Jisung es un lindo omega y dueño de una guardería, él vive intentando compensar el dolor de su corazón entregando su vida al cuidado de pequeños cachorros. ¿Un omega defectuoso? No puede más que soñar con la idea de una vida feliz. Pero Minho es un...
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Chocolate caliente, dulce y relajante.
Es el aroma que ha impregnado a Jisung, y que él se ha encargado de cubrir con el propio, para consolar a un cachorrito que lo necesita, que requiere de su protección y amor maternal como omega.
Porque así es como el pequeño lo ha reclamado, como su madre, llamándolo "mami" en repetidas veces.
El instinto de Jisung y su omega interno se habían visto víctimas de un golpe emocional muy fuerte, él ya había escuchado la palabra "mami" de Bonhwa antes, pero esa vez, el pequeño había estado adormilado, ahora estaba más despierto y consiente que nunca.
Y le había reafirmado lo que en esa ocasión Jisung había reprimido para no ilusionarse.
Pero en verdad está pasando. Y Jisung ya tampoco puede ocultar el tipo de afecto y conexión que en realidad siente hacia Bonhwa.
Su omega también lo reconoce como su cachorro. Su bebé.
Jisung arrulla al pequeño, meciéndose delicadamente y usando su mano libre para frotarle cariñosamente la espalda. Bonhwa está completamente abrazado a él, como un koala lo estaría a su madre o a un árbol y su pequeña cara está enterrada en el cuello de Jisung, el omega puede sentir las lágrimas pegajosas del cachorro rodando por su piel.
— Tranquilo, bebé — le murmura con suavidad. — ¿Te raspaste o te doblaste algún bracito?
Bonhwa niega con la cabeza, su piel está muy cálida y rojiza por el llanto, aunque sus berridos han disminuido desde que Jisung lo cargó.
— No, mami — solloza con más tranquilidad —. Pero... quiero irme a casa.
Jisung voltea a ver a Minho, quién, hasta ese momento había estado sumergido en una especie de shock, sólo admirando la situación que ocurría frente a él, el nuevo vínculo que su cachorro y el omega que cortejaba habían formado.
El alfa sacude la cabeza y parpadea rápidamente — Cachorro, ¿seguro no te pasó nada? — cuestiona a medida que trata de inspeccionar su pequeño cuerpo en busca de algún raspón o hinchazón prominente, pero no encuentra nada.
— ¿Lo llevamos al médico? — pregunta Jisung, un tanto preocupado.
— No quiero doctor — se queja Bonhwa y sorbe por la nariz —. Quiero casa — despega su carita toda ruborizada y enfurruñada por el esfuerzo del llanto y dirige su vista hacia su padre. — Ya no me duele nada, papi — sus deditos se enroscan en los rizos de Jisung y una sonrisa débil se forma en su boca —, solo quiero ir a casa... con mami y contigo.
Con mami y contigo.
Ya está, parece ser que así es como se referirá a él de ahora en adelante. Sólo que Jisung no cree que pueda sobrellevarlo todo, es demasiado. ¿Qué pensará Minho?
— Está bien, pequeño — el alfa luce calmado, sólo un poco sacado de razón con el nuevo giro de eventos. — ¿Nos vamos, omega?
Jisung asiente, reafirma su agarre sobre el cuerpo del cachorro y camina junto al alfa, quien ha rodeado sus hombros con su brazo, en un intento por proteger y dar cobijo a ambos.
