𝗍𝖺𝗇 𝗆𝗂𝗈

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La habitación de Minho estaba en penumbra, iluminada solo por la luz tenue que se filtraba por la ventana. Ambos estaban en la cama, y el aire estaba cargado de una tensión palpable, de deseo y anhelo que había estado creciendo entre ellos durante mucho tiempo.

Minho tenía las manos firmemente posadas en las caderas de Yongbok, guiándolo lentamente, marcando el ritmo. Sus movimientos eran lentos al principio, exploradores, pero llenos de una intensidad que iba en aumento con cada segundo que pasaba. Yongbok jadeaba suavemente, con los ojos entrecerrados, las mejillas sonrojadas, su aliento caliente rozando el rostro de Minho.

"Bokie... eres tan perfecto," murmuró Minho con voz ronca, sus palabras apenas un susurro que se perdió entre las respiraciones entrecortadas. Sus dedos se apretaron un poco más en las caderas del menor, trazando círculos sobre su piel, como si no pudiera tener suficiente de sentirlo tan cerca, tan suyo.

Yongbok soltó un pequeño gemido, sus manos aferrándose con fuerza a los hombros de Minho, su cuerpo moviéndose sobre él, dejándose guiar, sus caderas siguiendo cada indicación, cada empuje. Las sensaciones eran abrumadoras, y podía sentir su corazón golpeando frenéticamente contra su pecho. "Hyung…", susurró, con la voz quebrada de deseo, su aliento rozando el cuello del mayor.

Minho gruñó desde lo más profundo de su garganta, incapaz de contener el sonido al sentir a Yongbok sobre él, su cuerpo respondiendo tan perfectamente a cada movimiento, recibiendo a su polla tan bien. "Eres tan hermoso cuando estás así... tan entregado," murmuró, apretando más las caderas del menor contra las suyas. "Solo para mí."

Yongbok jadeó más fuerte, sus dedos clavándose en los hombros de Minho mientras su cuerpo seguía el ritmo que el mayor marcaba, sus movimientos, que ahora se convirtieron pequeños saltos sobre el pene del mayor, se volvieron más desesperados, más necesitados. "Hyung… por favor…" murmuró, sus ojos nublados de deseo y emoción.

Minho sonrió con cierta arrogancia, su pulgar acariciando la cadera de Yongbok mientras seguía moviéndolo, disfrutando de cada reacción, cada jadeo que sacaba de los labios del menor.

Yongbok gimió, inclinándose hacia adelante, su frente apoyándose en la de Minho, dejándose llevar por el ritmo y las palabras que lo envolvían. Minho lo observó con ojos oscuros, llenos de deseo, y acercó sus labios al oído de Yongbok. "Eres tan increíble… tan perfecto… No sabes lo que me haces sentir."

El menor apenas podía pensar, perdido en las sensaciones, en el sonido de la voz de Minho, en las manos firmes en sus caderas, en el calor de su cuerpo. Su mente se nublaba, solo podía sentir, dejándose llevar por cada movimiento, cada palabra.

Minho sonrió contra la piel de su novio, inclinando su cabeza para besar su cuello, sus labios acariciando su piel con devoción. "Nadie más te verá así, nadie más te tendrá así," susurró, con voz profunda y cargada de sentimiento. "Solo yo… solo yo."

Yongbok se estremeció ante esas palabras, un jadeo ahogado escapó de sus labios, su cuerpo respondiendo instintivamente, moviéndose más rápido, buscando más de ese contacto, más de esa intensidad. "Hyung… te amo," susurró, apenas capaz de hablar, perdido en la ola de emociones y sensaciones que lo consumían.

Minho sonrió de nuevo, satisfecho, su pecho hinchándose con orgullo y deseo. "Yo también te amo, Bokie," murmuró, con un tono firme, seguro. "Y siempre te amaré… más que nadie."

Yongbok sintió cómo el calor en su pecho se intensificaba con esas palabras, su cuerpo temblando ligeramente por la intensidad del momento. "Hyung…" jadeó nuevamente, su voz rota, el deseo y la emoción mezclándose en sus palabras. "Por favor… no pares…"

Minho gruñó bajo él, sintiendo cómo el cuerpo de Yongbok temblaba y se tensaba en respuesta a sus movimientos, a sus caricias. "Bokie, mírame..." pidió, su voz más grave, más posesiva. El menor abrió los ojos lentamente, sus labios entreabiertos, su mirada atrapada en la de Minho. "Estás tan hermoso… tan mío," susurró Minho.

En ese momento, Yongbok sintió que las sensaciones lo desbordaban por completo, un calor intenso recorriendo cada fibra de su ser. Su respiración se volvió más corta, más rápida, hasta que, de repente, una ola de placer puro lo atravesó, haciendo que su cuerpo se arqueara contra Minho, su voz escapando en un gemido alto y ahogado. "Hyung...!"

Minho lo sintió, lo vio en su rostro, en la forma en que sus ojos se cerraron con fuerza, en el temblor que recorrió su cuerpo. Sintió cómo su propio clímax lo golpeaba con igual intensidad, un gruñido grave escapando de su garganta mientras lo sostenía con más fuerza, aferrándose a él como si fuera su ancla, su razón de ser. "Bokie…," murmuró en un susurro quebrado, su voz llena de emoción y deseo. "Te amo, te amo…"

Los dos se quedaron así, sus cuerpos entrelazados, respirando con dificultad, dejándose llevar por las olas de placer que los envolvían, sintiendo cómo el mundo se detenía a su alrededor. Minho mantuvo sus manos en las caderas de Yongbok, acariciando su piel con suavidad, con una ternura que contrastaba con la intensidad del momento. Yongbok, todavía temblando, se dejó caer suavemente sobre el pecho de Minho, su respiración aún agitada, su corazón latiendo con fuerza.

Ambos se quedaron en silencio, disfrutando del calor compartido, del latido rítmico de sus corazones. Yongbok se acurrucó más cerca, sintiendo el abrazo protector de Minho a su alrededor, y en ese momento, nada más importaba.

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𝗦𝗮𝗿𝗮𝗻𝗴𝗵𝗮𝗲, 𝗬𝗼𝗻𝗴𝗯𝗼𝗸-𝗮𝗵 ⇉minlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora