𝒆𝒊𝒈𝒉𝒕. 𝒔uffering

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✩ˑ ━━ ❛ 𝓒𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝓔𝐈𝐆𝐇𝐓 ❜ ┊ೃ
¡ 𝒔𝒖𝒇𝒇𝒆𝒓𝒊𝒏𝒈  !

























—¡Boyd! —corrí a ayudar al parecer al único hombre lobo consciente. Este no dejaba de quejarse por el dolor y mi corazón se rompió en pedacitos al sentir su dolor.

Lo ayude ayudé a sentarse en el suelo y limpié las heridas y el sudor de su rostro. Pude ver como lágrimas caían por sus ojos y quise ayudarlo de alguna manera. Pero solo había una, y yo no podía. Boyd respiro agitadamente y tomó mi mano con la suya.

—No quiero e—estar aquí, Atenea. P—por favor, sácanos. Te lo suplico. —susurro, con la voz temblorosa.

Lo miré entristecida y acaricié su mejilla, en lo que con cuidado secaba sus lágrimas y ayudaba a quitarle el sudor y la sangre que manchaba su masacrado rostro.

—Sabes que no puedo. —susurré quedito también—. Lo lamento, Boyd. Lo siento mucho. Haría todo por ustedes y que fueran libres. —lo miré a los ojos hablándole con pura sinceridad—. Pero debes entenderme, no puedo poner en riesgo la vida de mis hermanos. —mordí mis labios al terminar de hablar.

Boyd no dijo ni hizo nada más. Solo volvió a suspirar y se recostó de la pared que tenía atrás. Sabía que él no discutiría más. Sabía que él entendía y eso me daba algo de alivio y paz. Porque Boyd no me juzgaba, y se ponía en mis zapatos. Mis hermanos eran todo para mí, y no los cambiaría por nada, ni por nadie, Boyd sabía eso.

—¿Puedes hacer algo por mí? —asentí rápidamente a su pregunta—. Mátame. —abrí los ojos y entreabrí la boca soltando un jadeo de sorpresa por lo que había dicho. Comencé a negar cada vez que Boyd suplicaba que acabara con su vida—. Por favor. Dijiste q—que harías lo que sea.

—No voy quitarte la vida. —negué otra vez—. No puedo. ¿Cómo me puedes pedir algo así? ¿Estás demente?

—Lo estaré si sigo aquí. —gruñó soltándose de mis agarres—. E—es lo único que te pido, Atenea. No quiero s—seguir así.

Negué varias veces sin poder ver a Boyd a los ojos. Entendía su sufrimiento. Me dolía ver por todo lo que estaba pasando al ser tan joven. Y sé que estaba siendo egoísta al negarme a hacer lo que pedía, pero no podría vivir con ese recuerdo de haber matado a un inocente. De haber matado... a un amigo.

—Yo prometí mantenerlos con vida. —Boyd siguió suplicando, ignorando mis palabras—. Yo lo prometí. Se lo prometí a Érica. —la mención de Érica hizo que cerrara la boca y me mirara con dolor—. No pude cumplirlo con ella, pero sé que podré cumplirlo con ustedes. Tienen que resistir. Son fuertes, pueden hacerlo. Sé que pueden. O no podré vivir en paz, recriminándome que debí dar más de mí por ustedes cuando ya lo estoy dando todo.

Boyd cerró sus ojos, y no dijo más, dándolo por finalizado. Curé con mucho cuidado al de piel oscura, y lo vestí con ropa que no estuviera rota o manchada de tierra y sangre. Lo acomodé en una posición donde sus heridas no lo molestaran al dormir. Entonces me dirigí hacia Cora para hacer el mismo procedimiento. Ella en cada momento evitó mi mirada, reprimió sus quejidos y se aguantó las lágrimas. Cora trataba de hacerse la fuerte ante la situación, pero era demasiado.

Daniella no se calló y lloró y gritó cada vez pasaba el alcohol y cosía sus heridas. Me golpeó varias veces por causarle tanto sufrimiento. Pero logré calmarla.

—¿Crees que saldremos de aquí? —preguntó mirando a la nada, en lo que yo le vendaba tremendo rasguño en su mejilla.

—Sí. —respondió casi de inmediato.

—¿Tú nos vas a sacar? —esta vez sí me miró a los ojos, y podía ver el brillo que desprendían de estos. Era esperanza. El mismo brillo que vi en Érica alguna vez.

Me mordí la lengua para no responder. Desvíe mi mirada de ella y me alejé. Oí sus suspiros y como se movía con cuidado para dormir. Me acerqué al último hombre lobo que me faltaba por curar. Corrí hacia él al oír como su corazón latía pero de lo más lento. Eso no era bueno.

—Isaac. —llame mientras lo removía para despertarlo—. Isaac, despierta por favor. ¡Isaac! —grité, llamando la atención de los otros tres menos de la que quería realmente.

Tenía muchas heridas tanto en su cuerpo como en su rostro. Había perdido mucha sangre y eso no daba buena pinta. Su respiración apenas y se oía, pero era muy calmada. Aún así, no podía evitar preocuparme. Estaba vivo, pero no por mucho.

—¿Cuánto tiempo lleva así? —los demás se encogieron de hombros, claramente preocupados por su amigo, pero estaban más al tanto de ellos mismo—. Joder.

Lo pongo en una posición en la sus heridas no hagan contacto con el suelo o la pared. Me deshago de su ropa, dejándolo en shorts. Con las manos temblorosas comienzo a desinfectar sus heridas para cocerlas. Pero estas no se veían para nada bien, eran peores al ser las de un Alfa. Y no podía hacer nada con mis poderes pues estaba en un estado nervioso y no podría controlarlo y podría matarlos a todos si no pensaba con claridad lo que estaba haciendo. Así que solo hice todo manual. Sin darme cuenta de que me había quedado dormida ahí con ellos.

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⏰ Última actualización: Sep 10 ⏰

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