La Confrontacion De Ella y Ella

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— ¿Con qué tú familia, eh? —

Las palabras resonaron en la mente de Akane antes de ser dichas como un eco doloroso después de ser confrontada por la mayor de las Nakano. En su interior, una mezcla tumultuosa de furia, preocupación e inquietud emergió, agitando sus pensamientos con una intensidad abrumadora.

Akane siempre había imaginado que, si alguna vez se enfrentaba a una situación como esta, podría mantener la calma y actuar con prudencia. Pero las palabras de Ichika la afectaron más profundamente de lo que había previsto.

"¿Qué haces tan apegada a mi familia?"

¿Su familia? Las palabras resonaban con una ironía cruel, refiriéndose a las quintillizas, quienes habían abandonado a sus propias hijas por el simple deseo de seguir sus sueños. Akane sabía que ninguna justificación podría excusar esa decisión. Las equivocaciones de Fuutarou, por dolorosas que fueran, no podían servir de excusa para el dolor infligido a esas pequeñas inocentes. Las verdaderas víctimas de toda esta situación eran las hijas que las quintillizas habían dejado atrás, enfrentándose a la realidad sin el amor y el apoyo de sus propias madres en los primeros años de sus vidas.

Akane se encontraba atrapada entre el resentimiento y la preocupación por esas niñas, que tarde o temprano deberán saber la verdad.

El abandono de las quintillizas había dejado un vacío profundo en sus vidas, uno que ella se había encargado de llenar poco a poco. La traición de Ichika, al igual que la de sus hermanas, no era solo una herida personal, sino una fractura en la vida de aquellas que habían sido abandonadas, y Akane no podía evitar sentir el peso de ese dolor.

La tensión de la confrontación y la preocupación por el bienestar de esas niñas se entrelazaban con la frustración que sentía hacia las quintillizas. A medida que las palabras de Ichika seguían resonando en su mente, Akane luchaba por comprender la verdadera naturaleza del sacrificio y el impacto de sus decisiones sobre quienes habían sido dejadas atrás.

— Si, eso fue lo que dije — Ichika respondió tranquilamente — ¿Vas a responder? —

— Oh, lo siento. No se a que familia te refieres — Akane respondió sonriendo irónicamente — Es una pena no poder ayudarte —

Ichika frunció el ceño ligeramente molesta por esa respuesta. Ella sabía que Akane le estaba tomando el pelo.

— Sabes perfectamente a quienes me refiero, así que serviría mucho que dejaras de hacerte la idiota —

— Ohhhh, tal vez te refieras a las personas que abandonaste por... Ummm ¿Cuántos años tienen mis niñas? ¡Oh, es cierto! Siete, siete años —

— ¿Tus niñas? Jajaja... Pienso que estás algo confundida en eso Takebayashi-san —

— ¿Confundida, dices? — Akane poco a poco hizo su tono de voz más severo — ¿Qué quieres que te diga? Tal vez ¿Felicidades por reconocer que tienes una familia? No, no puedo hacer eso, tu ahora mismo no tienes derecho ni de mirarlas a la cara, ni a las niñas o a Fuutarou-san —

— Al parecer estás tomando retribuciones que no te corresponden — Ichika afilo su mirada — Tu no tienes nada que ver en todo esto —

Ambas mantuvieron sus miradas sobre la otra durante unos segundos, se sentía la tensión en el ambiente y tal vez palabras más fuertes podrían llegar a salir.

Ichika es la mayor de las Nakano y la madre sanguínea de Kaede, sin embargo lo único que tiene de madre es lo que respecta a la sangre.

La furia de Akane venía por las palabras dichas por Ichika "¿Qué haces tan pegada a mi familia?"

Más allá de las palabras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora