Cap 3

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Los días pasaron y por fortuna, mi vecina había cesado con sus redecoraciones nocturnas y cuando escuchaba que ella salía, conversaba, teniendo solo respuestas monosilábicas o nada, hasta que escuchaba que se metía a su departamento

-Doctora Adora Grayskull, venga conmigo, me asistirá en un remplazo de cadera

¡¡SI!! Mi primer cirugía, anteriormente ya la había hecho junto a mi papá, momento en el que le tomé amor a esta rama de la medicina, las prácticas con él me han estado abriendo los caminos como no pude darme una idea - Si, cuente conmigo

-Soy el Doctor Bernardo Gómez Aldana, te escogí porque no confío en los estudiantes, jamás he confiado en ellos, todos los estudiantes son unos brutos

-Todas las eminencias de la medicina, incluso usted, fueron estudiantes algún día

-No te pases de lista, te escogí porque eres hija del Dr Randor y sé de primera mano que él te estuvo instruyendo, como este hospital es escuela, me obligan a que tome a un estudiante para cualquier cirugía que haga, haremos la cirugía y seguirás su evolución, caga esto y ni tu padre podrá ayudarte ¿Estamos?

-Si señor

Josefina Martines, paciente femenino de 70 años, hipertensa controlada, diabética, signos vitales estables que sufrió una caída del segundo escalón de la escalera de su casa y sufre una fractura completa de la cabeza del fémur derecha, corroborada por radiografías

Uno de los mayores peligros para la paciente, era la anestesia, pero eso no era mi responsabilidad

Por fortuna, todo salió a pedir de boca, después de tres horas mi paciente ya estaba siendo llevada a su habitación

Me quedé sola en los vestidores mirando videos de Facebook, tomando café y comiendo lo que los representantes de las farmacéuticas nos llevaban, las enfermeras se encargaban de limpiar y lavar el instrumental, se escuchaban hasta ahí sus carcajadas

Mi celular sonó - ¿Hola?

-Hola doctora, la paciente Josefina tiene la presión 50/40

Carajo - Voy para allá, dale un bolo intravenoso de Hartman 500 ml -Me apresuré a subir a piso, donde las enfermeras ya me esperaban - ¿Como va?

-Estabilizándose

-Quiero que le pongan el monitor, toma de signos vitales cada hora y reportar, vigilen el sangrado y avísenme cualquier cosa

-Si doctora

Mientras escribía las indicaciones, ellas se fueron, dejándome en enfermería, escuché los murmullos con una voz conocida - ¿Vecina? - Miré hacia un cuartito junto a enfermería - Soy Adora

-¿Ocupa algo?

Dijo una enfermera que iba saliendo del cuartito - Eh, no, no, gracias - Aluciné

Gracias a Dios, mi práctica había terminado y podía irme a casa, lo grandioso de no tener ni para el pasaje de camión, es que las calles de Las Salinas son bastante pintorescas y alegres, curiosamente, mi mirada fue hacia un exhibidor, donde la calcomanía de un gato raro, tipo cósmico llamó mi atención y la compré con mis últimos $10 pesitos en mi bolsa, corrí al edificio, subí a mi piso y despegué una de las estampitas que había quedado maltratada cuando me enojé y la cambié por la que compré

Entré a mi departamento, había dejado mi toalla secando en el balcón, mientras la doblaba, escuché aquel cancel - Hola, creí escuchar tu voz en el hospital - No obtuve respuesta - Pegué una estampita nueva en tu puerta, la cambié por una que maltraté - Mi toalla se cayó de mis manos, seguí su trayectoria con la mirada - ¡¡¡AAAAAAYYY WEEEYY!! - Una mano fría de largas y cuidadas uñas pintadas con negro, que inmediatamente se retiró ante mi grito - LO SIENTO, LO SIENTO, ME ASUSTÉ, MI TOALLA SE CAYÓ Y YO, Y YO, YO, YO... 

Mi vecina de al ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora