Capítulo 13. Tampoco está tan mal.

267 19 1
                                    

¿En qué estaba pensando? No solo había quedado con el jodido Park Jung en el momento de más actividad de mi año profesional, sino que además ahora mi padre me apartaba de mi guapísimo casi novio, que de lo contrario estaría atontándome a base de sexo. Supongo que lo hice porque soy muy buena persona.

Para mi sorpresa, The Half Moon resultó ser uno de esos bares de cervezas artesanales, todo ladrillo visto y esfuerzo decorativo. Mi padre se estaba retrasando, cosa que ya me esperaba, de modo que me pedí una pinta de Monkey's Butthole, que al parecer contenía notas de mango y piña y dejaba un regusto amargo y tostado que permanecía en la boca hasta el final, y busqué una mesa libre entre las barbas y las irónicas camisas a cuadros.

Durante un rato me quedé allí sentado, sintiéndome como esas personas que salen solas a tomarse una cerveza artesanal, lo cual, ahora que reflexionaba sobre ello, probablemente era un pasatiempo de lo más respetado en la comunidad de las cervezas artesanales. Cosa extraña, eso no me alivió.

Habiendo pasado la mitad de la última década incumpliendo plazos de entrega y luego diciéndome a mí mismo que no pasaba nada porque mis amigos ya sabían a qué atenerse conmigo, me sentía furioso con mi padre por hacer lo mismo y conmigo por haber tardado tanto tiempo en darme cuenta de que esa era una forma deplorable de tratar a la gente, pero también por ser hipócrita al respecto.

Me vibró el teléfono. Era agradable saber que Jungkook pensaba en mí, pero no tanto el hecho de que por lo visto había decidido acordarse de mí por medio de la cara de un tipo viejo y calvo.

<Qué cojones, escribí. ¿Esto es un capullo?

>Sí.

<¿Debería saber qué clase de capullo es?

>Un capullo político.

<Me gustaba más cuando lo nuestro era un juego de seducción y no un concurso de cultura general.

>Perdona.

No sé cómo, pero Jungkook era capaz de conseguir que un mensaje de texto sonara sinceramente contrito. 

>Es Dick Cheney.

<¿Y cómo iba a adivinarlo yo?

>Por las pistas del contexto. Acabo de decirte que era un capullo político. ¿Cuántos capullos hay en la política?

<Tenías que hacer el chiste obvio. Hay montones.

Siguió una pausa.

>También significa que echo de menos tu capullo.

<Ese es un capullo muy concreto.

—Ah, estás aquí —exclamó Park Jung, de pie a mi lado—. No estaba seguro de que fueras a venir.

<Hablando del tema, escribí, ha llegado mi padre.

De mala gana guardé el teléfono y descubrí, como siempre, que no tenía nada que decirle.

—Pues sí. Sí, aquí estoy.

—Esto está cambiado. —Parecía sinceramente molesto por ello—. ¿Te pido algo en la barra?

Aún tenía casi entera mi Monkey's Butthole, pero mi padre me había abandonado cuando yo tenía tres años, y obligarlo a decir Monkey's Butthole (el Ojete del Mono en inglés) ante una persona desconocida quizá fuera la única venganza que pudiera cobrarme. Le mostré el botellín.

—Tomaré otra como esta, gracias.

De camino a la barra, se marcó la última de una serie de pequeñas e irritantes victorias simplemente señalando las cervezas que quería y logrando, no sé cómo, que dicho gesto pareciera digno y autoritario en vez de insignificante. A continuación, exhibiendo un segundo botellín de Butthole y una pinta de Ajax Napalm, emprendió el regreso hacia mi mesa. Teniendo en cuenta que el bar claramente no era lo que él esperaba y que era unos treinta años más viejo que todos los parroquianos presentes, daba rabia ver que no quedaba fuera de lugar. Creo que era que todos los demás intentaban vestirse como si hubieran sido estrellas del rock en los setenta, sumado a aquel odioso carisma suyo que hacía que el mundo se reconstruyera a su alrededor, y no al revés.

En búsqueda de un novio. KOOKMIN (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora