Cap 6

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 De atrás del Dr Gómez, vi de reojo como pasaba una persona ¿De dónde salió? ¿A dónde fue? Claramente vi a alguien pasar

-Dra Grayskull ¿Que sucede?

-Nada, recordé algo de pronto - Volví a concentrarme, estaba en medio de una cirugía de aplicación de placa en la tibia de un hombre de 47 años que intentó volver a sus épocas de futbolista llanero en su adolescencia

Terminé de poner la placa y el ayudante comenzó a suturar, era hora de ir a la escuela, por lo que me quité la bata quirúrgica y salí de quirófano para ir a enfermería y dejar las indicaciones

No estaba Catra, no supe en que área estaba, pues no la vi ni en el quirófano y no tenía tiempo de buscarla para darle su ofrenda del día, pero quién si estaba, era Sarahi, que, aunque ya tomaba sus supresores y no estaba en celo, seguía sintiendo ese dulce aroma llamándome, sintiendo mi boca salivar por tal manjar - ¿Podemos hablar? - Preguntó dulcemente 

-Disculpa, pero me tienen en la mira y no puedo arriesgarme 

-Es que pensé que...

-Si, lo siento, pero nos dejamos llevar las dos, no te preocupes, no le diré nada a tu novia, solo olvidemos que sucedió ¿De acuerdo? - Le dejé la hoja de indicaciones del paciente y salí corriendo de ahí, no tanto por querer llegar a tiempo a la escuela

Aburrido, aburrido, aburrido, mi tiempo perdido en tediosas clases que, a decir verdad, no me hacían falta y aunque pecase de soberbia y arrogancia, esto ya lo sabía, siendo hija de un grandioso médico cirujano traumatólogo especialista en cadera, pie y manos, ya sería inaudito que no recibiese instrucción desde mucho tiempo atrás, pero debía fingir interés 

Y como no hay plazo que no se cumpla, ni fecha que no llegue, a de no ser que mueras, por fin llegó la noche y el semestre terminó, pude regresar a mi departamento, caminando claro

Los turistas comenzaban a llegar y pasearse por las calles empedradas y los locales sacaban sus mesas colmadas de souvenirs baratos, redecillas llenas de conchitas, frasquitos con arena, gafas de sol, sombreros, etc.,

Los "artistas" hacían espectáculos para poder pagar sus estancias con los donativos que los otros turistas dejaban en sus sombreros, dándome una idea

Llegué a casa, la reja estaba abierta y varias voces resonaban por los estrechos pasillos, en el camino, me topé con personas bajando muebles por las escaleras, porque obvio, desde que llegué, el letrero de "No sirve" en el elevador seguía puesto

Al llegar a mi piso, me di cuenta de que los vecinos que habían llegado después de mí estaban yéndose, la esposa fumaba mostrándose ansiosa y su esposo la abrazaba

-Vecina, vecina - Me llamó la nerviosa - Dígale a mi esposo que no estoy loca

-¿Que sucede?

-Sé que usted lo ha escuchado ¿Verdad que en el 45 se escuchan ruidos?

-¿Ruidos?

-Y gritos, lamentos y llantos, golpean las paredes, las cosas se mueven

¿También lo escucha? ¿No se trataban de sueños? Me convencí de que era por falta de sueño, además, no es en el 45, Catra vive ahí - Bueno, yo...

-Déjala, cielo - Dijo el esposo quitando a su esposa de mi camino - Disculpe las molestias

-Tal vez deba descansar más - Le respondí a la señora - Las escuché, pero suelo permanecer despierta hasta por 36 horas seguidas o muchas más

-Probablemente sea eso - Dijo él - De todas formas, nos iremos a un departamento de la planta baja

Sonreí y entré a mi departamento un tanto perpleja, había una persona que sentía lo que yo, que pasó por lo que yo y no me podría decir loca ¿Y si cuento mis vivencias?

Mi vecina de al ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora