Me despierto cuando llegamos a Eichen. Braeden me da un leve toque en el hombro, y bajo del auto sintiendo el peso de la noche todavía sobre mí. Hablamos con el contacto de Deaton, y en cuestión de minutos ingresan a Peter, aunque incluso medio inconsciente sigue mostrando resistencia. Ver cómo desaparece detrás de esas puertas me deja con una extraña mezcla de alivio y vacío, pero al menos por ahora, ya no es mi responsabilidad.
El trayecto de regreso al loft es silencioso. No hablamos, porque no hay mucho que decir; lo ocurrido sigue colgado en el aire como una niebla pesada que ninguno de los dos está listo para atravesar. Cuando llegamos, Braeden va directo a la ducha, y yo me quedé en la cocina, preparando algo de comida. Regresar de entre los muertos abre un apetito salvaje.
Ella emerge envuelta en vapor, su expresión serena pero distante. Compartimos la cena en un silencio cómodo, como si cada mordisco fuera una tregua que aceptamos sin preguntas. Luego es mi turno de ducharme, y dejo que el agua caliente arrastra no solo la suciedad del día, sino también el peso de lo que ha quedado atrás. Salgo sintiéndome más ligero, más... yo. Mi lobo está conmigo otra vez, y por primera vez en mucho tiempo, sé que podrá proteger a quienes me importan.
Cuando regreso, veo que Braeden guarda sus cosas en una maleta. Hay algo definitivo en sus movimientos, como si ya estuviera un paso más allá de este lugar.
—¿A dónde irás ahora? —le pregunto, intentando no sonar demasiado afectado.
—Hay alguien a quien he tardado mucho en encontrar... y finalmente tengo una oportunidad de volver a esa búsqueda —me dice, mientras cierra la cremallera de la maleta.
—¿Quién es? —insisto, curioso.
—Solo conozco su código: la loba del desierto.
Ese nombre resuena en mi cabeza como un eco distante, familiar, pero no logro recordar de dónde lo he escuchado antes. Aún así, asiento.
—Si necesitas cualquier cosa, lo que sea, no dudes en llamarme —le digo, sabiendo que lo digo en serio.
Ella sonríe ligeramente, una sonrisa pequeña pero llena de significado.
—Gracias, Derek. Prometo que lo haré... cuando lo necesite —me responde con una mezcla de gratitud y nostalgia en la mirada.
Me acerco a uno de los cajones y busco algo que había comprado para el "por si acaso". Lo saco y se lo entrego, una pequeña caja envuelta de manera simple.
—¿Qué es esto? —pregunta, mirando la caja entre sus manos.
Me encojo de hombros, como si no fuera gran cosa, pero ella abre la caja lentamente, con curiosidad. Dentro, encuentra un brazalete de plata con la palabra "survivor" grabada.
La sorpresa en su rostro es evidente. Los observa con cuidado, su expresión mezcla asombro y cariño. Puedo ver cómo sus ojos comienzan a brillar ligeramente, pero los mantiene firmes.
—Me estás haciendo no querer irme —susurra con la voz quebrada. —Gracias, Derek.
Nos abrazamos. No es solo un abrazo de despedida, es una promesa silenciosa, una despedida que no se siente como un adiós definitivo.
—Siempre podrás volver cuando quieras —le digo, y lo digo desde lo más profundo.
—Yo también te echaré de menos —responde, con una pequeña risa que esconde la emoción. —No es fácil dejar todo esto atrás.
Nos separamos y, con gestos rápidos, ambos borramos las pocas lágrimas que nunca llegaron a caer. La ayudo a terminar de empacar lo que queda, y la acompaño para bajar sus cosas al auto.

ESTÁS LEYENDO
Dreams [Sterek]
FanfictionDerek tiene una serie de sueños después del secuestró de Kate y volver a ser adulto, en todos estos sueños aparece Stiles y le dice como volver a despertar, esto causa dudas en el hombre lobo. ¿Qué es lo que Stiles significa en su vida en realidad?