Diegnac - Serenata

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Día 24 del kinkflufftober del grupo Mechoa

👉 Modificación a la letra de la canción.

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Al principio Diego no podía identificar bien qué era lo que lo había despertado de manera inesperada, parpadeó varias veces para que sus ojos se acostumbraran a la oscuridad de la habitación y se sentó a la orilla de su cama con la vista clavada en un zapato en la espera de ser más consciente de dónde estaba y qué estaba haciendo. Fue entonces cuando escuchó muy cerca de su casa el sonido inconfundible de música de mariachi y cayó en cuenta de que alguien afuera estaba cantando a todo pulmón, y para colmo estaba desafinado.

«¿Papá Memo le estará cantando a papá Leo?» se preguntó el joven luego de encender la lámpara y colocarse sus pantuflas para salir de su habitación.

Diego caminó lentamente hasta el ventanal del segundo piso de su casa, encendió las luces y abrió las cortinas para ver a su padre cantando y reclamarle que no lo dejaba dormir a gusto. Ahora que estaba más cerca del sonido, podía escuchar mejor la melodía y la voz arrastrada de una persona que claramente estaba ebria. Al principio no logró identificar la canción, solo recordaba haberla escuchado en ocasiones cuando sus padres y sus amigos, Javier y Cristiano, se reunían para platicar y beber.

Hoy me reclamaron por venir a verte

No quieren que vuelva por aquí jamás

Dicen que si vuelvo encontraré la muerte

Que por ti la vida me van a quitar

Todo el aire salió rápidamente de los pulmones de Diego al descubrir lo que en verdad estaba pasando. De pie, justo frente al gran ventanal, estaba su mejor amigo André-Pierre Gignac cantando esa canción vieja a todo pulmón.

—Ay Dios —murmuró Diego mientras observaba la escena.

Segundos después sus padres se colocaron a su lado y sintió un poco de pena de que ellos estuvieran presenciando ese acto de parte de su amigo. No era secreto que a su padre Guillermo no le caía bien André, Diego le había preguntado la razón de su nula tolerancia hacia él, pero nada de lo que su padre le decía le parecía convincente.

Hace meses supo que su padre quería emparejarlo con Edson, el hijo de sus amigos, y le habían concertado citas con él para conocerlo, pero al final solo quedaron en buenos amigos porque el chico confesó que tampoco tenía interés amoroso por él. Cuando Guillermo se enteró de que la relación que tramaba nunca se iba a dar, empezó a buscar otros posibles pretendientes para su hijo con tal de alejarlo del francés, a quien incluso llegó a amenazar personalmente para que dejara a Diego en paz.

Al ver a André afuera de su casa cantándole a su hijo, supo que nada de lo que hiciera los iba a alejar, pero aún seguía sin aceptarlo. Diego abrió la ventana para escuchar mejor el ruido que provenía de afuera, sacó su cabeza y André clavó su mirada en él y sonrió.

—¡Diego! ¡Sí estás despierto! —André le gritó emocionado tan pronto como se abrió la ventana— Iba a lanzar piedritas a tu ventana pero ya no es necesario.

—Sí, y mis padres también. Si sigues así, también lo estarán el resto de los vecinos —regañó a su amigo—. Son las dos de la mañana, ¿Qué estás haciendo aquí?

—¡Cantando para ti, chaparro! Para ser una persona inteligente haces preguntas estúpidas. Por favor, cierra tu bonita boca y déjame terminar.

Diego levantó las manos para objetar cuando se dio cuenta de que André quería seguir cantando, pero fue inútil porque el francés dio una bocanada de aire y continuó:

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