Un bosque de verde y naranja

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4: Ryder
He estado con ganas de actualizarme últimamente, así que aquí está la tercera historia que actualicé la semana pasada, jajaja.

Disfrutenlo, amigos, y dejen comentarios, por favor. Espero sinceramente que haya algunos.

¡Paz!

Casa Johnson

CJ se encontraba durmiendo en su antigua habitación y se tumbó boca abajo en cuanto se subió a la cama. Quería descansar unas horas y esperaba que no hubiera interrupciones...

Sin funerales, sin tiroteos desde vehículos en movimiento, sin policías acosándolo, y sin otras travesuras.

*¡TRIUNFO!*

Y justo en ese momento el teléfono fijo volvió a sonar. Como era la tercera vez en poco tiempo, prácticamente se acabaron las posibilidades de que CJ pudiera dormir bien por la noche.

—Hombre... —Los ojos de Carl se despertaron lentamente mientras miraba el despertador y gimió—. ¿Quién llama ahora?

*¡TRIUNFO!*

El hermano Johnson se levantó de la cama y se puso los zapatos, los jeans y la camiseta blanca. Al ver que ya había dormido lo suficiente, fue a ver quién lo llamaba.

Mientras bajaba las escaleras, se apresuró un poco, ya que ya llevaba casi un minuto bajando.

*¡TRIUNFO!*

*¡Hacer clic!*

CJ tomó la bocina y respondió a quien lo llamaba.

"Hola, ¿quién es?"

Cementerio Los Sepulcros

Pasados ​​unos minutos de las once de la noche, se iniciaba un nuevo día en sus primeras horas. Era evidente para quienes aún estaban despiertos y a la intemperie. Como ahora cómo se vio un coche patrulla estacionado justo frente a la entrada del cementerio de Los Sepulcros.

En esa unidad de patrulla estaban Frank Tenpenny y Eddie Pulaski, quienes llegaron aquí porque estaban en el turno de noche, ya que ambos estaban tomándose su tiempo fuera de la zona de guerra en los Centrales mientras venían aquí.

*¡Chist!*

Mientras tomaba su momento para encender su cigarro, Tenpenny se había calmado después de unas horas de haber sido informado por sus superiores sobre el desastre que eran las posibles investigaciones sobre su carrera, sentado junto a Pulaski, quien también fue visto fumando, pero estaba concentrado en la puerta abierta.

—En qué lío estamos metidos —murmuró Tenpenny, que ya se había calmado—. El jefe no nos va a decir quién permitió que Uzumaki saliera libre y que Asuntos Internos nos estuviera siguiendo.

"No después de que los tipos detuvieran a ese borracho en la carretera, eso seguro", coincidió Pulaski, también agitado por la noticia. "Pero al menos podemos respirar un poco más tranquilos ahora que los representantes del sindicato nos cubren las espaldas".

—Sí, me alegro de haberlos conseguido —murmuró Tenpenny mientras comenzaba—. De todos modos, ¿sabes quiénes fueron los idiotas que dispararon en el cementerio de aquí hace unas horas?

"Sí, algunos del grupo de Kane", aclaró Pulaski mientras preguntaba por ahí. "Aparentemente, los demás no estaban contentos de saber que Front Yard permitió que eso sucediera".

—Ese pequeño idiota no pudo esperar ni una semana... Nos ocuparemos de él a continuación. Recuérdame que esta vez le cobre el doble de impuestos —gruñó Tenpenny, mientras su impaciencia solo crecía aún más.