────୨ৎ────Junto a un grupo de amigos, Zoey y Victoria disfrutaron de un día perfecto en la playa. El sol brillaba intensamente y la brisa marina era refrescante. Mientras sus amigos estaban ocupados jugando voleibol y nadando, Zoey y Victoria decidieron alejarse un poco para disfrutar de un momento a solas.
— Vamos a caminar por la orilla, me encanta cómo está el día — sugirió Victoria, con una sonrisa que hacía juego con el sol. Zoey asintió y tomó su mano, dejando que la arena cálida se deslizara entre sus dedos mientras caminaban juntas. Empezaron a reír y bromear, salpicándose con el agua que llegaba hasta sus pies. De vez en cuando, Victoria sacaba su teléfono para tomar fotos.
En un momento, mientras Zoey corría hacia el agua con una risa contagiosa, Victoria se quedó atrás, observando cómo la luz del sol resaltaba la figura de Zoey. Suspiró, maravillada, y luego no pudo resistirse.
— No me dejes sola! — gritó Victoria, mientras corría tras ella.
Victoria alcanzó a Zoey y, sin pensarlo, la levantó en el aire entre risas. — Eres muy rápida mami — dijo Victoria mientras giraba a Zoey en el aire. Zoey estalló en carcajadas, tratando de mantener el equilibrio mientras Victoria giraba.
Ambas cayeron en la arena, y Victoria se tumbó de espaldas, con la risa aún en los labios. Zoey, sin pensarlo mucho, se subió encima de ella, jugando a despejar la arena que cubría algunos de los tatuajes en la espalda de Victoria.
— Estás cubierta de arena! — exclamó Zoey, mientras cuidadosamente limpiaba la arena de los tatuajes, sonriendo al ver los pequeños detalles que normalmente estaban ocultos. Victoria sonreía, disfrutando de la atención y del contacto cercano.
— No me importaría quedarme aquí todo el día, me gusta estar aquí, con gente que quiero, y más si te tengo así — dijo Victoria, con una sonrisa amplia.
— A mi tampoco — respondió Zoey, mientras seguía limpiando y acariciando la espalda de Victoria. "¿Recuerdas cómo todo empezó? Me parece increíble.
Se quedaron allí, en la playa, disfrutando del simple placer de estar juntas, sintiéndose libres y felices. La tarde se desvaneció lentamente en la noche.