𝖾𝗌𝗍𝖺𝗆𝗈𝗌 𝖻𝗂𝖾𝗇

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La noche había caído y el dormitorio de Minho estaba en completo silencio, salvo por el sonido suave de los pasos de Yongbok mientras entraba en la habitación. La luz tenue de la lámpara iluminaba el rostro de Minho, quien estaba sentado en el borde de la cama, mirando al suelo con una mezcla de pensamientos que no lograba organizar.

Yongbok cerró la puerta tras de sí con suavidad, sin querer añadir más peso al ambiente tenso que aún colgaba entre ambos. Habían evitado hablar durante el resto del día, ambos encerrados en sus propios pensamientos después de la pequeña pelea en la sala de ensayo. Pero ahora, con la quietud de la noche, el silencio entre ellos parecía más ruidoso que nunca.

"Hyung..." comenzó Yongbok, su voz suave, mientras se acercaba despacio.

Minho levantó la cabeza al escuchar su voz, sus ojos encontrándose con los de él. Había arrepentimiento en su mirada, pero también algo más, algo que Yongbok conocía bien: la necesidad de arreglar las cosas. Sin decir una palabra, Minho dio un pequeño suspiro y se hizo a un lado en la cama, ofreciéndole a Yongbok el espacio junto a él.

El rubio se sentó lentamente, el colchón hundiéndose levemente bajo su peso. Ninguno de los dos habló por unos segundos, pero el silencio entre ellos ya no era incómodo. Era más bien como si ambos estuvieran reuniendo las palabras correctas para decir.

"Lo siento por antes," murmuró Minho finalmente, rompiendo el silencio. Su voz era baja, casi un susurro, pero sincera. "No quería hacerte sentir mal."

Yongbok lo miró de reojo, y aunque una parte de él aún sentía el peso de la discusión, la otra parte sabía que Minho no lo había hecho a propósito. Sabía que a veces, el mayor se dejaba llevar por sus emociones, especialmente cuando se trataba de él.

"No, hyung, no es solo tu culpa," respondió, su tono igualmente suave. "Yo también debería haber sido más consciente. Sé que a veces me distraigo y... te dejo un poco de lado."

Minho negó con la cabeza, frustrado consigo mismo. "No es eso. Es solo que… soy un idiota a veces. Me molesta cuando siento que no tengo suficiente de ti, y me pongo celoso. No debería ser así."

Yongbok lo observó por un segundo más antes de sonreír levemente. "Es normal. A veces también siento lo mismo." Se inclinó un poco hacia Minho, hasta que sus hombros se tocaron ligeramente, y le dio un pequeño empujón con el hombro, intentando aliviar la tensión con un toque de ternura.

Minho soltó una risa suave, aunque todavía parecía un poco apenado. "¿Así que también te pones celoso?"

"Un poquito," admitió el menor, encogiéndose de hombros, "pero no tanto como tú, hyung."

Ambos se quedaron en silencio por un momento más, pero esta vez, el ambiente se sentía más liviano, como si los vestigios de la pelea hubieran comenzado a desvanecerse.

Yongbok, incapaz de resistirlo más, dejó caer la cabeza en el hombro de Minho, buscando ese pequeño espacio de confort que solo encontraba con él. "No quiero que estemos peleados, hyung. No me gusta cuando estamos así."

Minho, sin dudarlo, dejó caer su brazo sobre los hombros del pecoso, atrayéndolo más hacia él. "Yo tampoco, Yongbok-ah." Su voz fue suave, cargada de afecto, y aunque no lo dijo en voz alta, ambos sabían que odiaba aún más la idea de perder esos pequeños momentos juntos.

Yongbok levantó la vista, buscando los ojos de Minho. Había algo en la manera en que lo miraba, con arrepentimiento y cariño, pero también un deseo profundo de reconectar. Lentamente, como si no quisiera apresurar el momento, Bokie se inclinó un poco hacia adelante, acercando sus labios a los de Minho.

Minho no se movió al principio, dejando que Yongbok tomara la iniciativa. Fue un beso lento, casi tímido, pero a medida que sus labios se encontraron, todo el peso de la pelea y las inseguridades comenzó a desvanecerse. Los brazos de Minho se tensaron ligeramente alrededor del menor, atrayéndolo más cerca, profundizando el beso con una urgencia suave.

Los dedos de Yongbok se entrelazaron en el cabello de Minho, y el beso se volvió más intenso, más cargado de emoción. Era como si ambos intentaran decir, a través de ese gesto, todo lo que las palabras no podían expresar. Todo el amor, el arrepentimiento, y el deseo de estar bien el uno con el otro.

Minho soltó un pequeño suspiro contra los labios del rubio, y sus manos viajaron por la espalda del menor, buscando más contacto, más cercanía. Cada beso era más profundo que el anterior, cargado de una mezcla de pasión y ternura que solo ellos compartían. Yongbok se dejó llevar, olvidando el mundo exterior, olvidando todo excepto la sensación de tener a Minho tan cerca, de saber que, a pesar de las peleas, siempre se tendrían el uno al otro.

Cuando finalmente se separaron, ambos respiraban con dificultad, sus frentes aún tocándose. Bokie  sonrió, y Minho, por primera vez en todo el día, le devolvió una sonrisa sincera.

"Estamos bien ahora, ¿verdad?" murmuró Yongbok, su voz apenas un susurro, pero con un toque de inseguridad.

Minho asintió, su mano acariciando suavemente la mejilla del pecoso. "Sí, estamos bien. Siempre lo estaremos."

Y aunque no dijeron nada más, ambos sabían que, a pesar de las peleas y las inseguridades, siempre encontrarían el camino de regreso el uno al otro.

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𝗦𝗮𝗿𝗮𝗻𝗴𝗵𝗮𝗲, 𝗬𝗼𝗻𝗴𝗯𝗼𝗸-𝗮𝗵 ⇉minlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora