Lara no había podido dormir desde lo sucedido en el parque. Los recuerdos de la tensión en la voz de Noah, la amenaza implícita en los ojos de los chicos y el miedo que había visto por primera vez en él se repetían en su mente como un mal sueño. Se revolvía en la cama, sintiendo una inquietud que no la dejaba en paz.La mañana siguiente, mientras caminaba hacia la escuela, las calles parecían extrañamente vacías. El aire estaba cargado con una sensación de incertidumbre, como si algo estuviera a punto de romperse. Lara ajustó su mochila sobre sus hombros y se apresuró a entrar al edificio, deseando que el bullicio de los pasillos la distrajera de sus pensamientos.
Al llegar a su casillero, notó que Noah no estaba por ninguna parte, algo raro en él, que siempre parecía esperarla sin importar la hora. Lara se mordió el labio, tratando de ignorar la punzada de preocupación que la invadía. Quizá solo necesitaba espacio. Después de todo, había dejado claro que no quería que ella se involucrara en sus asuntos.
Las clases pasaron lentas, como si el tiempo se hubiera detenido. Lara apenas prestó atención a las lecciones, su mente estaba en otra parte. Cuando finalmente sonó la campana de la última hora, salió de la escuela sin esperar a nadie, decidida a encontrar a Noah y obtener respuestas. No podía seguir fingiendo que todo estaba bien cuando claramente no lo estaba.
Lara se dirigió al parque donde lo había visto la última vez. El lugar estaba desierto, los árboles se mecían suavemente bajo la brisa fría, pero Noah no estaba allí. Se sentó en el mismo banco donde habían estado la tarde anterior, intentando imaginar qué podría estar pasando por la mente de Noah.Después de un rato, se levantó y comenzó a caminar, sin un destino claro. De repente, vio a Noah al otro lado de la calle, recostado contra la pared de una tienda cerrada. Tenía un aspecto distinto, más apagado, como si hubiese pasado toda la noche sin dormir. Sus ojos se encontraron, y por un momento, pareció que todo el ruido del mundo se apagaba.
Lara cruzó la calle y se paró frente a él, esperando que fuera él quien hablara primero, pero Noah solo la observó, con una mezcla de culpa y cansancio en su mirada.
—¿Qué pasó ayer, Noah? —preguntó Lara finalmente, incapaz de contenerse más.
Noah soltó un suspiro y se pasó una mano por el cabello, despeinándolo aún más.
—Es complicado, Lara. Te dije que no quiero que te involucres en esto —dijo, pero su voz sonaba débil, como si ya no tuviera la energía para mantener su fachada.
—Eso ya no es una opción, Noah. Estás metido en algo y yo... yo no puedo simplemente mirar a otro lado — insistió Lara, su tono cargado de preocupación y determinación.
Noah bajó la mirada, como si estuviera luchando con algo dentro de él. Finalmente, decidió hablar.
—Esos chicos, el que viste ayer... los conozco de antes. Son parte de mi pasado, uno que he estado intentando dejar atrás. Pero parece que las cosas no son tan simples —confesó Noah, sin mirar a Lara a los ojos.
Lara sintió que su corazón se aceleraba. Podía ver que Noah estaba cargando con mucho más de lo que había dejado entrever.
—¿Qué quieren de ti? —preguntó, sabiendo que estaba pisando terreno peligroso.
Noah se encogió de hombros, como si la respuesta fuera evidente.
—Dinero, control, lo que sea. Solía estar metido con ellos cuando vivía en mi antigua ciudad. Eran como una familia para mí... hasta que me di cuenta de que no podía seguir ese camino —explicó Noah, su voz teñida de amargura.
Lara se quedó en silencio, procesando lo que acababa de escuchar. Noah no solo era un chico problemático o rebelde; había sido parte de algo mucho más oscuro, algo que lo había marcado profundamente. Pero lo que más la impactó fue darse cuenta de que, a pesar de todo, Noah había decidido alejarse, aunque eso significara arrastrar consigo las sombras de su pasado.
—No tienes que hacerlo solo, Noah —dijo Lara suavemente, tomando su mano con delicadeza. Sentía la necesidad de demostrarle que no estaba solo, que ella estaba dispuesta a quedarse a su lado.
Noah la miró, sorprendido por el gesto. Durante un segundo, sus paredes se vinieron abajo, y Lara pudo ver al verdadero Noah: un chico asustado, perdido, pero también increíblemente fuerte.
—No quiero que te hagan daño, Lara. No podría soportarlo —confesó, apretando suavemente su mano.Lara sonrió con tristeza. Sabía que las cosas no iban a ser fáciles, pero también sabía que no iba a dejar que Noah enfrentara sus demonios solo.
—Entonces no me alejes. Vamos a encontrar una manera de salir de esto, juntos —dijo, y Noah asintió, sabiendo que, aunque el camino fuera difícil, ya no tendría que recorrerlo solo.
Ambos se quedaron en silencio, dejando que las palabras no dichas llenaran el espacio entre ellos. Había una promesa implícita en sus miradas: pase lo que pase, se enfrentarían a las sombras, juntos.
![](https://img.wattpad.com/cover/376367778-288-k897199.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Entre Sombras Y Promesas
Teen FictionLara O'Connor y Noah Velásquez 🩷. Un romance lleno de misterio