𝒕𝒘𝒐. 𝒑owers

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✩ˑ ━━ ❛ 𝓒𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝓣𝐖𝐎 ❜ ┊ೃ
¡ 𝒑𝒐𝒘𝒆𝒓𝒔  !

























Ennis se cubrió con sus brazos —como si de alguna manera fuera a servirle— cuando provoqué en la sala un rayo místico. Estos hirieron a Ennis con varias quemaduras por alrededor de su cuerpo ya cansado.

—¡Ya basta! Va a matarlo. —Kali intervino en la pelea luciendo preocupada por Ennis y algo enojada conmigo.

Me reincorporé del suelo y volví a mi figura recta, colocando mis brazos detrás de mi espalda para mantener una mejor postura. Noté la penetrante y rabiosa mirada de la única mujer lobo entre nosotros en lo que se movía hacia Ennis.

—Thena. —giré lentamente a mirar al hombre que había pronunciado mi nombre de una manera tranquila, pero con una voz rasposa—. Querida, ¿qué fue eso?

Tragué grueso al oír su pregunta. Abrí la boca para responder, pero no salía nada más que balbuceos sin sentido. Mi corazón comenzó a latir rápidamente al observar por el rabillo del ojo como Deucalion se acercaba a mí con su bastón en mano.

—¿Ibas a matarlo? —negué con la cabeza rápidamente—. Palabras, querida.

—No. —contesté controlando el temblor de mi voz.

—Eso no fue lo que se interpretó. Pareció que iba a matarlo, ¿no es así? —le preguntó a los presentes en el lugar.

—No pareció, iba a hacerlo. Maldita mocosa, te cr-

Kali fue interrumpida por Deucalion en cuanto alzó su bastón al aire, exigiéndole silencio a la Alfa. Ella cerró su boca al instante, a la vez me mandaba una amenazante mirada. Agaché la mía, para evitar la suya. Deucalion tomó con fuerza mi mentón para alzar mi cabeza y que lo mirara.

—Hazlo de nuevo. —pidió, o más bien; ordenó, ejerciendo más fuerza en el apretón que mantenía en mi mentón.

—¿Qué? —aquella pregunta salió de mi boca sin ocultar la sorpresa.

Deucalion soltó mi mentón y este dolió al ser liberado, él caminó de nuevo a su asiento e hizo una seña que me costó un poco interpretar. Él quería que lastimara a Ennis nuevamente, quería que lo hiriera.

La figura de Aiden a un lado de Deucalion captó mi atención. Él me indicó que hiciera lo que Deucalion pedía, sin importar nada.

Kali sin decir nada se alejó de Ennis y me dejó el campo libre. Alcé mi mano y provoqué que una ráfaga de rayos cayera sobre Ennis otra vez. Él se quejó duramente en el suelo ante la dolorosa sensación, removiéndose como gusano sobre la superficie. Todos apartaron la mirada de sobre él con pena.

—Bien, bien, fue suficiente. —Deucalion habló y yo dejé de provocarle dolor al Alfa. Él gimió aliviado y cayó sobre el suelo cansado—. Hazlo más seguido, fue divertido. —rió sin ocultarlo.

Nadie rió más que él, la sala quedó en silencio en cuanto él dejó de reír. Se levantó y se fue sin decir o hacer algo más. Dejándome ahí a la vista de todos los Alfas presentes.

—Te escapaste esta vez, mocosa. A la próxima él no estará para salvarte el pellejo. —gruñó hacia mí mientras ayudaba a Ennis a levantarse e irse.

Suspiré más aliviada y tranquila. Mis hombros pudieron finalmente relajarse al estar solamente con mis hermanos. Ethan se me acercó y pasó uno de sus brazos por sobre mis hombros para poder caminar juntos fuera de ese lugar.

—¿Te lastimó? —negué ante la pregunta de sobre mi mentón que había hecho Aiden a mi otro lado. Él asintió no del todo convencido, pero tampoco dijo nada más.

Caminamos juntos por los pasillos del banco para llegar a nuestra habitación. Pasamos por un lado de la bóveda mis sentidos se agudizaron. Ambos gemelos lo notaron.

—¿Qué? ¿Qué sucede? —Aiden se le adelantó a Ethan al preguntar.

—Nada. —aseguré de inmediato tratando de actuar normal ante ellos.

La única que sabía hasta ahora que visitaba y cuidaba de los lobos encerrados eran Marin. Y aunque sabía que podía confiar en mis hermanos hasta mi propia vida, por su seguridad y la de los betas era mejor que no lo supieran.

—¿Oyes voces otra vez? ¿Es eso? —insistió Aiden.

—Estoy bien, Aiden. Calma. —puse mi mano en su hombro y él relajó su cuerpo ante mi suave toque.

No se necesitaba ser ciego para darse cuenta que Aiden tenía una obsesión con mantenerme a salvo de todo. Incluso de la mínima pluma. Sin importa que pudiera matar a alguien sin hacer ningún movimiento, él decía que era su responsabilidad como hermano mayor cuidarme. Ah, y a Ethan también.

—¿Segura?

—Ya les habría dicho si estuviera oyendo cosas otra vez. Lo saben. —les sonreí para tranquilizarlos.

Ellos no dijeron nada más acerca del tema y seguimos nuestro destino a nuestra habitación. Por el camino, pude sentir una pesada mirada sobre mi nuca. Giré a ver pero no había nada ni... nadie. Pero sentía la sensación de que sí.

Tal vez, el haber usado tanto mis poder me está afectando. Sí, tal vez es eso.

Ignoré por completo aquello y seguí mi camino a un lado de mis hermanos. Ethan y Aiden se prepararon para dormir en cuanto llegamos a nuestro cuarto. Yo por mi parte me senté en mi cama mientras reflexionaba lo que había pasado hace rato con Ennis.

—No te martiries por eso, Nea. —oí la voz de Ethan—. Se lo merece después de todo. Tómalo como venganza.

—No me gusta la venganza. —respondí en un hilo de voz.

Mi mirada perdida no pasó desapercibida por él. Así que traté de disimularlo dándole un pequeña sonrisa. Su mueca decía que no creía que estuviera bien.

—¿Es por ellos? ¿Los betas? —Aiden se metió en la conversación cambiándole el rumbo.

—¿Qué? No. —negué con la cabeza—. No me gusta usar mis poderes para lastimar a otros. Lo saben. Y ya no quiero hablar más del tema. Así que duérmanse.

Agraciadamente, ninguno dijo ni añadió nada más acerca del tema, lo que me dejó más tranquila. Por lo que me acomodé en mi cama y me dispuse a dormir también. Aunque solo podía pensar en los gritos de Ennis, y me fue muy difícil conciliar el sueño.

Me removí en mi cama tratando de encontrar comodidad, pero mi mente estaba en aquellos momentos. Y ni aunque pusiera mi mente en blanco lograba estar en paz. Cerré mis ojos con fuerza y todo se puso negro.

apocalypse   𖦹   teen wolf Donde viven las historias. Descúbrelo ahora