El guardian del héroe y el villano [TodoBaku] [ShigaDeku]

Capitulo 4

[Doble cap ❤️]

Al inicio vivía con sus abuelos, su madre y su hermana mayor. Su padre nunca estaba, por lo que no tenía un recuerdo fijo suyo. No sabía de él y la verdad no le interesaba mucho, le bastaba con la familia que tenía.

Al inicio su cabello era azabache y sus ojos negros como los de Hana, su hermana mayor. Su madre tenía un aspecto distinto, cabello castaño y ojos avellana, pero heredó sus ondulaciones.

Al inicio estaba en una casa dentro del pueblo, sus abuelos tenían una tienda de juguetes y su madre era encargada de una taberna. Hana y él jugaban desde la mañana hasta la tarde, hasta que empezaron a sentir algo extraño. Una sensación leve que se fue haciendo más y más intensa con el paso del tiempo.

Una sensación de miedo y pánico, como si algo malo se les estuviera acercando.

No supieron que fue la llegada de su padre. Eran muy jóvenes para entender las protestas de sus abuelos y el miedo de su madre, quién le dió la bienvenida de vuelta a aquel hombre a su casa.

Ni Hana ni él podrían entender alguna vez porqué lo hizo. Quizás ni ella misma lo sabía ya que, algunas veces, se le quedaba mirando como si no lo reconociera.

Pero nunca le pidió que se fuera y las tragedias empezaron a suceder.

Tenko tenía cinco años cuando vió a su padre matar a su abuelo, lo había arrojado de las escaleras de la casa, vio a su querido abuelo retorcerse en el suelo por el dolor y quiso ir en busca de ayuda pero su padre lo dejo noqueado en el suelo. Cuando se despertó e intento decirle a su madre de lo que pasó, su padre le dijo que todo fue un mal sueño y ella le creyó en su lugar.

Al año siguiente, su abuela murió en el pueblo, todos dijeron que fue un ladrón que entró a su tienda en la hora del cierre. Pero él sabía que fue su padre. Porque cuando estuvo cerca suyo pudo oler la sangre.

Su madre quedó destrozada y su padre le convenció de mudarse a un lugar más tranquilo, lejos de la gente del pueblo que los conocía e intentaba ayudarlos. La convenció de que fueran juntos a una cabaña en medio del bosque, no demasiado lejos del pueblo por casos de emergencia. Ella no quiso hacerlo, no estaba convencida y él empezó a golpearla.

A golpearla de un modo salvaje delante de él y su hermana que no podían hacer nada. La golpeó hasta que cedió. Se mudaron a una cabaña pequeña, dos habitaciones y una sala, sin cocina y sin baño.

Los días donde sonreía con su hermana y madre no volvieron. Su padre tapó las ventanas con maderas y cerraba con llave las puertas cuando salía. Le dolían los ojos cuando salía después de días de encierro y luego era de vuelta arrojado a la oscuridad.

Pero Tenko creyó que aguantaría. Porque tenía a Hana y a su madre. Creyó que en algún momento su padre cambiaría y dejaría de hacerles daño. Y cuando ese escenario dejo de parecer viable, pensó en formas de escapar, su cuerpo podía estar desnutrido y huesudo pero seguía siendo un chico, un hombre, tenía que sacar a su madre y hermana de ese infierno.

Sin embargo, su madre murió en el invierno cuando cumplió nueve años. Estaban encerrados en su habitación, se había enfermado tras la última golpiza de su padre. Una herida infectada que olía a podrido. Un olor desagradable que jamás olvidaría.

Hana le dijo la noche que murió que se fuera a dormir primero, que ella cuidaría de su madre. Tenko comprendió que con cuidarla quiso decirle que le daría un descanso de tanto sufrimiento. A la mañana siguiente no le sorprendió que estuviera muerta. En cambio, se sintió aliviado de que no tuviera que sufrir más.

La muerte de su madre no cambio el comportamiento de su padre. En realidad, lo volvió más tranquilo, el maltrato y los golpes pasaron a ser solo el encierro en la oscuridad. Con su hermana llegaron a creer que estaban delante de la oportunidad única de escapar. Por lo que un día antes de que saliera el sol, decidieron escaparse.