Lara O'Connor estaba acostumbrada a la soledad de su pequeña ciudad.
Desde que se había mudado allí, su vida había sido una rutina monótona de clases, trabajos de medio tiempo, y un hogar vacío.
Sus padres, ambos empresarios, pasaban la mayor parte del tiempo en viajes de negocios, dejándola sola en una enorme casa que a veces se sentía más como una prisión que un hogar.
Esa mañana, Lara se despertó con una sensación extraña, una mezcla de anticipación y ansiedad que no podía explicar. Se vistió rápidamente con su típico atuendo de jeans y una camiseta holgada, y se dirigió al instituto, lista para otro día sin incidentes. Sin embargo, en el fondo, había algo en el aire que la hacía sentir que todo estaba a punto de cambiar.
El aula estaba llena de ruido y risas cuando Lara llegó. Se sentó en su lugar habitual junto a la ventana, donde podía perderse mirando los árboles del jardín. Era su pequeño escape, su manera de desconectar de un mundo que a menudo sentía ajeno. Pero, al poco rato, el bullicio de sus compañeros fue interrumpido por la llegada del profesor y una nueva figura que lo seguía.Noah Velásquez, el chico nuevo, entró al aula con una actitud despreocupada que inmediatamente atrajo la atención de todos. Su cabello oscuro y desordenado, los tatuajes asomando por el cuello de su camiseta, y esa mirada desafiante lo hacían parecer alguien que no encajaba en aquel lugar. Sin embargo, había algo en él que inmediatamente intrigó a Lara, aunque intentó ignorar esa sensación.
El profesor presentó a Noah y lo asignó al asiento vacío junto a Lara. A medida que se acercaba, ella podía sentir su presencia intensa y dominante. Sin siquiera pedir permiso, Noah dejó caer su mochila sobre el escritorio y se sentó, lanzándole a Lara una mirada fugaz que, en cuestión de segundos, la hizo sentir incómoda y cautivada al mismo tiempo.
—Hola —dijo Noah con una voz profunda y segura, rompiendo el incómodo silencio entre ellos.
—Hola —respondió Lara, intentando sonar indiferente.Noah no dijo nada más, pero Lara sentía sus ojos sobre ella de vez en cuando, como si intentara leerla.
Las clases pasaron lentamente, pero la presencia de Noah lo cambiaba todo. Lara trató de concentrarse en sus apuntes, pero era imposible.
Había algo en Noah que la inquietaba, una especie de aura protectora y peligrosa que la atraía sin remedio.Al final del día, cuando Lara estaba guardando sus cosas, Noah se levantó de su asiento y la esperó en la puerta del aula.
—¿Vives lejos de aquí? —preguntó de repente, como si fuera lo más natural del mundo.
—No mucho —contestó Lara, confundida por la pregunta.
—Te acompaño —dijo Noah, sin darle tiempo a negarse.Lara dudó por un momento, pero asintió, pensando que quizás él solo estaba tratando de ser amable.
Sin embargo, mientras caminaban juntos, se dio cuenta de que Noah no era simplemente amable. Tenía esa actitud protectora, como si se tratara de su misión asegurarse de que nada malo le pasara. Y eso la desconcertaba.
El camino hacia la casa de Lara fue tranquilo, pero la tensión entre ellos era palpable. Noah caminaba siempre medio paso delante de ella, como si estuviera cuidando de cualquier peligro que pudiera surgir. Lara no sabía si sentirse agradecida o molesta por su actitud. Al llegar a la puerta de su casa, Noah se detuvo y la miró con seriedad.
—Nos vemos mañana —dijo, dándole una sonrisa ligera que por un segundo suavizó su expresión.
Lara asintió y entró rápidamente, sintiendo cómo su corazón latía más rápido de lo normal. Cerró la puerta y se apoyó contra ella, intentando procesar todo lo que había ocurrido.
¿Por qué Noah parecía tan interesado en ella? ¿Y por qué esa sensación de seguridad y peligro al mismo tiempo? Lo que Lara no sabía es que, desde ese momento, su vida estaba a punto de volverse un torbellino de emociones.
Noah, desde el otro lado de la puerta, se quedó unos segundos más, asegurándose de que Lara entrara sana y salva. Había algo en ella que lo hacía sentir la necesidad de protegerla, incluso si eso significaba meterse en problemas que no había previsto. Con un último vistazo a la casa de Lara, Noah se dio la vuelta y desapareció en la noche, sabiendo que ese solo era el comienzo.
ESTÁS LEYENDO
Entre Sombras Y Promesas
Teen FictionLara O'Connor y Noah Velásquez 🩷. Un romance lleno de misterio