Para Samuel:
Todo cambió una madrugada del doce de julio en la que me expresaste tus sentimientos y yo me creí la persona más afortunada de este mundo. Pero no fue tan solo aquello lo que ocurrió. Gracias a ti sentí tener el poder sobre todo lo que me rondaba a mi alrededor. Ya no me importaba nada más; pues la persona de la que me había enamorado sentía lo mismo por mí. Me moría por saber de ti a cada minuto que pasaba sin tenerte a mi lado. Y qué irónica es la vida que, cuanto más nos prometíamos, más nos alejábamos de cumplir cada una de nuestras promesas. Nuestras vidas eran completamente opuestas, y el amor nos cegó desde el primer momento que nos tuvimos cerca.
Tanto tú como yo sabíamos que estábamos cometiendo posiblemente el peor error de nuestra existencia. Nos dio igual a pesar de saber que acabaríamos dolidos. Se supone que el proceso debería ser bonito, pues nuestra iniciativa nació del amor que nos protegía día a día, y cada decisión que tomamos, lo hicimos con tal de no alejarnos demasiado en la medida que podíamos. Pero lo cierto es que ni la infinita fuerza con la que nos queríamos fue suficiente como para combatir con todos los problemas que nos perseguían detrás. Éstos nos acabaron ahogando como si de ladrones nos tratáramos, como si hubiéramos hecho algo malo dentro de este cruel mundo que nos ha tocado. Y mira que prometimos en numerosas ocasiones que ni éstos nos separarían. Ingenua de mí, creí que así pasaría. ¿Tú sabías que nuestro final sería así? De hacerlo, ¿por qué nunca te atreviste a decirlo en voz alta? ¿Por miedo? ¿Negación? Necesito tantas respuestas...
Imagino que estarás extrañado: comprendo que no entiendas el motivo por el que mi cabeza me esté atormentando ahora, dos años después. Lo cierto es que nunca ha dejado de hacerlo. Durante estos veinticuatro meses han sucedido cosas, pero éstas no deberían haber impedido que te supere... No es que no lo haya hecho. Aunque no lo creas, no tengo intención de volver a ti. Simplemente me gustaría (o, mejor dicho, necesito) tapar las heridas que en mi corazón dejaste abiertas y no te molestaste en venir a sanarlas. Espero no estar pidiéndote mucho al tratar de encontrar las respuestas que en mi mente siguen atormentando todavía.
Te escribo porque ya he relatado en versos demasiadas palabras en vano. Han sido demasiadas cartas que han terminado en la papelera arrugadas. Demasiadas lágrimas derramadas preguntándome el por qué de tantas cosas.
Jamás perdonaré a la gente que nos puso difícil amarnos. A cada comentario de odio. A cada persona que no confiaba en que superaríamos cada complejidad con tal de ser felices teniéndonos cerca.
Guardo rencor a demasiados recuerdos; pues por culpa de ellos, nuestros caminos se separaron hace tanto tiempo, que ya no nos reconozco. No pudimos luchar contra todos aquellos obstáculos que prometimos superar. No fuimos tan fuertes, Samuel; y no sabes cuánto me duele. Ahora te pienso, y siento que nada de lo que vivimos ha ocurrido realmente. Al mismo tiempo, creo que una parte de mí jamás va a superar no haberte podido sentir como mío durante más tiempo. Se me pasó todo demasiado rápido. Por eso me duele mirarte por dentro y darme cuenta de que, en realidad, ya no te conozco.
Hace unos días le estuve hablando a mi madre durante horas de ti, y le he explicado cómo fuiste mi primer amor (como tantas otras veces; ya se conoce nuestra historia de memoria casi tanto como tú y yo). Le he contado cómo no he superado el dolor del que antes te hablaba y la forma en la que te he esperado en cada persona que se cruza en mi camino.
Ese mismo día me topé con un chico castaño de ojos verdes oscuros. Me ha dado su usuario de instagram, ¿y sabes qué?, me he acordado de ti y de todos los planes que jamás pudimos hacer. De aquellas charlas nocturnas a kilómetros de distancia y esas videollamadas de escasa media hora. Pensé en ese 'nosotros' que en su momento nos unió. Sabes que soy una soñadora, y me he imaginado haciendo muchas cosas con ese chico (y fíjate que no le conozco...). Pero él nunca serás tú.
Tu imagen se me ha venido a la mente, además, porque te he echado de menos, pero también te he odiado y maldicho de todas las maneras posibles. Más tarde te he comprendido al rehacer tu vida, y me he dado cuenta de que esto es lo justo, y el hecho de que yo no pudiera hacer lo mismo no justifica que no deba alegrarme por tus logros, aunque nos mereciéramos un final mucho mejor. Pero eso tú ya lo sabes.
Te cuento esto para decirte que, de alguna manera, te sigo llevando presente. Porque, en tu ausencia, mi almohada ha sido testigo de los tantos sentimientos que por ti yo he experimentado. Me he vaciado entera, y ya puedo decir que no siento absolutamente nada por ti, aunque el sentimiento de pena posiblemente siga conmigo hasta el último de mis días. Ya no siento nada. Pero, analizándolo, me doy cuenta de que el no sentir no significa que pensarte sea equivalente a un desierto para mí, solo un oscuro y silencio vacío. No tiene nada que ver con eso. No estoy vacía: estoy llena de canciones y versos, porque te sigo llevando conmigo a pesar de todo.
Ahora más que nunca puedo decir que he pasado página y estoy dispuesta a expandir nuevos horizontes. Hay demasiadas cosas que en tu ausencia no has descubierto de mí, como que ya no dependo de los demás para hacer aquello que me apetezca: hacer planes yo sola ya no me da miedo. También soy más alegre y optimista, aunque últimamente el trabajo me está consumiendo más de lo que debería.
Soy una persona opuesta a la que conociste años atrás, Samuel; permítete conocerme de nuevo. Descubrámonos por primera vez como si nada hubiera pasado. Total, ambos somos dos seres completamente distintos a los que un día fuimos juntir.
Mamá me ha dicho que escriba a ese chico. Quiero hacerlo. ¿Pero qué sentido tiene que tú no estés aquí para acompañarme a trazar este nuevo camino, si siempre te he tenido? ¿Por qué esa realidad tiene que cambiar ahora? Hemos sido pareja, pero antes de ello, también fuimos mejores amigos. Y los amigos nunca se abandonan.
Como ya he dicho antes, sé que esta carta te pillará de imprevisto... sobre todo teniendo en cuenta que te podría haber mandado un rápido whatsapp, y he optado por escribirte a mano a esa dirección de Alemania que, con todas mis fuerzas, rezo por que no haya cambiado. Eso y que borré tu número para poder olvidarte. Fue un comportamiento irracional pero, viniendo de mí y conociendo mis impulsos (esos sí que no se han ido), espero que lo entiendas.
PD: Espero no parecer una desesperada al seguir conservando tu calle y tu número de piso... quise guardarlo por si alguna emergencia me obligara a acudir a ti. Por favor, tanto si es positiva como negativa (no me importa), dame una respuesta.
Un beso de tu queridísima y emotiva Amy.
Te estaré esperando.
![](https://img.wattpad.com/cover/375002412-288-k622468.jpg)
ESTÁS LEYENDO
"El bosque de los corazones rotos"
Storie d'amoreSiempre dicen que no hay mal que por bien no venga. En el caso de Amy; fue necesario que un vacío le abrazara durante años para entender que no había otra opción que seguir adelante. Lucas nunca se había atrevido a dar el primer paso. Al contrario q...