Cap 4

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Dejé caer mi mochila, me quité los zapatos en el camino y me dejé caer en la cama, llevaba 64 hrs sin dormir y todo me daba vueltas, pero por alguna razón estaba incómoda ¿Será que es porque no me he bañado?

Ni modo, tomé fuerza de no sé dónde y fui a tomar una ducha, aunque tal vez necesita algo un poco más físico, si ¿Por qué no? 

Cerré la llave y puse un poco de shampoo en mi mano y comencé a estimular mi miembro, la realidad es que llevaba como dos años sin tener sexo, incluso tomándole hastío u odio, pero ahora, se sentía maravilloso, el cambio a Las Salinas me estaba sentando bastante bien y un golpe del otro lado de la pared y pequeño quejido

Me enjugué enseguida, me vestí y salí, llamé a la puerta - ¿Hola, Catra, todo está bien? - No obtuve respuesta, solo el silencio un tanto incómodo, seguramente está de guardia, pues algo se cayó y encontrará una gran sorpresa al llegar, debo pedirle su número de celular 

De acuerdo, el universo dice que aún no debo romper el celibato, puta madre. Una horrible mosca, de las que tienen colores verdes y a veces rosas, acompañada de un aroma putrefacto

Volví a mi departamento y preparé un sabroso cereal con leche para cenar, esperando así poder conciliar el sueño, sin embargo, ese aroma nauseabundo continuaba, no vi que estuvieran limpiando las alcantarillas, ni mucho menos que hubiera alguna ruptura del drenaje

Mi foco comenzó a parpadear, la puerta del baño se cerró de golpe y descendió la temperatura, creo que mejor me iré

Tomé las llaves y giré la perilla de la puerta, pero no se abría la puerta - No, no, no - Golpeé la puerta, metí mis llaves e intenté abrir, pero estaba bloqueada - ABRE CARAJO - Las cosas comenzaron a caerse y las puertas de la lacena a abrirse y cerrarse con violencia, esto es un sueño. Corrí a mi habitación, estrellándome de cara con la puerta que se cerró abruptamente, cayendo de espalda al piso. Me arrastré hacia el sofá de la sala y opté por ponerme en posición fetal - ¡AUXILIO!

Sentí una fuerza jalar mi brazo, pero hice fuerza para que, lo que sea, no me hiriera, me vi envuelta en una situación que parecía duraría una eternidad, mi corazón latía mucho más rápido de lo que antes lo hubiese sentido antes y mi aliento parecía iba a sucumbir a ante el tormento, si no fuese por algunos toquidos a mi puerta - ¿Adora, estás bien?

¿Catra? Abrí mis ojos, la puerta del baño estaba abierta, las de la lacena cerradas y las cosas que juraría habían caído, estaban intactas ¿Habrá sido mi desvelo el que me jugó este chascarrillo? ¿Mi cansancio jugó con mi mente exigiendo descanso? - Entra  - Miré mis manos lastimadas, había cerrado mis puños tan fuerte, que mis uñas habían cortado mi piel

-¿Que sucede? Escuché tus gritos

Desconcertada, me senté en el piso y suspiré aliviada de que mi vecina estuviera conmigo - Yo, yo, yo - Ni siquiera podía articular frases completas por el momento

-Te heriste ¿Tienes botiquín?

Señalé el baño y esperé, miré a mi alrededor con actitud defensiva, esperando cualquier cosa, respondiendo con un sobresalto el toque de ella, mi vecina, la cual me dejó pasmada al ver su fino rostro y sus ojos con una hermosa heterocromía, ni siquiera sentí el antiséptico - Gracias

-¿Entonces? ¿Que sucedió?

-Yo... - Miré a mí al redor nuevamente - Creo que tuve una horrible pesadilla, horrible en verdad

-De acuerdo, deberías dormir, es muy noche 

-No sé si quiero

-¿Le temes a la oscuridad? - Preguntó con burla

Mi vecina de al ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora