02 | El niño tonto se volvió un adulto tonto

13 3 4
                                    

Zhao Ming suspiró y observó el parque

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Zhao Ming suspiró y observó el parque. Siempre que pasaba por allí su cabeza se llenaba de los buenos recuerdos que pasó en su infancia, y a veces también de ese horrible momento donde ese niño tonto le persiguió.

"Hace tiempo que no veo a mi hermano pequeño". Tenían una relación tóxica donde Zhao Ming mandaba mensajes que con algo de suerte eran respondidos cada mes. Y ya le parecía un milagro, estaba seguro de que no sabía usar un teléfono.

Mientras caminaba, sacó el móvil y entró en el chat con más de treinta mensajes sin leer. Suspiró y escribió uno más. También aprovechó y mandó otro a sus padres, que tampoco iban a verlo porque estaban de retiro en una isla.

"Yo también quiero unas vacaciones", se lamentó.

Por primera vez, su madre tuvo razón y por ir mirando el móvil se chocó contra una persona.

—Estate más atento —se quejó. Levantó la cabeza, la otra parte se había quedado quieta, observando desde arriba. Empezó a preocuparse—. ¿Estás bien?

—Ah-Ming.

— ¿Eh?

El hombre se arrodilló, agarró su mano y depositó un pequeño beso en el dorso.

—Gracias por esperar, por fin me he vuelto tu pareja perfecta.

— ¿Tú quién eres? —preguntó sin pensárselo dos veces.

La sonrisa del hombre se crispó.

—Nos conocimos hace tiempo en este mismo lugar e hicimos una promesa.

Después de unos segundos de incomodidad donde ninguno habló y solo se sostuvieron las miradas, recordó.

— ¡Ah! Tú eres el niño raro que me tocó las orejas.

— ¡Sí! —Su cara se iluminó—. Soy yo.

Había cambiado mucho, ya no era un cachorro llorón. Se había vuelto más alto, más musculoso y muchísimo más guapo. ¿Era legal tener esa mandíbula marcada y esos brazos que podían ahorcarte con solo mirarlos?

—Pero nunca te dije mi nombre.

—Eso no es lo único que no me has dicho de ti y que sé.

—Pero yo te rechacé.

—Te perdono.

Acarició su mano, Zhao Ming se sonrojó. ¡Era imposible no hacerlo cuando una belleza así estaba frente a ti!

—Pero...

—Entonces, ¿qué te parece mañana?

— ¿Eh?

—Nuestra boda.

—Nuestra boda

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
No Toques las Orejas del GatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora