En un mundo donde el destino juega sus propias cartas, Irina (Myla) está a punto de descubrir que la vida puede cambiar en un instante.
💫 Una joven con un sueño
🎭 Una prestigiosa preparatoria
🌪️ Y un giro del destino que lo cambiará todo
Cuando u...
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¿Alguna vez te has encontrado en una situación difícil? ¿Ha caído por los suelos en algún período de tu vida? ¿O has sido uno de los que permanecen de pie, parte de esa mayoría que solo mira, se sienta y no hace nada? ¿O quizás simplemente te divierte ver caer a otros? Pues yo soy de las que han caído varias veces, pero una y otra vez se han levantado.
Primero están aquellas personas con las vendas en los ojos. Solo unos pocos se atreven a quitarse esa venda que les limita ver más allá, mientras que la mayoría simplemente escucha y juzga. Mientras demuestres debilidad, te herirán más. Luego aparecerá quien cree tener todo esto bajo su control.
Hay dos opciones: ser un cobarde más que acepta y se conforme con su destino, como muchos, o seguir luchando sin respetar esas reglas que te limitan. Yo elegí la segunda. Ahora sé cómo caer y levantarme más rápido.
Parque de Juegos
Marina y Myla se encontraban en un parque de juegos, sentadas en un columpio mientras esperaban el autobús que las llevaría a la preparatoria. El sol de la mañana brillaba sobre ellas, iluminando sus rostros juveniles llenos de preocupación por su futuro.
Marina, con determinación en su voz, se dirigió a su amiga:
—Myla, donde estudiamos ahora no nos lleva a ninguna parte. Mi sueño es tener una beca en la preparatoria JL Rosebl.
Myla suspira, balanceándose suavemente en el columpio.
—Pero sabes que solo los ricos y mimados ingresan ahí, Marina.
—Y eso que he visto que sí hay posibilidades de estar ahí —respondió Marina con entusiasmo.
— ¿Hablas del 3%? —preguntó Myla, escéptica.
—Sí, además tú sí tienes opción de ingresar por ahí junto con nuestros amigos Nuria y Felipe. Por favor, Myla, hazlo, ingresa. Mira, chica, si yo tuviera esa oportunidad, me lanzaría a la calle.
Myla detuvo su equilibrio y miró a Marina con tristeza.
—Pero Marina, por favor, no puedo. Además, no estarás ahí, mi amiga a la que quiero.
Marina se levantó del columpio y se paró frente a Myla, tomándola de las manos.
—Myla, debes ingresar. Tendrás oportunidades. Recuerda que una vez terminados los estudios ahí, tienes alto prestigio y acceso directo a todas las universidades más prestigiosas de todo el mundo.
En ese momento, Myla vio el autobús acercándose a lo lejos. Se puso de pie rápidamente, tirando de Marina.
—Ya, Marina, apúrate. Ya llegamos tarde.
Las dos amigas corrieron hacia la parada del autobús, dejando atrás el parque de juegos y la conversación inconclusa sobre su futuro académico.
