016 | Lʟᴜᴠɪᴀ Dᴇ Mᴇᴅɪᴀɴᴏᴄʜᴇ

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La noche envolvía el parque en un manto de oscuridad salpicado por la luz de la luna y el parpadeo de las estrellas

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La noche envolvía el parque en un manto de oscuridad salpicado por la luz de la luna y el parpadeo de las estrellas. Hyunjin y Félix caminaban lentamente, sus siluetas alargándose sobre el sendero. El aire fresco acariciaba sus rostros, llevándose consigo el estrés de la semana.

Hyunjin, con la mirada fija en el cielo nocturno, suspiró. —Siempre he soñado con viajar a Italia— confesó, su voz apenas un susurro. —Imagínate, paseando por Roma, comiendo pasta y admirando el Coliseo.

Félix sonrió, escuchando atentamente Hyunjin. Conocía el anhelo de Hyunjin por explorar el mundo, por conocer nuevas culturas y experiencias. —Sería increíble ir contigo— respondió, su voz cálida y suave.

Un silencio cómodo se instaló entre ellos, interrumpido solo por el canto de los grillos y el crujido de las hojas secas bajo sus pies. Félix, sintiendo que el momento era el indicado, tomó la mano de Hyunjin. —Hyunjin—comenzó, su voz temblorosa a pesar de su determinación, —¿te acuerdas de aquella tarde en la que me confesaste que querías casarte? Hablábamos de nuestros sueños, de nuestros miedos... y tú me confesaste algo que me marcó profundamente.

Hyunjin asintió, sorprendido por la dirección que tomaba la conversación. Sus ojos se encontraron con los de Félix, brillando intensamente a la luz de la luna.

Hyunjin sintió cómo sus mejillas se coloreaban. —Sí, lo recuerdo— admitió, sintiendo que su corazón se aceleraba. —Te dije que mi mayor deseo era encontrar a alguien con quien compartir mi vida, con quien construir un futuro juntos.

—Bueno—continuó Félix, —tengo algo para tí — Félix sonrió levemente, pero sus ojos reflejaban una seriedad que Hyunjin nunca antes había visto en él. —Hyunjin, desde aquel día, ese deseo nunca ha dejado de resonar en mi mente.— Pauso por un momento, como si estuviera buscando las palabras adecuadas. —Y creo que he encontrado a la persona con la que quiero compartir el resto de mi vida.

Hyunjin tragó saliva, sintiendo que el mundo a su alrededor se desvanecía. Su corazón latía con fuerza en su pecho, como si quisiera escapar de su cuerpo. —Félix...—comenzó, pero no pudo continuar.

Félix tomó su mano, entrelazando sus dedos con los de Hyunjin. —Hyunjin, te quiero. Más de lo que jamás creí posible. Y quiero que sepas que te veo no solo como mi mejor amigo, sino como la persona con la que quiero envejecer, con la que quiero crear una familia.

Hyunjin no podía creer lo que estaba escuchando. Sus ojos se llenaron de lágrimas, una mezcla de alegría y asombro. Asintió con la cabeza, sin poder articular palabra.

Félix se puso de rodillas, sacando una pequeña caja de terciopelo de su bolsillo. Al abrirla, un anillo de plata con una piedra azul cielo brillaba a la luz de la luna. —Hyunjin, ¿quieres casarte conmigo?—preguntó, su voz cargada de esperanza y amor.

Hyunjin sintió que el mundo se detenía. En ese instante, bajo el cielo estrellado, supo que había encontrado la felicidad que siempre había anhelado. Hyunjin no podía creer lo que estaba escuchando. Sus ojos, aún húmedos por las lágrimas, se encontraron con los de Félix, brillando con una intensidad que lo dejó sin aliento.

Asintió con la cabeza vigorosamente, un sonido ahogado por la emoción. —¡Sí! ¡Mil veces sí!— exclamó, su voz temblorosa de felicidad.

Inmediatamente, su mente comenzó a divagar en un torbellino de ideas. —¡Nos casaremos en una playa! ¡Podremos tener un perro, lo llamaremos Cookie! Y viajaremos por todo el mundo, empezando por Italia.— soltó, casi sin respirar.

Félix no pudo evitar reír ante la emoción desbordante de Hyunjin. Era como un niño pequeño con un juguete nuevo.

Hyunjin se detuvo en seco, su sonrisa se desvaneció. La realidad lo golpeó como un balde de agua fría. —Espera, ¿qué estoy diciendo?— susurró, su voz llena de tristeza. —Con mi enfermedad...

Félix tomó su mano con firmeza. —Hyunjin, por favor, no pienses en eso ahora. Hoy es un día para celebrar nuestro amor. Podemos planear todo eso más adelante, juntos. Y si algo sale mal, lo enfrentaremos juntos, ¿de acuerdo?

Hyunjin asintió lentamente, sus ojos llenos de esperanza. Félix se acercó a él y depositó un beso suave en sus labios. A la luz de la luna, sus rostros se iluminaron con una felicidad que parecía brillar más intensamente que cualquier estrella. En ese momento, nada más importaba. Solo ellos dos, unidos por el amor y la promesa de un futuro juntos, sin importar lo que el destino les deparara.

Hyunjin miró hacia arriba, a las estrellas— A veces pienso que la ciencia es un milagro.

Félix empieza a reír suavemente— ¿La ciencia? ¿Después de todo lo que has pasado?

—Sin la ciencia, no tendría estos medicamentos, ¿verdad? Sin la ciencia, el mundo sería un lugar muy diferente.

Eso era verdad, sin la ciencia el mundo entero no sería nada. Pero para Félix, sin Hyunjin Su mundo no sería nada.

Félix lo miró a los ojos— Eres lo mejor que me ha pasado, Hyunnie.

—Y tú a mí.

Ambos se quedan en silencio, disfrutando de la compañía del otro. La luna ilumina sus rostros, revelando una mezcla de esperanza y tristeza en sus ojos.

 La luna ilumina sus rostros, revelando una mezcla de esperanza y tristeza en sus ojos

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❛❛PLASMA❜❜ - [LixJin/HyunLix] ✔️ [EN CORRECCIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora