Uno de los hombres con traje lo agarró y empezó a arrastrarlo hasta la grúa. Zhao Ming clavó las uñas en el suelo, dejando todo un recorrido por el suelo.
— ¡Te enterraré vivo! ¡No lo hagas! ¡Ah! Podrías... ¡Podrías llevarme a tomar un helado!
El humano detuvo a su subordinado con un gesto de mano.
—Cuando me rechazaste, pensé que la única solución era enamorarte con las citas perfectas, pero cuando llamé al coche me pegaste una patada y huiste. ¿Y ahora me pides que haga eso? ¿Cómo voy a confiar en ti?
— ¡Eres tonto! Imagina que un desconocido se acerca a ti, se te declara y cuando le rechazas, dice con voz misteriosa: "No me quedan más opciones, traigan el coche". ¿Qué vas a pensar?
— ¿Que quiere llevarme a una cita perfecta?
— ¡No! Que quiere secuestrarte, entonces huyes.
— ¿En serio?
— ¡Muy en serio! Y es lo que has hecho, mi instinto era cierto.
—Bien, soltadlo.
Por fin libre, Zhao Ming se puso de pie.
—Buena reunión, me retiro.
—Detente. —Agarró el cuello de su camiseta—. ¿Dónde crees que vas?
—A mi casa.
—Bueno... —Se sonrojó—. Entonces iremos después de tomar el helado.
—No, tú no vienes, me voy yo solo. Solo —remarcó.
—De ahora en adelante no vas a separarte de mí, no dejaré que te escapes.
—Pues no pienso decirte dónde vivo.
—Ya lo sé, no hace falta.
— ¡Eres un maldito acosador!
—No, solo he investigado todo sobre ti.
— ¡Eso es ser un acosador! —Se cruzó de brazos—. No pienso ir contigo a ninguna parte.
Fue empujado dentro del coche, donde había un cambio de ropa ya preparado. Se tragó su orgullo y se la puso, una camisa blanca y unos pantalones negros. Lo odiaba, era demasiado formal; le recordaba a su familia materna, niños ricos que vestían así para ir al parque. Cuando terminó abrió la puerta, el humano esperaba fuera con un traje seco pero idéntico al anterior.
— ¿Estaba en rebajas? —vaciló.
—No, ¿por qué? ¿Parece barato?
—Es muy feo.
—Me cambiaré y lo quemaré.
—Da igual lo que te pongas, se va a ver mal en ti. El traje es bonito, el feo eres tú.
Hizo una mueca. Entró en el coche, un apestoso olor a químicos invadió las pobres fosas nasales de Zhao Ming. Se tapó la nariz con horror.
—Esta marca se especializa en crear perfumes similares a las feromonas de los híbridos, ¿te gusta?
—Estaría mejor si no te hubieses echado medio litro.
En contra de la voluntad de Zhao Ming y después de cambiarse a otro traje idéntico, fueron a tomar un helado.
— ¿A qué huelen tus feromonas?
—No mereces saberlo.
—Entonces cumpliré tu deseo y esperaré hasta tu celo para olerlas.
— ¡No dije nada de eso!
Intentó convencerle de ir a cenar, Zhao Ming se negó e incluso se agarró a una farola para no entrar al coche.
—La felicidad de estar contigo me ha causado mucho cansancio.
Lo miró con esperanza, la mentira era demasiado obvia. Si no podía negarse a jugar, debía ganar.
—Tienes razón.
No se podía creer que hubiese picado. Lo llevó a su casa, efectivamente sabía dónde vivía. Incluso se ofreció a acompañarlo hasta arriba.
— ¡Ni se te ocurra!
—Vendré a recogerte por la mañana.
No respondió, entró en el edificio con prisa y cuando llegó a su casa, se tiró en la cama con cansancio. Esperaba no volver a ver a ese imbécil.
Aquí termina el capítulo tres, muchas gracias por leer. Recuerdo que el Tapas publico los capítulos completos en vez de por partes.
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No Toques las Orejas del Gato
HumorHumano x Gato. Para escapar del clan que quiere asesinarlo, un híbrido de gato acepta la ayuda del humano al que rechazó cuando eran pequeños y que está obsesionado con él, insistiendo en ser su pareja destinada. El gato Zhao Ming y el humano Wu Zhe...