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Apenas terminó de asegurarse de que su hijo haya entrado al colegio, se dirigió a su trabajo. Caminaba a paso lento por la base de su mafia, los pasillos estaban desolados dado que era el primero en llegar o eso suponía.
Cuando llegó a su oficina, notó que ahí estaba su mayordomo que tenía una obsesión hacía él: Iván Goncharov, cabellos plateados largos y lisos, y sus ojos del mismo color. Contaba con vendas que rodeaban su cabeza, presumiblemente como resultado de la cirugía que le realizó él, vestía una camisa con botones de mangas largas de color blanco, por encima de esta un chaleco negro, una corbata y pantalones del mismo color. Cuando escucho la puerta abrirse, anunciando la presencia de su jefe, inclino su cuerpo hacía delante para recibirlo y curvo sus labios, formando una sonrisa.
— Buenos días, mí señor. — saludo, su tono educado trataba de esconder su coquetería. Fyodor pasó de largo para sentarse frente a su escritorio.
— Buenos días, Iván. — devolvió el saludo seco y cortante. Fijo su mirada en los papeles que estaban acomodados en una torre pequeña por su sirviente, — ¿De qué es esto?
— Son los informes de las misiones que le ha asignado Nikolai Gogol, Bram Stoker... Entre otros. Señor. — respondió mientras volvía a pararse correctamente y verlo.
Fyodor no respondió, ni le devolvió la mirada. Leía el contenido del papel de cada uno, y de un momento a otro cambiaba a otro. Si tan solo hubiera sabido en el momento de crear su propia mafia implicaría calentar la silla y no hacer nada más allá de eso, nunca lo hubiera creado, pero no podía quejarse ya que a él siempre le tocaba las mejores partes.
Fyodor dirigió su mirada a una foto donde estaba su pequeño hijo quien tenía una gran sonrisa mostrando que le faltaba un diente de leche, aún le sorprende que ese mocoso no haya salido con su malicia y maldad. Es todo lo contrario a él, tanto en aspecto cómo persona.
¿Quién habrá tenido la audacia de mal influenciar a su hijo?
No lo sabe. Nikolai había estado para él en esos tiempos, pero él era tan hijo de puta como lo era él, ambos compartían la misma locura y maldad, no tenían tacto con los demás. Sin embargo, ambos monstruos habían podido cuidar de un niño que salió todo lo contrario de ellos.
Atsushi nunca fue a la guardería, en esos años estaba muy ocupado como para ir y venir en busca del menor y no confiaba mucho en sus colegas en recogerlo, por lo que lo llevaba a su trabajo y ambos se quedaban en su oficina hasta que el mayor terminará. Pero si asistió a la primaria, aunque no creía que escuchará mucho de él, y si lo hiciera; el menor no sabría si le estaban hablando de su padre o de otro ruso, dado que a esa edad él no sabía el nombre o apellido de su padre.
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Fyodor'son
Humor¡AU! Modern Atsushi Nakajima, un joven de dieciséis años; albino, ojos morados con amarillo por debajo, un flequillo mal cortado y que tiene un buen promedio en la secundaria. Es amable, divertido y en algunas ocasiones, tímido, es hijo de Fyodo...