Capítulo 5: Lidiando con lo Inevitable
Martin había pasado las siguientes semanas intentando enterrar lo que sentía. Se concentró en su trabajo, en los detalles del juicio que aún tenía pendiente. No era alguien que se dejara llevar por las emociones fácilmente, y menos en su profesión, donde la objetividad y el control eran la clave. Pero algo había cambiado. Cada vez que pensaba en Juanjo —en sus sonrisas arrogantes, en su persistente desafío—, el corazón le latía más rápido de lo normal. No entendía del todo lo que le estaba sucediendo, pero sabía que era algo que no podía ignorar por mucho tiempo más.
El día de la audiencia final llegó, y el tribunal estaba abarrotado. Martin se preparó con todo lo que tenía; este juicio era más importante de lo que parecía. No solo era un enfrentamiento profesional con Juanjo, sino que, de alguna manera, había dejado que lo personal se colara en su mente. Mientras repasaba sus notas, intentó bloquear cualquier pensamiento que lo distrajera. Pero entonces, Juanjo entró en la sala con su habitual seguridad. Martin lo observó desde su asiento, sintiendo ese familiar nudo en el estómago que ya conocía demasiado bien.
Ambos presentaron sus casos con habilidad. El juicio fue un espectáculo de estrategias brillantes y argumentaciones sólidas. Cada punto que Martin hacía, Juanjo lo desafiaba con precisión, y viceversa. Para los observadores, parecía una batalla entre dos grandes titanes de la ley, pero para ellos, era algo más. Cada mirada, cada gesto, tenía un significado oculto, uno que solo ellos podían entender.
Cuando llegó el momento de los alegatos finales, Martin se levantó con calma y expuso sus últimos argumentos. Su voz era firme y clara, y mientras hablaba, se enfocaba en el juez y el jurado, pero no podía evitar sentir la mirada de Juanjo sobre él. Terminó su exposición con una última frase contundente, seguro de que había hecho todo lo posible por ganar.
Luego fue el turno de Juanjo. Se levantó, caminando con la misma confianza de siempre, y cuando empezó a hablar, el tono de su voz, aunque firme, tenía algo más suave de lo habitual. Sus palabras fluían con maestría, pero había algo en la manera en que hablaba que parecía estar dirigido directamente a Martin, como si en lugar de un alegato legal, estuviera diciéndole algo personal.
"Este caso no es solo una cuestión de ganar o perder, sino de entender lo que realmente importa. A veces, nos enfocamos tanto en lo superficial, en la competencia, que olvidamos lo esencial. Nos olvidamos de ver lo que está justo frente a nosotros," dijo Juanjo, lanzándole una rápida mirada a Martin, lo suficientemente sutil como para que solo él lo notara.
Martin sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, pero mantuvo su expresión neutral. No podía permitirse mostrarse afectado, no en medio de un juicio. Sin embargo, esas palabras resonaron dentro de él de una manera que no había anticipado.
Cuando el juicio terminó, ambos abogados se despidieron profesionalmente. El veredicto llegaría en los próximos días, pero ninguno de los dos estaba realmente concentrado en eso. Para Martin, lo que importaba ahora no era el resultado del juicio, sino lo que estaba sucediendo entre él y Juanjo.
Esa misma tarde, mientras recogía sus papeles en su despacho, Juanjo apareció en la puerta, como si fuera lo más natural del mundo.
"Buen trabajo hoy," dijo Juanjo, apoyándose en el marco de la puerta.
Martin asintió, sin mirarlo. "Igualmente."
Hubo un silencio incómodo entre ellos. Martin sabía que Juanjo no había ido allí solo para felicitarlo. Algo más estaba en juego, algo que ambos habían estado evitando desde hacía semanas. Finalmente, Martin dejó los papeles a un lado y levantó la vista para enfrentarlo.
"¿Qué quieres, Juanjo?" preguntó, cansado de los rodeos.
Juanjo entró en la oficina y cerró la puerta tras de sí, su expresión más seria de lo habitual. "Necesitamos hablar."
"¿Sobre qué?" Martin cruzó los brazos, intentando mantener la distancia emocional, aunque sabía que era inútil.
"Sobre lo que está pasando entre nosotros." Juanjo lo miró directamente a los ojos, sin rodeos.
Martin sintió cómo el aire de la habitación se volvía más denso. Había estado esperando este momento, aunque también había intentado evitarlo a toda costa. "No hay nada de qué hablar. Somos rivales, trabajamos en casos opuestos. Eso es todo."
Juanjo se acercó un poco más, sacudiendo la cabeza lentamente. "Sabes que eso no es cierto, Martin. Hemos estado evitándolo, pero hay algo más aquí. Y no creo que sea solo cosa mía."
Martin apretó los labios, sin saber qué decir. Parte de él quería gritar que Juanjo estaba equivocado, que solo era la presión del trabajo, del juicio. Pero otra parte, una que había estado creciendo dentro de él desde que se conocieron, sabía que Juanjo tenía razón.
"¿Qué se supone que haga con eso, entonces?" preguntó finalmente, su voz un poco más baja, casi derrotada.
Juanjo se detuvo justo frente a él, con una expresión más suave de lo que Martin había visto jamás. "Tal vez podríamos dejar de pelearnos por un momento. Dejar de fingir que lo que sentimos es solo competencia."
Martin lo miró fijamente, intentando procesar lo que estaba sucediendo. Era cierto, siempre había habido algo más entre ellos, algo que no podía definir del todo. Pero había permitido que la rivalidad y el orgullo lo cegaran, convenciéndose de que esos sentimientos no existían.
"Es complicado," murmuró Martin, aunque sabía que no era una verdadera objeción. No podía negar lo que estaba ocurriendo.
"Las mejores cosas suelen serlo," respondió Juanjo, su voz más suave ahora, con una ligera sonrisa.
El silencio se instaló entre ellos, pero esta vez no era incómodo. Era un momento de aceptación, de reconocimiento mutuo. Ninguno de los dos había anticipado que su rivalidad se transformaría en algo más, pero ahí estaban, enfrentando la realidad de sus sentimientos.
Finalmente, Martin suspiró, bajando los brazos. "Esto no va a ser fácil."
Juanjo sonrió con más fuerza, acercándose un poco más. "Nunca dije que lo sería. Pero estoy dispuesto a intentarlo."
Martin lo miró un momento más antes de asentir lentamente. Tal vez no tenía todas las respuestas en ese momento, pero sabía que ya no podía seguir negando lo que sentía. Juanjo estaba dispuesto a cruzar esa línea, y él también. Ahora solo quedaba ver hacia dónde los llevaría.
ESTÁS LEYENDO
Entre Leyes y Corazones
Fanfiction"Buen trabajo ahí adentro," dijo una voz a su espalda. Martin se giró para ver a Juanjo, que lo había seguido hasta el pasillo. "Gracias," respondió Martin, intentando sonar cortés, aunque su paciencia estaba al límite. "Debo decir que esperaba más...