────୨ৎ────
El sol empezaba a esconderse, pintando el cielo de colores cálidos, mientras Víctoria empujaba la puerta de la suite de lujo que había reservado para celebrar su cumpleaños. La luz dorada de la tarde se colaba por los ventanales gigantes, dándole un toque especial a la habitación, aunque ni el brillo de las lámparas ni la música que sonaba de fondo podían tapar la sensación de vacío que llevaba por dentro. Todo lo había planeado al detalle, buscando rodearse de amigos y pasar un rato increíble, pero, en el fondo, lo único que deseaba era que Zoey estuviera allí.
Entre las risas, los chistes, y los brindis, Víctoria no podía evitar que su mente volara a esos momentos que había compartido con Zoey. Las noches de cine en el sofá, cuando elegían ver una película pero terminaban hablando de todo y de nada hasta que el sueño les ganaba; o aquellas veces en las que, sin pensarlo mucho, agarraban el coche y se iban a cualquier lado, como ese día en que llegaron y se quedaron horas caminando por la playa, comiendo helado y viendo el sol esconderse tras las olas. Esos recuerdos ahora le daban un pellizco en el corazón.
Sus amigos se acercaban uno tras otro con regalos envueltos en papeles de colores, deseándole lo mejor, y Víctoria sonreía, agradecía y seguía el juego, pero en su cabeza solo resonaban las carcajadas de Zoey, su forma de verla cuando decía algo gracioso, o cómo sus manos se rozaban de manera casual, pero intencional. Aunque trataba de enfocarse en el presente, en disfrutar el momento, se sentía como una actriz en una película que no quería protagonizar.
Cada vez que alguien abría la puerta para entrar o salir, su mirada se desviaba con la esperanza, aunque pequeña, de que Zoey apareciera de repente, con esa sonrisa que siempre conseguía iluminarle el día. Pero la puerta seguía igual, sin ninguna sorpresa, y Víctoria sentía que la noche avanzaba demasiado rápido, llevándose con ella cualquier posibilidad de que esa fantasía se hiciera realidad.
Mientras la fiesta seguía a su alrededor, Víctoria se preguntaba si ella y Zoey volverían a tener algo de eso, si el destino aún les tenía guardado un reencuentro o si esos recuerdos se quedarían atrapados en el pasado, como una vieja foto borrosa que ya no se puede retocar.