Capítulo 19: Rebeldia

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— Hasta que por fin despiertas.

Intento ahogar un grito de emoción al ver como poco a poco Thomas abre los ojos. El intento se queda en un pequeño grito que consigue que Carlos levante la cabeza del frío tablón de madera donde está apoyado Thomas.

No se ha despegado ni un segundo desde que llegamos y eso ya hace dos días. Duerme a su lado, procurando que las heridas del sol en su piel no vuelvan a abrirse. Porque si, lamentablemente las heridas por el sol en vampiros se vuelven a abrir si no reciben la sangre suficiente. Un descubrimiento que gracias a Jacqueline no tuvimos que averiguar por nuestra propia cuenta.

Su barba ha crecido considerablemente, al igual que sus ojeras. La preocupación, los gritos de Thomas y la incertidumbre de lo que puede llegar a pasar no nos deja dormir bien a ninguno. Esa preocupación aumentó cuando fue hace quince horas la última vez que Thomas abrió la boca y fue para gritar cuando intentamos moverlo a una cama.

— Ten... Tengo — Se pasa la lengua por sus labios indeciso. Los tiene blanquecinos y agrietados. No se ha podido alimentar desde el ataque —. Tengo sed.

Carlos se agacha a mi lado con una velocidad fuera de lo común para alguien al que le cuesta demasiado despertarse por las mañanas. No parece él.

— Toma. Te ayudará.

Le acerca a los labios un trapo mojado de agua recogida de la lluvia que cayó ayer. Se los empapa hasta que vuelven a parecerse un uno por ciento a sus labios normales.

Me da miedo la imagen. Da miedo. Thomas podría haber muerto perfectamente. La forma en la que está tumbado, sin apenas poder moverse, con el cuello girado de una forma casi antinatural... Y sobre todo la sangre resbalando por su espalda y las ampollas que todavía tiene, es algo demasiado fuerte de ver. Dudo mucho que no hubiera vomitado si lo hubiese visto hace cuatro años.

— Gra...

Lo siguiente que dice se traduce en un montón de susurros mientras que poco a poco se va quedando dormido de nuevo.

Carlos me mira por un momento antes de volver a colocar el paño mojado sobre los labios de Thomas. Está preocupado, al igual que todos.

¿Qué podemos hacer? Las personas que Arcadia tenía como aliados la han traicionado. No puedo permitirme contactar con Victoria si no quiero que Hilaria vuelva a perder el control. Tenemos a dos psicópatas vampiros a los que les puede dar el sol intentando cazarnos, con un ejército a sus pies para acabar con todo ser vampírico o humano diferente a ellos.

Todo son complicaciones. Y todavía tenemos el tema de la invitación, por lo que...

Eso es.


* * *


Siento que me van a explotar los ojos en cualquier momento y las gotas que Jacqueline está poniendo en ellos no ayudan. Odio el tratamiento de esa tal médica. ¿Alicia? ¿Elicia? Me importa ahora mismo una mierda.

— Puedo echarme las gotas yo misma.

Si algo odio es que cuiden de mi. Soy muy capaz de cuidarme por mi sola, lo he demostrado en cada segundo de mi vida como para que ahora venga una vampira a...

— Ambas sabemos que no.

Su acento francés me está volviendo loca. ¿Por qué se está comportando de esta manera conmigo? No se ha separado ni un segundo. Ni un solo segundo. ¿Y por qué no me molesta? ¿Estaré perdiendo la cabeza por tantos golpes?

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⏰ Última actualización: Sep 10 ⏰

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