¡Hola mis corazones morados!
Esta es una nueva historia, espero que les guste, pero antes de comenzar, quisiera hacer algunas aclaraciones.
*Es una historia FICTICIA nada del contenido en los capitulos es real.
*Se utilizan los nombres de los chicos...
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El señor Park estaba furioso, uno de los cargamentos de armas no había sido enviado en tiempo y forma, ese negocio se había caído y su hijo era el responsable.
Jin trataba de calmar a su jefe, pero no había poder humano que pudiera hacerlo.
Arrojó todo lo que encontró en su camino hacia su despacho, fotografías, lámparas que adornaban el recibidor y la sala principal, en su despacho tiró al piso papeles importantes que estaban sobre su escritorio. Bufaba del coraje mientras Jin trataba de localizar a Jimin o a Yoongi pero ninguno de los dos respondían.
-¿¡Qué pasa!? ¿¡Dónde está Jimin!? ¡¡MIERDA!!
-Estoy tratando de localizarlo señor.
El señor Park tomó las solapas del saco de Jin.
-¡¡No quiero que trates de localizarlo!! ¡¡Lo quiero aquí, YA!!
-Si, señor.
Jin salió enseguida del despacho de señor Park. Fue en busca de esos dos los cuales no se salvarían de un buen castigo.
Al salir de la residencia, el portón principal se abría, dejando entrar las camionetas propiedades de Jimin.
La mirada de Jin estaba puesta en la camioneta principal donde venían Agust y Jimin, frunció su ceño, esperando a que bajaran del vehículo.
-Ustedes dos...-musitó furioso.
El primero en bajar fue Jimin, caminó hacia la entrada encontrando a Jin.
-¿Y a ti que te pasa? -preguntó el más joven.
-Que bueno que llegaste tu padre quiere verte. -espetó, cuando Yoongi se acercó lo miró-. A ti también. Y les advierto que está furioso.
Jimin rodó lo ojos pasando de largo del mayor.
-¿Y ahora qué?
-¿Es enserio Jimin? ¿Cómo es posible que te olvides de tus obligaciones?
Jimin hizo un alto y se volvió al mayor.
-¿Y tú quien eres para hablarme así?
Agust intervino.
-Hey, tranquilo Jimin. Jin ¿Qué pasa?
-Eso se los dirá el señor Park.
Jin siguió hasta el despacho de su jefe tocó dos veces y entró.
-Señor su hijo...
-No necesito que me anuncies "Secretaria Kim" -ironizó el joven como si Jin fuese una mujer. Entró al despacho haciendo a un lado al guardaespaldas. Pero esa irónica sonrisa se borró en cuanto una cachetada fue a dar a su mejilla.
