Capítulo 10. Abriendo caminos.

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—¿Jimin? ¿Va todo bien?

Jungkook todavía estaba llamando educadamente a la puerta del baño. Yo no sabía muy bien cuándo había empezado. Me sequé los ojos con la manga de la camiseta.

—Estoy bien.

—¿Seguro? Llevas bastante rato ahí dentro.

—Te he dicho que estoy bien.

Se oyó un ruido de titubeo procedente del otro lado.

—Quiero respetar tu intimidad, pero estoy cada vez más preocupado. ¿Te encuentras mal?

—No. Si me encontrase mal, te habría contestado que me encontraba mal. Si he dicho que estoy bien, es porque estoy bien.

—Pues por tu voz no lo parece. —Era el tono más paciente de los tonos pacientes—. Y, para serte sincero, tampoco me parece que tu conducta sea normal.

—Pues es la mía.

A continuación se oyó un golpe suave, como si Jungkook hubiera apoyado la cabeza en la puerta.

—Y no te lo discuto, es solo que... sé que hoy han ocurrido muchas cosas, y si estás molesto por algo, esperaba que pudieras hablar de ello conmigo.

Con otro golpe, esta vez un poco más fuerte, dejé caer yo la cabeza contra la puerta, con más intensidad de la prevista. Pensé que el repentino dolor que me causó me hubiera servido para aclarar las cosas, pero probablemente no fue así.

—Ya lo sé, Jungkook, pero ya he hablado demasiado contigo.

—Si te refieres a lo de esta tarde, yo... no sé qué decir. Me ha gustado tener contigo esa conexión, me ha gustado saber que yo te importaba, y no creo que eso sea algo de lo que debamos arrepentirnos ninguno de los dos.

—Que no debamos no garantiza que no vaya a suceder.

—Tienes razón. Ninguno de los dos puede tener la seguridad de que dentro de cinco años no miremos atrás y pensemos que esta fue la peor idea que tuvimos nunca. Pero ese es un riesgo que estoy dispuesto a asumir.

Rasqué absurdamente la suciedad que había entre las baldosas del suelo.

—Eso es porque tú, cuando te arrepientes de algo, lo haces a solas en una casa, con una taza de té y una botella de whisky. Cuando yo me arrepiento de algo, lo hago en la página ocho del Daily Mirror.

—Soy consciente de que eso es una preocupación para ti, Jimin, pero...

—Esto es más que una puñetera preocupación. Es mi vida. —La uña se me enganchó y se rompió, y al momento brotó una medialuna de sangre que se me extendió por la yema del dedo—. Tú no entiendes lo que es. Cada vez que hago una tontería. Cada vez que alguien me deja tirado. Cada vez que me han utilizado. Cada vez que me he mostrado siquiera un poco vulnerable. Eso se queda ya para siempre. En la mente de todos. Ni siquiera es un artículo como Dios manda. Es el artículo que uno lee en el periódico de otro cuando va en el metro. Es el medio titular que alcanza a ver cuando pasa junto a un periódico que no va a comprar. Es algo que uno mira de pasada en la red cuando está cagando.

Siguió un largo silencio.

—¿Qué ha pasado?

—Has pasado tú —solté irritado—. Me has jodido la vida y me has hecho creer que las cosas podían ser distintas, y nunca pueden ser distintas.

Otro largo silencio, más largo que el anterior.

—Lamento que pienses eso. Pero, sea lo que sea lo que esté ocurriendo ahora, está claro que tiene que ver con algo más que conmigo.

En búsqueda de un novio. KOOKMIN (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora