❝ Dónde HyunJin es un dealer y comete el peor error de todos, enamorarse de un adicto... ❞
ㅤ☪︎⠀𖫲 HyunIn - Top HyunJin - Jeongin Bottom.
ㅤ☪︎⠀𖫲 Angst, NSFW, Temas delicados, drogas, violencia.
ㅤ☪︎⠀𖫲 Historia Corta - En Emisión.
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❝ Te has llevado mi corazón, mi orgullo, mi pasta, mi paz, mi vida. ❞
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HyunJin tomó un largo trago de su vaso antes de dirigirse a la pista de baile.
El líquido quemando su garganta con una calidez que contrastaba con el frío que se estaba asentando en su mente, la música zumbaba y el sabor de un cigarrillo seguía plasmado en su lengua. Días habían pasado desde la última vez que pensó en ese chico, el del cabello azabache y el rostro consumido por la desesperación. Había intentado apartarlo de su mente, dejar que la imagen desvanecida de ese adicto se diluyera entre los miles de rostros que veía cada noche. Y lo había logrado, en parte.
Esta noche era su regreso a la rutina: dejarse llevar por la música, por el ritmo hipnótico que lo envolvía mientras el alcohol recorría sus venas, nada era suficiente si no llevaba su botella a medio terminar. Se movía con la multitud como si fueran uno solo, cada paso en perfecta sincronía con los cuerpos sudorosos que lo rodeaban. El whisky en su mano era su fiel acompañante, un vaso lleno de promesas líquidas, su perfume caro, impregnado en cada fibra de su ropa, atraía miradas de admiración y envidia mientras se paseaba entre chicas que lo rozaban con coquetería. Se rió, su risa cálida y despreocupada perdida entre el ruido, disfrutando de la sensación del tumulto de cuerpos, de la energía que emanaba de la pista aquella agitada noche de sábado.
Pasaron minutos, tal vez horas, pero HyunJin estaba lo suficientemente cómodo, acalorado, para perder la noción del tiempo, más ahora que tenía libre una noche sin tener que vender nada. Hasta que un pequeño empujón, uno que en cualquier otra circunstancia habría ignorado, lo sacó brevemente de su trance. Fue sutil, pero lo suficiente para hacerlo tambalearse y voltear. No había agresión en el gesto, ni intenciones oscuras, solo un leve choque accidental entre el flujo de la multitud. No era la primera vez que alguien lo empujaba, pero esta vez, al girarse, se encontró con algo que lo hizo detenerse en seco.
Aquellos ojos.
Pupilas dilatadas y temblorosas lo observaban, llenas de una mezcla de desesperación y vacuidad que lo dejaron sin aliento por un breve momento. El rostro que las acompañaba le resultaba dolorosamente familiar, ese cabello desordenado, negro como el abismo, caía descuidadamente sobre una frente marcada por el cansancio, las ojeras profundas, testigos del insomnio y la adicción, resaltaban sobre una piel pálida que no había visto salud en semanas, tal vez meses. Y sin embargo, entre toda esa decadencia, algo en él llamó poderosamente la atención de HyunJin.
Era hermoso.
Y HyunJin se odió por pensarlo. No debería estar pensando en eso, no con un chico que, a simple vista, no tenía más de diecinueve años, un chico al que ni siquiera conocía, excepto por ese pequeño y peligroso detalle: era un adicto. HyunJin no tenía nada que ver con ese tipo de personas fuera del negocio, no se permitía complicarse con las miserias de otros, especialmente cuando esas miserias eran autoimpuestas. Así que intentó sacudir la sensación y apartarse, volver a su baile despreocupado y al tacto suave de la chica que estaba justo a su lado.
