Prologo

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Es de noche y el frío cala mis huesos, como si intentara abrirse camino hasta mi corazón. El viento se cuela entre los árboles del bosque y el crujir de las ramas resuena en la oscuridad, pero es el sonido de una voz lo que me guía, repitiendo mi nombre. Es apenas un susurro, apenas audible entre el murmullo del follaje, pero lo sigo. Sigo caminando, adentrándome más en la espesura. Mis sentidos están alertas, pero la oscuridad es densa, casi tangible, y no logro ver con claridad. De repente, el silencio cae sobre mí como una losa, y lo veo: el Nemeton, ese maldito árbol.

En el centro, hay una figura que me resulta inquietantemente familiar. Me acerco con cautela, los latidos de mi corazón se aceleran, y mi lobo gruñe en advertencia dentro de mí. No tengo idea de qué está pasando, pero una parte de mí sabe que nada bueno puede salir de esto.

—Hola, guapo —la voz burlona de Kate Argent rasga el silencio como una cuchilla.

Me detengo de golpe. Un escalofrío me recorre la columna vertebral, congelando cada fibra de mi ser. No puede ser. ¿Cómo es posible que esta mujer esté en todos lados?

Antes de que pueda reaccionar, Kate saca una pistola y, sin dudar, me dispara en el estómago. El dolor es inmediato y abrasador, como si me hubieran prendido fuego desde dentro. Caigo de rodillas, y otro disparo me atraviesa el hombro, arrojándome de espaldas contra el suelo.

—¡Derek! ¡Derek! ¡Derek! —una voz lejana y alterada grita mi nombre.

Intento levantarme, pero el dolor me retiene en el suelo como una cadena invisible. Miro a mi alrededor, desesperado, y lo veo. Stiles corre hacia mí, con el rostro pálido de terror. Llega a mi lado y se arrodilla, sus palabras son confusas al principio, pero cuando me concentro, puedo escucharlo con claridad.

—Despierta... tienes que despertar —me ruega con una mezcla de urgencia y desesperación.

—¿De qué hablas? —gruño entre dientes, luchando contra el peso que me mantiene anclado al suelo.

—¡Despierta, Derek!

Levanta su mano como lo hizo la última vez y veo lo imposible: dedos de más, retorcidos de manera antinatural. No... Esto no es real. Estoy soñando. Estoy soñando.

Despierto de golpe en mi sillón en el loft, el corazón martilleando contra mi pecho. Me esfuerzo por calmar mi respiración desbocada y me repito a mí mismo que era solo un sueño. Que estoy bien. Que Kate no está aquí.

Me siento y paso una mano por mi cabello, frustrado. Estos sueños han estado acechándome durante días. No encuentro respuestas sobre mi lobo, ni sobre el porqué de estos sueños. Sé por qué Stiles aparece en ellos, pero es algo que no le he confiado a nadie. Y eso solo hace que cuando lo veo, no esté seguro de si sigo soñando o si es real lo que ocurre a mi alrededor.

Me levanto del sillón y comienzo a buscar uno de los tantos libros que he estado leyendo, tratando de entender qué demonios me está pasando. Cómo Kate logró revertir mi edad, por qué afecta mi lado de licántropo, y lo más importante, qué tiene que ver todo esto con mi ancla.

Dreams [Sterek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora