Eras una editora de 60 años a punto de jubilarte, conocida como ser la niñera de varios autores de novela negra, casi una segunda madre para estos, apoyándolos en sus momentos mas oscuros donde sus obras de terror y ficción nacieron, solo te faltaba...
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El viento era pesado como la tensión se podía cortar con un cuchillo y por qué no estarlo así, si hace unos momentos los tres leones estaban a puntos de ser decapitados por el rey nigromante en donde ahora estaban en su oficina, si tenían palacio al parecer, el lugar estaba decorado con cráneos y fuego azulado al igual que pinturas imponentes del rey sobre el cadáver de sus enemigos...
Menos por dos y eran irónicamente las más grandes de la oficina, una siendo el retrato del monarca cabrío joven... que sí tenía cierto parecido a Leona, si no fuera por las facciones de cabra y el cabello blanco como piel grisácea, a lado de una linda y bella mujer oveja blanca que tenía la lana como la nieve, mejillas rosadas como los botones de las rosas y ojos azulados como el cielo claro que incluso el retrato de esta mujer parecía que irradiaba luz celestial, Un contraste muy grande a su marido.
Y el segundo ya era una imagen más actual del rey gigante y bestial que tenía ya que la ovejita del primer retrato estaba sentada en su brazo ahora, pero esta vez cargando en sus brazos una pequeña bebita de ojos rojizos y muy risueña, pero la mujer se veía muy cansada y débil es más tenía los ojos cerrados.
-... Qu.. que lindos retratos- Dijo Farena intentando romper el hielo de la sala, ahora sintiendo la mirada pesada de su majestad sobre él -Su familia se ve encantadora jejeje, su.. su esposa debe de ser alguien muy admirada- Dijo algo nervioso y tanto Leona como el general miraban al rey leon como si pidieran que cerrara la boca.
-Si lo fue...- Dijo el gran macho cabrío sin levantar la vista del documento que estaba redactado.
-Oh... Mis más sentido pésame...- Respondió el león pelirrojo apartando la mirada avergonzado porque parece que tocó un tema sensible.
Esa respuesta generó un silencio incómodo que aumentó la tensión del lugar en vez de alivianarla, Leona en particular se frotaba la frente con frustración por las idioteces en lo que lo mete su hermano mayor.
"Por estas cosas, estoy seguro que yo debí nacer primero... La corona le queda demasiado grande a este tarado" Pensó Leona frunciendo el ceño.
"Que bueno que no tengo a este tonto de yerno" Pensó el General Tadjou mirando de reojo a Farena y luego a Leona.
-Y.. y.. Eem... bueno...emmm- Farena quería preguntar que pasó o porque no la trajo de la vida.
-.... No somos desalmados como los nigromantes de sus tierras que traen de la muerte a las personas a la fuerza, preguntamos a las almas... y mi querida Lucí.... Ella siempre quiso respetar su tiempo en esta vida como la creencia de su gente- Dijo mirando de reojo al rey leon, podía deducir lo que quería preguntar, después todos creen que por solo ser el rey de los nigromantes puede traer a quién quisiera de la muerte -La pintura es el primer y último retrato de nuestra familia... El día después fue el funeral de mi Lucí-
-...Oh... ya... Si que la amo mucho- Dijo Farena sinceramente.
-Si... mi querida Luci era mi luz... pero también era alguien muy débil de salud, pero su mayor sueño era ser madre y se esforzó mucho para tener a nuestra princesita, pero su salud se deterioró mucho cuando quedó embarazada y murió a las horas de dar a luz...- Menciono ya bajando un poco la guardia.
