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Tenían la custodia completa y legal de sus sobrinos, aunque tampoco era como si lo necesitarán, Alicent y Viserys simplemente los habían entregado como si nada y siguieron con su vida.
Era inaudito que dos hombres que no tenían en sus planes ser padres ahora estuvieran haciendo el trabajo mucho mejor de lo que lo habían hecho los progenitores.
Tenían a su cargo a cuatro niños, o más bien a tres niños y un bebé.
Entre los dos habían comprado una casa, en esos típicos vecindarios de películas, donde viven varias familias felices y es completamente “seguro” , fue difícil encontrar una casa con más de cinco habitaciones, en un buen barrio, y que no necesitará tanto arreglo. Porque luego de tres meses en reparación y modificación para los niños la pareja se mudó.
Los dos solo querían cuidar a sus sobrinos y qué mejor que hacerlo juntos, después de todo iba a hacer un trabajo difícil para una sola persona.
El letrero dándoles la bienvenida al vecindario Richmond marcó el inicio de una nueva vida para todos.
El Mercedes clase v en color negro manejaba por las calles de Londres en dirección a su nuevo hogar, detrás de ellos venía el camión de mudanza, lo que d jaba perfectamente claro lo que estaba pasando.
– Oh, alguien se está mudando a dos casas. – hablaba un hombre de tez morena pegado a la ventana narrando todo a su esposa. – Son dos hombres, dos niños… no espera se bajó otro… no puede ser también un bebé. – la mujer rodó los ojos siguiendo con su vista fija en el televisor donde mostraban la entrevista a su cantante favorita. – Pero se ven muy jóvenes para tener tantos hijos, le pongo 7 al niño mayor, oye ¿pero a qué edad los tuvieron? Se ven muy jóvenes. ¿O son jóvenes? Todos se parecen al hombre mayor, es obvio que él es el alfa… Sabes que cariño, voy a ir a ver un vídeo en Youtube para hacer un pie de cereza, mañana le daremos la bienvenida a los nuevos vecinos. – la mujer vio a su esposo irse con alegría, ella solo negó con la cabeza.
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– Son seis. – dijo Rhaenyra mirando desde la otra será a sus vecinos.
– Mira Jace, tendrá nuevos amigos con los cuales jugar. – hablaba Harwin a su hijo el cual pintaba su cuadernillo.
