transformación.

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Turles había forzado a Milk ha que fuera su mujer. Visitándola todos los días, llevándole comida, al mismo tiempo que abusaba de ella. Al principio Milk ponía resistencia, pero el guerrero la golpeaba hasta que cedía.

Luego de varios meses logro domarla como, a tal punto que hacia todo lo que él ordenaba. Ella trataba de ver a su esposo en el rostro de Turles, pero era solo un reflejo de lo que era Goku. Y poco a poco comenzó a olvidar los rostros de sus seres amados en especial el de su hijo.

Aparte de hacerle el amor, Turles la obligaba a entrenar. Según el saiyajin las mujeres de su misma raza tenían que ser igual de fuerte que sus mismos esposos. Así que la entrenaba para que Milk tuviera mas fuerza.

Cada vez que ella no se cedía a ninguno de sus caprichos la golpeaba ligeramente para que obedeciera. Con Turles nunca se sabia como reaccionaria. A veces era tan tierno y apasionado con ella y otras era violento y sádico. Habían ocasiones que la tomaba mas de una vez al día hasta que no pudiera mas. Él le decía que su esposo no la quería y que ni siquiera la estaba buscando. Al principio Milk lo negaba pero poco a poco comenzó a dudar.

Pasaron los meses y ella no sabia nada de su esposo y su hijo. Empezando a analizar algunas cosas de su vida:

Goku no se había casado con ella por amor, solo por una simple y estúpida promesa. Jamás había sido atento con ella ni amoroso, ni siquiera tan apasionado como Turles. Nunca tenia tiempo para ella, pero si para salvar al mundo y para sus entrenamientos. Sin mencionar que la mayoría del tiempo se desaparecía por meses o años, dejándola completamente sola según él para entrenar.

Y en ese infierno comenzó a deducir que Goku nunca la amo. Y con tristeza se consumió en su odio y dolor bajo la influencia de Turles, con el pasar de los meses.

Milk empezó a ver toda esa situación normal, incluso comenzó a tener sentimientos por el saiyajin. El primero fue odio, luego al ver lo solo que estaba y todos los intentos que hacia por que Milk estuviera complacida con él paso a la lastima y luego después de tantos encuentros amorosos paso al deseo y al placer.

Turles le daba de comer a Milk de la fruta del árbol sagrado de los saiyajines. Éste decía que esto incrementaría su fuerza y que no envejecería jamás. Milk sin dudarlo dos veces le hacia caso en todo a su nuevo amante.

Y así pasaron los meses hasta cumplir 3 años navegando en el espacio sin rumbo.

Milk había cambiado, su cabello estaba mas largo de lo normal y estaba mas joven convertida en toda una guerrera vestida como las mujeres saiyajines. Ya era capas de devolverle los golpes a Turles hasta tal grado que lo hacia sangrar, cosa que le llenaba de orgullo. Turles al ver su comportamiento, le daba ropa y la dejaba salir para que caminara en la nave. En ocasiones la mujer iba hacia la cocina para preparar algunos platillos.

Turles tenia varios mensajes de la tierra de Goku. Mensajes amenazantes de que si no le devolvía a su mujer lo buscaría por todo el universo para matarlo.

—Este idiota de Kakaroto— espeto riendo tomando un poco de la comida que Milk le servia sentado frente al timón de la nave —, por mas que trate de usar su ki para encontrarme no lo lograría navegando en el universo.

Al verla la tomo por la cintura y la hizo sentarse encima de su regazo, tirando la comida al suelo y besándola apasionadamente. El guerrero ya no tenía ninguna intención de devolver a Milk, sus planes habían cambiado teniéndole cierto afecto por la mujer.

Milk le devolvió el beso casi mordiéndolo tratando de sacarle la ropa y dejarlo completamente desnudo.

—Quiero hacerlo ahora amor —susurro Milk besando su cuello y mordiendo un poco su oreja.

—Espera tengo que decirte algo —espeto Turles —Kakaroto me ha citado en la tierra para una batalla, al parecer quiere recuperarte.

Al oír el nombre de Goku los ojos de Milk centellaron de odio. Al ver su reacción Turles sonrió con satisfacción.

—No quiero volver con ese imbécil—contesto tajante Milk —, con el perdí mi vida y mi juventud aguantando sus caprichos, aparte de eso también perdí mi fuerza y mi dignidad.

Turles la miro con orgullo. Milk se estaba convirtiendo en una mujer saiyajin orgullosa y letal, justo lo que él quería a su lado. Milk no mostraba ningún rastro de felicidad al saber de Goku, solo sentía ira y rabia.

—¿Desearías verlo muerto? —pregunto Turles acariciándole el rostro.

— No estaría nada de mal, así le cobraría cada lagrima que derrame por él y todo lo que me ha hecho —rugió Milk mirando a Turles.

—¡Excelente! iremos a la tierra exterminar a ese idiota — anuncio Turles emoción.

El rapto de Milk. Parte I ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora