Everyone Has Their Vices| T.R

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Situación: Tom te cuenta que se masturba (y más) para aliviar el estrés. Al típico estilo de Tom.

Advertencias:coqueteo, insinuación de masturbación, sesión de besos,mucha tensión

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Pero ¿cómo?

Tom inhaló con fuerza y los músculos de su mandíbula se tensaron mientras se preparaba para volver a explicar por lo que parecía ser la centésima vez-. Porque, la más mínima distracción o duda puede tener consecuencias, como dije antes. Un lapso momentáneo en cualquiera de las áreas que cubrimos resultará en una desintegración.

Parpadeaste, mirándolo como si hubiera hablado en otro idioma. La noche y la atención incesante en el rostro de Tom durante las últimas cuatro horas habían desdibujado todo en una neblina y habían apagado su voz hasta convertirla en un zumbido monótono, mezclándose con el suave susurro del pergamino y el distante chapoteo del lago contra la ventana. Podía verlo: tu desconexión, la forma en que sus palabras se deslizaban a través de ti como agua entre los dedos.

Exhaló, desplomándose en su silla, una mano rastrillando su cabello oscuro con frustración. -¿Deberíamos dar por terminada la noche?

-Probablemente -murmuraste, mientras tu mirada se dirigía hacia la ventana que había detrás de él, donde la superficie del Lago Negro ondulaba bajo la luz de la luna-. Me has sobrecargado el cerebro. Hace dos horas que dejé de comprender.

Sentiste que los ojos de Tom se entrecerraban ligeramente mientras te observaba; debías haberte visto hecha un desastre. Se te habían caído mechones de pelo de la cola de caballo, la camisa de tu uniforme estaba medio desabrochada y había una opacidad en tus ojos que hablaba de algo más que de agotamiento. Una semana postrada en cama por la gripe te había hecho retroceder y ahora, a pesar de los mejores esfuerzos de Tom, te sentías como si te estuvieras ahogando.

Él sabía que estabas estresada más allá de toda medida; normalmente no eras así.

-Necesitas relajarte -dijo, y las palabras te llegaron con la frialdad de un hecho indiscutible-. No retendrás nada en el estado en el que estás.

-¿Cómo puedo relajarme cuando llevo dos semanas de retraso? ¿Y los exámenes son la semana que viene? -Tu voz se quebró por el peso de tu frustración mientras apoyabas los codos en su escritorio, enterrando la cara entre las manos-. Estoy jodida, Tom. Sé que lo sabes.

-¿Estaría sentado aquí perdiendo el tiempo si pensara que tú estás jodida? -Te observó, casi clínico en su intensidad mientras hablaba, con un tono serio, carente de cualquier falso consuelo. Atravesó tu desesperación con facilidad. Tom Riddle nunca hacía nada sin un propósito; si estaba aquí, significaba que creía que valía la pena el esfuerzo. -Mi sugerencia es que reinicies tu cerebro -continuó, con la voz firme como sus dedos mientras cerraba el libro de texto entre los dos-. Sal a caminar. Date una ducha fría. Salta al lago. Lo que sea que necesites hacer para descomprimirte.

La simplicidad de sus sugerencias casi te hizo reír, pero era el tipo de risa que fácilmente se convertiría en lágrimas si lo permitías. Tom tenía una manera de simplificar todo hasta dejarlo en su forma más básica, de atravesar tu estrés y tu caos y presentarte una respuesta simple y sin adornos.

Eras un desastre y él te estaba diciendo que lo arreglaras, sin mimos ni compasión, solo una evaluación lúcida de la situación. Y de alguna manera, eso era exactamente lo que necesitabas oír. Lo apreciabas por ello.

-Descomprimirte, ¿eh? No creo que haya hecho algo así nunca. -Te reclinaste en tu silla con una sonrisa torcida y los brazos cruzados-. ¿Eso es lo que haces? ¿Saltar al lago?

Los Hermanos Riddle | One Shots 🖤🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora