponía que él era una víctima más, miró a su alrededor y pudo reconocer que estaba en la misma habitación donde consiguieron todas sus fotos días atrás, con la diferencia que ahora estaba mucho más iluminada y sin el mosaico.

-Cariño, ¿Qué está pasando? ¿Por qué estoy amarrado? -Un bajo gemido salió de la boca de Tae al escuchar la manera cariñosa de Jungkook para tratar con él

-Amo cuando me llamas así -El rubio frunció el ceño, estaba medio aturdido, pero entendía que pasaba algo raro.

-¿Quieres explicarme que es todo esto?

-Esto, mi perfecto esposo es por lo que he trabajado toda mi vida

-¿A qué te refieres? ¿Puedes desatarme? Siento las manos entumecidas

Tae hizo un gesto de fingida sorpresa y preocupación, acercándose hasta el centro de la habitación donde permanecía la silla de Jungkook

-¿Tus perfectas manos? Déjame aflojar el agarre contra tus muñecas, no queremos que nada les pase a tan bonita creación -Se agachó frente al rubio, aflojando apenas un poco el agarre sobre sus muñecas.

-Tae no estoy para bromas, dime ¿Qué mierd# está pasando? -El mencionado, usó su rostro más inocente ante la pregunta.

-Amor, piensa un poquito. No me hagas dudar de tu increíble inteligencia -Jungkook lo miro desconcertado, no podía pensar con claridad cuando su cabeza aun dolía- ¿Qué es lo que has hecho todo este tiempo que has estado ausente en casa? -El rubio creyó entender ahora de que iba esto, Tae se las estaba cobrando por el tiempo que pasaba ausente.

GoldenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora