Dónde el deseo, la pasión y...el amor nacen entre un agente de la policía y un joven de la mafia.
¡Hola mis corazones morados!
Esta es una nueva historia, espero que les guste, pero antes de comenzar, quisiera hacer algunas aclaraciones.
*Es una his...
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Jimin caminaba en medio de la sala del departamento de un lado a otro esperando con un cigarrillo encendido en su mano, estaba perdiendo la paciencia, ya tenía mas de una hora que había llamado a su amante, él tal vez era el único que podía ayudarlo a obtener información sobre el lugar a donde pudieron llevarse al general Jung.
Se estaba poniendo de mal humor, cada segundo que pasaba era crucial; tenía miedo de lo que pudieran hacerle a Jung, se sentía con las manos atadas. Dejó el cigarrillo en el cenicero, se dejó caer sobre el sofá, recordando cuando por primera vez lo había visto en aquel parque con esa hermosa sonrisa en su rostro, esos ojos color miel que miró cuando se acercó a tomar la pelota de su pequeño hijo. ¡Mierda! lo había cautivado tanto, pero sabía que ese hombre ni siquiera lo había tomado en cuenta, al fin y al cabo él era solo un mocoso y Jung ya era todo un hombre. A partir de ese momento estaba enterado de cada movimiento del agente Jung.
Agust se encargó de darle toda la información posible. Cada vez que Jung tenía una misión, el joven Park estaba pendiente de cualquier cosa, todo un año estuvo siguiendo cada paso del agente, incluso los paseos que daba con su familia, en algunas ocasiones el mismo Jimin se aparecía en los lugares donde Jung solía pasear con su esposa e hijo. Le miraba feliz a lado de ellos y estaba bien aunque muchas veces moría de celos cuando miraba que Jung besaba a su esposa o la tomaba de la mano, sentía un poco de envidia pensar que esa mujer lo podía tener en cualquier momento. Pero estaba bien, ya llegaría su momento.
En una ocasión el matrimonio Jung salió a festejar el cumpleaños de la mujer a un bar, que casualmente era uno de los antros propiedad del señor Park, entonces Jimin al saber eso ordenó que varios guardaespaldas estuvieran al tanto de ellos, de que nadie se les acercara. Pero él también estuvo presente escondido prácticamente en un lugar VIP del lugar, desde ahí los miraba; Agust estaba con él y solamente negó con la cabeza cuando Jimin mandó una botella del mas fino champagne a la mesa del matrimonio. El mesero se acercó al oído del agente para decirle que esa botella era una invitación del dueño del lugar como regalo para su esposa. Hoseok no comprendía como era que el dueño del lugar sabía sobre lo que estaban festejando, pero no quiso darle tanta importancia, su esposa estaba feliz y eso era lo único que le importaba; Jimin también dio la orden para que no se les cobrara un centavo de lo que pudiesen consumir.
Y sin importarle la opinión de su guardaespaldas el joven Park bajó a la pista de baile donde Hoseok bailaba con su esposa, el joven tomó a cualquier persona para bailar y ahí estaba a espaldas del agente, se sentía tan cerca del mayor que sus ganas por tomarlo y besarlo crecían cada vez mas en esos momentos. En algún momento Hoseok sin querer topó con la espalda del joven Park, se volvió un poco para disculparse. Y esos ojos grises lo miraron casi con adoración.
-¡¡OH, DISCULPA!! -Tuvo que hablar fuerte por el sonido de la música que estaba bastante alto.
Jimin le sonrió. -¡¡NO TE PREOCUPES!! -Con el pretexto de lo alto de la música se le acercó lo mas que pudo al oído, y pudo aspirar ese delicioso aroma de su colonia. -¡¡ES LO QUE PASA CUANDO EL LUGAR ESTÁ ABARROTADO!! -Después de eso le guiñó un ojo y Hoseok solo le sonrió.