KILIG

Julivin - Agarimo

⚠️ Este texto puede tener algunos errores gramaticales y un posible mal uso de signos de puntuación.

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Agarimo: Sentimiento de amistad, ternura y simpatía por alguien.

Hoy era el primer día de clases de Julián, y no era un llorón, pero no tenía ganas de dejar a su padre todo el día para estar con niños que no conocía. Su papá trató de animarlo diciéndole que haría nuevos amigos, pero Julián no le creyó. Con un último adiós, Lionel besó la coronilla de su hijo y se alejó lentamente de la entrada de la escuela. 

Había varios niños de diferentes edades y estaturas, algunos corrían de un lado a otro y otros solo estaban parados platicando con algún profesor u otros compañeros. Julián se sintió intimidado porque la mayoría de ellos pasaban corriendo cerca de él, así que decidió quedarse quieto mientras agarraba las correas de su mochila y observaba a los demás.

Kevin estaba con sus amigos, a quienes conocía desde que estaba en el kinder. Ahora tenía ocho años, estaba a punto de iniciar el tercer grado y estaba emocionado. Estaba encantado de volver a estar con sus amigos y provocar problemas de vez en cuando como cualquier niño inquieto. A pesar de su actitud, en algunas ocasiones Kevin era bastante amigable y se consideraba muy sociable.

Antes de que iniciaran las clases, los alumnos de primaria baja (1°, 2° y 3°) estaban en un área, y los de prima alta (4°, 5° y 6°) en otra para evitar accidentes entre ellos. El área de juegos contaba con un pasamanos, dos toboganes, un balancín y el atractivo principal: los columpios. También había dos canchas para jugar con las pelotas; una era para fútbol y otra para volleyball, pero estás solían usarlas los alumnos más grandes. 

En ese momento, Kevin corrió con sus amigos que ya tenían la pelota hacia la cancha de fútbol, pasó junto a Julián y éste tímidamente se apartó de su camino y lo vió seguir corriendo. A Julián le llamó mucho la atención lo rápido que podía correr Kevin y su destreza para ir tras el balón y patearlo. Se quedó allí parado viéndolos jugar y deseó no ser tan tímido y chico para poder unirse. Uno de los niños pateó la pelota tan fuerte y en la dirección equivocada que casi cayó cerca de Julián, que solo se le quedó viendo como si nunca hubiera visto una pelota en su vida.

—¿Podrías patearla hacia acá? —gritó Kevin desde donde estaba.

Julián levantó su cabeza para asegurarse de que fuera él a quien Kevin le había hablado.

—Por favor, ¿si? —añadió cortésmente el mayor.

El menor sintió pena y aún así fue a buscar la pelota. Era bastante grande en comparación a las manitas de Julián, pero caminó felizmente por la cancha donde estaban Kevin y sus amigos.

—¡Gracias! —Kevin se la arrebató de inmediato y Julián se alejó para evitar algún golpe.

—De nada —contestó Julián para sí mismo.

Kevin estaba a punto de reanudar el juego pero se giró hacia donde estaba el menor y se rió. Sin pensarlo dos veces, le pasó la pelota a Igor y salió corriendo hacia donde estaba Julián.

—Eres muy chiquito —volvió a reír.

A su parecer Julián era muy pequeño, y la gran mochila de Spiderman que traía lo hacía ver aún más bajito.

—No es cierto.

—Y también te ves muy tierno.

—¡Que no es cierto! 

—No te enojes. Mejor dime cómo te llamas.

—Julián.

—Soy Kevin —extendió su mano para saludarlo y Julián la tomó felizmente—. ¿Quieres jugar con nosotros?