Los del pueblo miraron a los Todoroki como si fueran...bueno, el enemigo básicamente. Bakugou estaba seguro que la única razón por la que Oboro no iba tras él y los niños era porque Aizawa le sostenía del brazo y le decía algo en el oído que lo tranquilizaba.
Debería estar hablando de su madre. No sabía cuánta cantidad de tiempo le tomaría llegar hasta el pueblo y encontrarse con todo ese desastre. Posiblemente menos de diez minutos.
Antes de que llegara la duquesa, los Todoroki colocaron una barrera de hielo alrededor del Nomu y fueron rápidamente en busca de un carruaje. Al parecer no tenían intenciones de esperar a Mitsuki, deberían querer largarse cuánto antes con él y los niños para evitar que la duquesa los frenará.
El cenizo no sabía qué tanto haría su madre pero si era suficiente para poner a los Todoroki a moverse, tenía que ser grave.
Al subirse en el carruaje con los niños, Katsuki se llevó la sorpresa de que Touya cumpliría el papel de jinete en su viaje y que tendría que viajar con Shoto dentro del carruaje. El bicolor se sentó delante de él, mientras que Izuku y Tenko se sentaron a sus costados, con miradas que decían claramente que no les agradaba el más alto.
Que estuvieran tan tensos en un viaje largo no sería bueno para su salud, por lo que para distraerlos el de ojos rojos sentó a el de pecas en su regazo y le pidió también a Tenko que le limpiará las orejas por la sangre, ya que le estaba molestando.
Deku se relajo estando apoyado contra su cuerpo y el de cabello celeste se sintió feliz de tener algo para hacer y, aparte, ayudarlo. Cuando el cenizo tuvo las orejas limpias, acaricio la pequeña cabeza del pecoso y le indico a el niño más grande que se acomodara para dormir una siesta.
Tenko miro a Shoto, el cuál se había quedado de brazos cruzados hasta ahora y sin prestarles atención. No debería querer bajar la guardia con él cerca pero el cenizo lo agarro del hombro e hizo que se apoyará a su lado, luego le indico que cerrará los ojos.
En pocos minutos los dos niños estaban tomando una siesta.
—No creía que fueras tan buen padre.
Bakugou miró hacia el bicolor con la cabeza inclinada e intento descifrar si lo que le había dicho fue sarcasmo o no. No logro descifrarlo por lo que no le contesto.
No pensé que tendría un lado tan suave.
Todoroki no se molestó por la falta de respuesta del cenizo. Se dedicó a mirarlo y analizarlo, los niños parecían muy cómodos con él, muy a gusto y tranquilos. Y él tenía una expresión muy gentil al cuidarlos, una especie de paz que se manifestaba alrededor de esos niños y los cuidaba.
No sabía con exactitud si la razón por la cuál cuidaba a esos niños era porque eran magos o si de verdad compartían un vínculo de sangre. El más pequeño, de cabello verde y ojos esmeralda no parecía nada similar al cenizo, tenía mejillas regordetas y pecosas, un aspecto demasiado tierno y adorable. Por otro lado, el niño más grande tenía ojos rojos como los Bakugou, el cabello celeste no se lo explicaba y además, era rizado, pero sus rasgos maso menos eran similares a los de Bakugou. Aunque tenía un lunar en el mentón bastante característico.
¿Cuánto tiempo los llevaba cuidando? ¿Serían realmente sus hijos? La magia se tranmistia en muchas ocasiones por sangre, la idea de que de forma coincidente hubieran aparecido dos magos en el ducado de los Bakugou le parecía poco posible.
Además, dos niños de poderes mágicos bastante altos por lo que sintió antes. Se suponía que la magia evolucionaba según las capacidades del individuo y su desarrollo tenía varias variables. Algunas personas manifestaban su magia de forma tardía, como a los quince o dieciséis años. Los de nivel experto, como la familia imperial, desarrollaba la magia a partir de los cinco años, cuatro en ocasiones.
ESTÁS LEYENDO
El guardian del héroe y el villano [TodoBaku] [ShigaDeku]
FanficEn su mundo había sido un editor de novelas y mangas, uno que ya estaba harto del cliché de moda. La transmigracíon hacia mundos de fantasía, de héroes, villanos y dragones. Historias de una persona común a la cual un camión la atropella y, ¡y pum...