Capítulo 8: Un Paso Adelante

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Después de la exposición de arte, la relación entre Martin y Juanjo empezó a fluir con mayor naturalidad. Sus interacciones se volvieron más frecuentes y menos tensas, marcando el comienzo de un nuevo capítulo en su relación. Habían decidido dejar de lado la rivalidad profesional y explorar lo que realmente significaba estar juntos fuera del ámbito laboral.

Una semana después, Juanjo propuso que se fueran de escapada de fin de semana. La idea era pasar tiempo en un lugar apartado para relajarse y continuar conociéndose en un ambiente más íntimo. Martin, aunque un poco escéptico al principio, aceptó la invitación. La posibilidad de escapar del ritmo frenético de la ciudad y disfrutar de un tiempo juntos parecía tentadora.

Juanjo había reservado una pequeña cabaña en un área rural cercana, rodeada de bosques y con un lago pintoresco. El viernes por la tarde, ambos se encontraron en el estacionamiento del bufete, cargando el coche con lo necesario para el fin de semana. La atmósfera estaba llena de emoción y una ligera tensión nerviosa.

"¿Tienes todo lo que necesitas?" preguntó Juanjo mientras aseguraba las maletas en el maletero.

"Creo que sí. Espero no haber olvidado nada importante," respondió Martin, ajustando una bolsa en el asiento trasero.

"Seguro que está todo bien. Si nos falta algo, siempre podemos improvisar," dijo Juanjo con una sonrisa tranquilizadora.

El viaje hacia la cabaña fue tranquilo, con conversaciones casuales y música de fondo. A medida que se adentraban en la naturaleza, Martin comenzó a relajarse, sintiendo la distancia de la ciudad y del trabajo. El paisaje cambió de edificios y calles a verdes campos y árboles altos. Era un cambio bienvenido.

Cuando llegaron a la cabaña, Juanjo deshizo el equipaje mientras Martin exploraba el lugar. La cabaña era acogedora, con una gran chimenea, una cocina completamente equipada y una terraza con vistas al lago. El entorno era perfecto para desconectar y disfrutar del tiempo juntos.

"Este lugar es increíble," dijo Martin mientras se asomaba por la ventana de la sala principal.

"Me alegra que te guste," respondió Juanjo, entrando en la sala con una botella de vino. "Pensé que podríamos disfrutar de una copa de vino mientras nos acomodamos."

Martin tomó la copa que Juanjo le ofreció y brindaron por el fin de semana que tenían por delante. Luego de un día de viaje y trabajo, la cena estaba lista. Juanjo había preparado algo sencillo pero delicioso: pasta con salsa de tomate y albahaca fresca. Mientras comían, la conversación giraba en torno a sus planes futuros, anécdotas de la infancia y sueños personales.

Al caer la noche, después de una cena relajada junto a la chimenea, Martin y Juanjo se acomodaron en el sofá, disfrutando del calor del fuego. Juanjo puso una película en la televisión, pero pronto se dieron cuenta de que el ruido de la película solo servía como fondo a la conversación que mantenían.

"¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?" preguntó Martin, rompiendo el silencio.

Juanjo pensó por un momento antes de responder. "Lo que más me gusta es el desafío constante. Cada caso es diferente, y siempre estoy aprendiendo algo nuevo. Pero también disfruto el aspecto de ayudar a las personas, de hacer una diferencia en sus vidas."

Martin asintió, apreciando la respuesta de Juanjo. "Sí, entiendo lo que quieres decir. A veces el trabajo puede ser abrumador, pero el impacto que tienes en la vida de las personas hace que valga la pena."

La conversación continuó durante horas, explorando temas profundos y triviales, hasta que ambos comenzaron a sentirse cansados. Finalmente, se levantaron y se dirigieron a sus habitaciones, despidiéndose con un beso suave antes de separarse para la noche.

El sábado por la mañana, despertaron temprano con el sonido de los pájaros cantando y el sol filtrándose a través de las cortinas. Juanjo preparó un desayuno sencillo: huevos revueltos, tostadas y fruta fresca. Después de comer, decidieron pasar la mañana explorando los alrededores de la cabaña.

Hicieron una caminata por un sendero cercano que bordeaba el lago. El aire fresco y el paisaje sereno ofrecieron una oportunidad para relajarse y disfrutar de la compañía del otro. Mientras caminaban, Martin notó lo cómodo que se sentía a su lado, sin la presión de las disputas profesionales que solían definir sus interacciones.

"Este lugar es hermoso," comentó Martin mientras se detendían para observar el lago.

"Sí, es un buen cambio de ritmo," respondió Juanjo. "Es lo que necesitábamos, creo."

Martin lo miró y sonrió, sintiendo una conexión más profunda con Juanjo. "Estoy de acuerdo. Ha sido un buen descanso."

Después de la caminata, regresaron a la cabaña y se dedicaron a actividades más relajadas. Juanjo propuso jugar a algunos juegos de mesa, y mientras estaban inmersos en una partida de ajedrez, las bromas y las risas hicieron que el tiempo pasara rápidamente.

La tarde llegó con un cielo despejado, ideal para disfrutar de un picnic en la terraza. Juanjo había preparado una selección de bocadillos y bebidas, y se sentaron afuera para disfrutar del paisaje y la comida. La conversación continuó de manera fluida, con anécdotas y planes para el futuro.

El sábado por la noche, después de una cena informal y una conversación más íntima, Martin y Juanjo decidieron salir a dar un paseo bajo las estrellas. La noche estaba despejada y el cielo estrellado proporcionaba una vista impresionante. Mientras caminaban por el sendero cerca del lago, Juanjo tomó la mano de Martin, un gesto simple pero significativo.

"Me alegra que estemos haciendo esto," dijo Juanjo, su voz suave en la tranquilidad de la noche.

Martin apretó la mano de Juanjo, sintiendo una mezcla de felicidad y calma. "Yo también. Ha sido una experiencia increíble."

Ambos se detuvieron en un mirador sobre el lago, donde se quedaron en silencio, disfrutando de la belleza del paisaje y de la compañía del otro. Martin se inclinó lentamente para besar a Juanjo, un gesto lleno de ternura y emoción. El beso fue suave y lleno de promesas, un reflejo de lo que estaban construyendo juntos.

Mientras regresaban a la cabaña, Martin y Juanjo sabían que este fin de semana había sido un paso importante en su relación. Aunque aún quedaban desafíos por enfrentar, habían logrado construir una base sólida de confianza y comprensión.

El domingo por la mañana, empacaron sus cosas y se prepararon para regresar a la ciudad. El viaje de vuelta fue tranquilo, con conversaciones ligeras y una sensación de satisfacción. Habían pasado un tiempo maravilloso juntos y estaban listos para enfrentar lo que viniera.

Cuando llegaron al bufete, se despidieron con un abrazo y un beso antes de separarse para retomar sus responsabilidades. Martin sabía que este fin de semana había cambiado su perspectiva sobre su relación con Juanjo. Ahora estaban listos para enfrentar el futuro juntos, con una mayor comprensión y aprecio por lo que significaban el uno para el otro.

Entre Leyes y CorazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora