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Por qué no le habían dicho a Daemon que ser padre llevaba encima un título de carpintería, plomería, electricista y aparte ser un banco.
¿?
Había literalmente configurado su cochera en una carpintería para poder armar un puesto de venta de limonada para Aegon.
Sip, para Aegon.
Resulta que pese a tener un yeso Aegon seguía siendo revoltoso, algo mimado y lleno de ideas locas. Aunque Gwayne intentó convencerlo de que no era una buena idea vender limonada con una sola mano.
- Helaena me ayudará. - respondió el niño ante las excusas que ponía el mayor.
- Estás seguro de eso. -
- NOOOO. - se escuchó como la pequeña Helaena venía corriendo, entrando a la cocina y mirando con enojo a Aegon. - Ya te dije que no quiero vender limonadas, vendelas solo. -
- Ella si me quiere ayudar, pero está confundida. - respondió inmediatamente el niño con seguridad ante la ceja arqueada de Gwayne.
- Aegon cariño, venderás limonadas el siguiente verano, ahora el clima está muy fresco para venderlas. -
- No, yo quiero venderlas ahora. -
- Y cómo lo harás si tienes una mano inhabilitada. - y justo cuando Aegon iba a responder Gwayne le interrumpió. - Y Aemond y Daeron no pueden porque son muy pequeños. - el menor quedó decaído, pero eso solo duró unos minutos porque luego su cabeza le lanzó la mejor idea del mundo.
- Ya sé, le pediré a Jace que las venda conmigo. -
- Si él te dice que no se cancela el puesto de limonadas y ya lo vendes el año siguiente. -
- Hecho. - inmediatamente Aegon se bajó de su asiento y salio de la casa.
- AEGON, VE CON CUIDADO. -
- SI MAMI. - grito Aegon mientras corría a la casa de su vecina.
Cuando llegó tocó la puerta (pese a esta se encontraba abierta) inmediatamente vio a Rhaenyra acercarse a él con una enorme sonrisa.
- Hola Aegon. - saludo la mujer con cortesía mientras dejaba pasar al niño.
- Hola señora Nyra. -
- A que se debe está visita. -
- Vengo por Jacaerys. -
- Ya lo llamo. - la mujer se marcho dejando a Aegon solo en la sala, posteriormente se escuchó un fuerte grito por parte de la mujer llamando a su hijo.
Aegon escuchó los pasos por las escaleras, y después de un rato Jace estaba frente a él.
