Capítulo 12

11 5 0
                                    


El amanecer era diferente este día, aunque detestaba que el sol chocara su caliente y radiante luz molesta contra mi rostro todas las mañanas, incluso eso no me parecía tan malo ahora.

Durante todo el fin de semana mi sueño se había convertido en algo ligero, a pesar de caer rendido en el colchón demasiado tarde, despertaba lo suficientemente temprano como para cargar agua tibia en mi bañera y sumergirme en ella pensante por varios minutos antes de ir a digerir el desayuno junto a mi madre.

El agua era tan relajante, cerré mis ojos una vez más dejando que mi cuerpo se uniera a su calma y su silencio.

"-Gracias por esta noche. No olvidaré jamás lo que has hecho por mi, Julien.-"

Una sonrisa se dibujó en mi rostro instantemente.

A partir de esa noche, desde que abría mis ojos con la luz día hasta que las cerraba en la oscuridad de la noche, estuve cuestionándome si realmente podía considerar esa noche como mi tan ansiado pago a la deuda que tenía con Gemini. Incluso leí la carta que había depositado en mi bolsillo mientras dormía, una y otra vez para encontrar una respuesta...

Finalmente llegué a una conclusión: Si recordar aquello me hacía sentir tan bien y tan tranquilo, entonces es porque así debía considerarlo.

Sí, definitivamente había saldado mi deuda con él.

Saldé una deuda que me había carcomido la mente por meses, una deuda que me hacía eco en cada oportunidad que tenía para bajar mi estado anímico... Era increíble pensar que todos los encuentros planeados que tuve con él, fueron con el fin de devolverle ese favor que había tenido conmigo; y sin embargo, no fue sino hasta que lo encontré casualmente esa noche parado en aquella puerta, que en verdad mis actos para nada calculados pudieron hacer algo por él. Algo que permitió que lograra mi cometido.

Supongo que una vez más ese libro de lo "inesperado" se pone en evidencia.

La alarma de mi teléfono comenzó a sonar desde mi habitación con ese rington tan conocido, informándome que ya era hora de salir de la bañera y prepararme para la preparatoria.

Cuando bajé por las escaleras ya bien arreglado y listo, me encontré con una mesa vacía. La Señora Davis, encargada de los servicios domésticos en la casa y quien hace poco había vuelto de su viaje familiar, me saludó y me trajo el desayuno a la mesa como cada mañana.

-Esta vez su mamá tuvo que salir más temprano que de costumbre al trabajo, y su papá...

-Eso no es necesario ni siquiera informarlo.- la frené.- Papá nunca está en la mesa, no es ninguna novedad para mí.- Mencioné llevándome una cucharada del yogur con cereal a mi boca. No la miré pero sabía que ella estaba mirándome con la misma cara de lamento que recuerdo desde siempre, luego abandonó el comedor para regresar a la cocina.

Seguro piensa que sigue afectándome como cuando era un niño, si supiera que ya no me importa en lo absoluto.

Mi padre... Desde que recuerdo solo he logrado verlo en casa por las noches cuando me quedo hasta horarios tardíos por algunos trabajos de la preparatoria, o al regresar mínimamente tarde a casa después de una salida con mis amigos. Él siempre se encuentra en el mismo lugar, en la misma posición y haciendo las mismas cosas, observando con atención las noticias económicas y jurídicas, o leyendo libros de códigos civiles y ese tipo de cosas para refrescar su mente ya que él es abogado... Nuestra comunicación nunca fue buena, de hecho hasta tengo más comunicación con mi madre que con él y eso resume todo.

En pocas ocasiones hemos salido a comer en familia los fines de semana que ambos estaban libres para hacerlo, pero incluso esos días su semblante tan serio permanece intacto y su tono de voz suena tan intimidante para cualquiera que hable con él... Puedo contar con los dedos de una sola mano la cantidad de veces que lo he visto sonreír, y eso fue antes de la escandalosa noche en que tuvo la discusión con mi hermano.

Mi Novio Sustituto (Boys Love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora